Tal vez la definición de "un nuevo comienzo", para mis padres era mudarnos solamente de casa. Esto no cambiaba nada sobre mi escuela o mi vida social. Obviamente estoy más apartado de mis amigos o de la ciudad, pero era eso nada más y nada menos.
Estar en la escuela era una de las tantas cosas en las que podía despejar mi mente, no era mi lugar favorito ni nada de eso, pero por lo menos me aleja de pensar en otras cosas.
Mi vida en la escuela va tan bien: tengo excelencia académica, y soy uno de los chicos con mejor promedio de mi grado. Mi círculo social se limita a cinco personas con las que me llevo bien y puedo convivir, sin embargo, mi único amigo es Charly, al único que considero que puedo contarle lo que sea. Soy un buen estudiante, la palabra "responsable" es la que va acompañada de mi nombre cada vez que a un maestro le preguntan sobre mi. Nunca reprobe una materia, soy el que cumple a tiempo con los trabajos, y pasó con 9 los exámenes de las diferentes asignaturas.
-¡Hermano! -escucho una voz que conozco.
Levanto la vista de mi cuaderno para ver que Charly se acerca a mi banco con una sonrisa en el rostro.
-Carnal -le devuelvo el saludo con una sonrisa en el rostro.
Charly agarra una silla de otro banco, la acomoda para quedar enfrente mío, se sienta, extiende sus dedos, me ofrece su mano, y yo con mi mano choco su mano, acto seguido ambos cerramos las manos y golpeamos nuestros puños.
-¿Como te fue, hermano? - me preguntó Charly.- Dijiste que me lo contarias todo.
Estamos dentro de un salón de clases, todavía no es hora de entrar. Hay pocos compañeros adentro, algunos están dormidos con la cabeza escondida en el banco, otros están mirando sus respectivos celulares en la mano, y otros están hablando entre sí.
- Pues... -empiezo a hablar.- Todo bien, si, la casa lleva abandonada unos cuantos años, si, encontré un escritorio sucio y abandonado en una habitación, sin mencionar que la puerta de esa habitación estaba misteriosamente abierta, vi una figura humana en la ventana que desapareció en seguida, tuve la extraña sensación de que alguien me observaba en la noche, una vecina nos dijo que por las noches se escuchaban llantos dentro de la casa, y creo que está embrujada.
-Wow, wow, wow -el rostro de Charly lucía algo confundido.- Más despacio, viejo. ¿Estás bromeado?
-¿Cuándo he bromeado con algo así? -pregunté con una ceja levantada.
-Nunca, amigo, pero lo que me acabas de decir es de no creer. -Charly frunce el ceño.- Puede ser que sea tu imaginación.
-No fue mi imaginación, Charly -proteste.- Te juro que vi una persona adentro de la habitación.
-¿No habrán sido los de la mudanza? -preguntó.
- No, nadie subió arriba.
Sonó el timbre que indicaba la entrada a clases. Charly acomodó su butaca hasta que quedó derecha y con la vista al pizarrón. Todos los alumnos que estaban afuera, empezaron a entrar en manada. Observé que entraban los mismos rostros con nombres que ya eran conocidos para mi, sin embargo, alguien que no había visto antes llamó mi atención; una nueva chica entró y se sentó en las sillas de hasta enfrente del escritorio del profesor. Justo hasta el final entró el profesor de historia, con su distinguido traje con corbata gris, unos lentes de botella, y una barba perfectamente alineada y cortada. Esperó a que todos estuvieran en mis lugares, y empezó a hablar:
-Muy buenos días, chicos.
Se escuchó el "Buenos días profe" al unísono.
-Antes de empezar la clase -el profesor coloca su portafolio sobre el escritorio y ve a la clase con una sonrisa.- Me complace anunciar que hoy se nos une una nueva compañera a este interesante viaje de conocimientos -el profesor voltea a ver con una sonrisa a la nueva chica.- Levántate, por favor, y preséntate ante todos.
Justo la chica que había llamado mi atención: se levantó del lugar, dio media vuelta y nos miró a cada uno de nosotros. Empezó a presentarse:
-Pues... Soy Elizabeth Miler Vázquez, tengo 15 años y vengo del Colegio Gran Bretaña.
La chica tenía un estilo muy gótico: su cabello rubio y lacio suelto que le llegaba por encima de sus hombros, un vestido de color negro, uñas pintadas de color morado oscuro, labial de tono rosado, la sombra de sus ojos era negra y se veía que se había delineado, medias negras, y botas moradas, piel blanca, delgada, sin mencionar el pequeño pero distinguido percing en la nariz; un pequeño aro en medio de los dos orificios de su nariz. Esa chica era muy... diferente.
El profesor le hizo unas cuantas preguntas y finalmente le pidió que se sentará, continuamos con la clase.
(...)
-No estoy diciendo que juguemos a ser Cazafantasmas ni nada por el estilo -replica Charly mientras caminamos por los pasillos de la escuela.- Solamente digo que seria bueno hacer eso, si es que estas seguro de que viste algo.
-Estoy seguro de que lo vi -afirmo.
-Esta bien -Charly se detiene y se coloca enfrente de mí para detenerme.- Hoy me quedaré a dormir en tu nueva casa, le diremos a nuestros papás que son por asuntos de la escuela, y nos quedaremos despiertos para ver si vuelve a pasar lo que viste y sentiste.