Me fijé en mi vacío armario, tenía un vestido que me habían regalado en una de las fiestas que hice en mi cumpleaños, era rojo engomado y apenas cubría mis piernas, me puse unas zapatillas blancas cómodas, las primeras veces cometí el error de ir con tacones. Me maquillé solo un poco para no parecer exagerada, le envié un mensaje y una foto de que estaba lista a Michael y me respondió con unos emoticones de besos y unos fuegos, ¡Vaya hombre! Miré mi reloj y ya casi estaban por ser las nueve, golpee la puerta de Rayan pero no me contestó, bajé resignada por el ascensor y en la planta baja me encontré con los tres esperando ansiosamente.
—¡Madre mía, ese vestido es...! ¡wow!— exclamó Rayan girandome con una linda sonrisa, él por su parte tenía una camisa negra y unos jeans blancos con zapatillas.
—Estas realmente hermosa.— me dijo Margot incómoda mirando a Jack que me inspeccionaba de arriba abajo. Estúpido, Margot es tú chica.
Jack tomó la mano de Margot, estaban a juego, ella llevaba puesto unos jeans anchos y un top que tenía un pronunciado escote y él tenía puesto una camisa blanca que se le veía jodidamente sexy, ¡Demonios Ariana enfócate! y unos jeans negros con zapatillas blancas.
—Bien, sus alagos son lo mejor mi bellezas, pero hoy, nos divertiremos un poco más.— sonreí picaramente. — Me invitaron y por ende a ustedes a una fiesta privada previa.— les dije entregándoles las pulseras ansiosa. Margot abrió su boca de par en par.
—Debes estar bromeando, hablé con un amigo del dueño del bar y me dijo que se habían agotado.—dijo con tristeza, Jack agarró su cara y le plantó un beso. Debería sentirme bien al ver esa escena pero no es así.
—Esa es mi chica.— sonrió Rayan abrazándome tiernamente.
Nos fuimos caminando a la puerta del hotel y Lisandro me guiñó un ojo. Los guié por donde era y en la puerta de la cafetería estaba un guardia gigante atendiendo las mesas, buena fachada. Les mostramos las pulseras y nos señaló una puerta que iba hacia bajo, esto era increíble, era un lugar super elegante y atractivo, sus paredas eran grandes espejos y la barra estaba cubierta de botellas, inspeccioné el lugar y hay fácil 200 personas.
—En fotos es una cosa pero en persona Ariana eres... dinamita.— apareció Michael sonriendo con una cámara en su cuello.
—Ni lo menciones, mirate tú.— dije pasando mi mano por su pecho, tenía los cuatro botenes desabrochados de la camisa. —Te presento a mis amigos, Rayan, Jack y Margot.
—¡Que belleza! Margot—dijo besando la mano de ella haciendo una reverencia, sin mirar a los otros dos. Jack estaba furioso. —Eres tan parecida a una chica que le tomé unas fotografías con unos amigos en el extranjero.—recordó él mirándola.
—No lo creo.— sonrió nerviosa Margot.
—Si, creo que me estoy equivocando, porque su nombre era Ariana no Margot. Bueno disfruten la noche. Se despidió soprendiendome con un beso corto. Sexy.
Comenzamos a beber y a bailar los cuatro, se nos sumó una chica que había puesto la mirada a Rayan, él lucía un poco incómodo, pero la chica le dijo algo en el oído y se fueron de la pista. Jack y Margot por su parte bailaban pegados y sus bocas estaban juntas todo el tiempo, me senté en los bancos de la barra y reconocí al barman era Yalez.
—Ahora eres barman, no me sorprende.— dije señalandole una copa de whisky.
—Ariana, cuanto tiempo sin verte, la ultima vez que te vi perdiste tus zapatillas.— recordó sonriendo.
—Y como buen alma caritativa me diste mi zapatilla.— hice una mueca y sonrió. —¿Hace cuanto estás aquí?— pregunté mirando sus ojos, Yalez era bastante atractivo, tenía pelo corto y unos ojos negros que te comían con tan solo mirarte.
—Hace dos años, Michael me trajo aquí, es un tipo increible. ¿Es tu novio?— me preguntó cruzando sus musculosos brazos.
—No, estoy solterísima.—— le dije guiñandole un ojo. —¿Y tú?
—Estás mirando por lados equivocados Ariana, me gusta mucho Michael, pero él, es el hombre más Hetero del planeta.— sonrió, Demonios.
—Me besaste cuando busqué mi zapatilla.— recordé confundida.
—Digamos que estaba en dudas mi sexualidad y me probaste que besar a una chica es lo menos que quería.— me dijo con una sonrisa torsida
—A estas alturas—dije subiendo mi vaso— no se si es un cumplido o no.
—Fui un cobarde, pero no besas mal, yo no fui real.— le toqué el hombro en señal de aprobación.
—Veré que puedo averiguar de Michael.
—No lo hagas, él sabe todo de todos los que están en esta fiesta. Pensé que eras su novia, y eso significa que eres una más del stand.— dijo sirviéndole unas bebidas a los chicos que se acercaban.
—¿De qué hablas?— pregunté juntando mis cejas.
—No puedo decirte más que eso, si quieres averiguarlo debes ir a su departamento, yo fui una vez y me corrió, algo esconde.— susurró mientras limpiaba la barra. Me alejé desconcertada y le dejé mi número para que lo tuviera.
Vi a Rayan tirado en el sillón con unas chicas y chicos y a Jack llevandose a Margot a las habitaciones de atrás, mi corazón se hacía cada vez más pequeño. Mis lágrimas comenzaron a salir y una chica que golpeé sin querer me ofreció una servilleta.
—El amor duele muchas veces, no lo permitas.— me dijo mirando su celular. —Tengo que irme, lo siento.
No quiero que sea el peor año de fiestas, Ariana, no lo permitas. Esa chica quien quiera que fuera tenía razón. Me levanté y bailé con unos chicos que iban entrando, eran cerca de las once de la noche y faltaba una hora y la fiesta en la playa empezaría. Veo a Jack tenso viendome bailar y le guiñé un ojo, el sonrió mirandome desde la barra, Margot no está con él.
Se acerca a mi luego de terminar de beber, esta totalmente borracho y sus lindos ojos me miran con tristeza.
—Eres tú la que deseo Ariana, no Margot y lo sabes.— me dijo tirandose para abrazarme escondiendo su cara en mi cuello. Agarré su cara con mis manos y le sonreí.
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Editado: 04.12.2021