El regreso (navidad en casa)

El Regreso. Capitulo 11. Un secreto.

 

UN MES DESPUÉS.

 

   El pueblo estuvo en relativa quietud durante el mes que le prometió a Eddy que permanecería alejada; Laura y Mathew se calmaron (aunque no se sabía si era porque esta y su esposo peleaban otra vez y estaba demasiado ocupada con sus propios problemas o porque de verdad fueran a dejarla tranquila), el señor Markson se había limitado a mirarla con desagrado cada vez que sus caminos se cruzaban y nada parecía interferir con sus planes por primera vez en mucho tiempo . Vio a Eddy llegar del hospital, con su brazo en cabestrillo, no cojeaba ni había alguna otra herida visible aparte de un pequeño moretón casi al borde de su cabello. Sus miradas se encontraron por un segundo antes de que cada uno continuara con su día. Esas miradas robadas no eran suficiente y ambos lo sabían.

 

   Lucille no podía ser indiferente a su amado amigo, la distancia era lo más doloroso de la situación, no podía entrar a la cafetería o invitarlo a pasar la tarde en la casa Small. Perdía a su mejor amigo y a su pareja al mismo tiempo. Los días se sentían más largos al no tener con quien matar el tiempo y si bien Luisa intentaba pasar tiempo con ella, su hermana menor tenía sus propios planes, un bebé en camino significaba mucho trabajo y preparaciones.

 

   La forma de Eddy de demostrar que estaba bien resultó ser un envío de panecillos de chocolate y un café tal y como le gustaba acompañado por un panfleto de la cafetería y una pequeña flor verde que Lucille guardaba en una caja de madera. Cada flor los acercaba a la fecha límite del acuerdo. Cada día libraba una batalla en su interior: ir a la cafetería vs confiar en Eddy y mantenerse alejada. Esta Navidad en casa definitivamente no fue el tranquilo descanso que esperaba, tampoco tenia planeado iniciar el año en el pueblo o comenzar a trabajar medio tiempo en la única librería del pueblo.

 

- ¿De verdad piensas quedarte?.- Le había preguntado Luisa a la hora del desayuno, mientras Christine alternaba entre comer su desayuno y darle pequeños trozos al gato gordo por debajo de la mesa (ambas nietas se daban cuenta de lo que hacía, pero su amistad con el gato era algo que la hacía feliz asi que fingian ignorarlo) .- No te ofendas, es sólo que nunca te imaginé de regreso aquí.

 

- Es mi hogar, siempre es bueno regresar a casa.

 

- Lo lamento, es solo... me cuesta trabajo creerlo.

 

- No esperaba recuperar tu confianza inmediatamente, no puedo prometer que me quedaré para siempre, aún no decido si volveré a la ciudad y de todas formas debo volver a arreglar un par de cosas.- Confesó ella, ser honesta siempre ayudaba, no disfrutaba mentir y mucho menos ocultarle la verdad a sus hermanas (aunque Laura se había ganado su desconfianza) no le dijo que Eddy era la principal razón de quedarse, tampoco le dijo que odiaba la sola idea de volver a su solitario apartamento.- Se siente correcto estar aquí, no sé si lo entiendas...

 

- Se siente correcto que estes aquí.- Respondió Luisa, una pequeña sonrisa curveaba sus delgados labios.- Pero si estas decidida a quedarte hay algo que debo decirte, es la otra razón de que regresara antes y es importante que alguien más lo sepa.

 

- Claro, puedes contarme lo que sea.

 

- No aquí, te veo mañana a la orilla del lago ¿Te parece? No es seguro hablar aquí, si alguien escuchara... yo nunca me lo perdonaría .- Luisa sonaba tan seria que a Lucille no le quedó de otra y aceptó en seguida. Tanto secretismo no era usual en su hermana.

 

   Al día siguiente ambas hermanas se encontraron a la orilla del congelado lago, ambas vestían ropas cálidas que no contrastaran mucho contra el nevado bosque. Lucille, con su usal termo lleno de café, contemplaba la forma en que su aliento se condensaba en una linda nubecilla blanca cuando Luisa llegó, había algo en su semblante que la hacía lucir diez años mayor, en sus hombros el peso un secreto familiar que al fin se había convencido de revelar. Miró nerviosamente alrededor antes de indicarle a su hermana mayor que se internaran un poco en la arboleda, sus pasos casi inaudibles sobre la nieve y el aullido del viento invernal.

 

- Regresé porque el señor Markson fue liberado por “buen comportamiento”...

 

- Pero...- Lucille no lo entendía.

 

- No me interrumpas, por favor. Despues de la muerte de nuestros padres Lewis heredó la empresa al ser el único hijo interesado en el negocio, gracias al accidente investigaron a los Markson, pero sólo consideraron sospechoso a Eddy, la única persona que de verdad nunca tendría motivos para hacerlo. Papá había escondido evidencia sobre los planes de Zach y su padre para usar nuestros libros como forma de llevar sus negocios más lejos. Lewis decidió terminar lo que nuestro padre comenzó, los delató a la policía y entregó evidencia suficiente, ambos fueron condenados .A Markson le dieron ocho años, a Zhach más de veinte. - Luisa hizo una pausa, en todo su relato no había dejado de mirar alrededor, su voz era tan baja que incluso Lucille estando parada a su lado, debía esforzarse con tal de escucharla .- Nuestro hermano no está de viaje por el país, esa es la versión oficial, en realidad está en protección de testigos, la organización de los Markson era muy extensa y temo que ahora intenten dañarlo.




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