El Rey Vampiro

CAPITULO 15

Narra Draggon:

-¿Cuál es la urgencia Bernard? –Pregunto algo molesto ya que me sacó de una importante junta.

-Es Annia.

-¿Qué hay con tu hija ahora? –Interrogo cruzándome de brazos.

-Ha desaparecido.

-¿Desaparecido? –Repito con tono aburrido. -¿Estás seguro? No será un capricho más de esa niña para preocuparnos o llamar la atención.

-No, esta vez es diferente ¿Créeme? le dijo a Jeremy que iría a comer algo pero al parecer salió de la casa.

-Sí, lo sé, vino a mi casa.

-¿A tu casa? ¿A qué? –Me inquirió

-A lo de siempre, fastidiarme, discutimos y se marchó, eso fue en la mañana.

-Y desde entonces no sabemos nada de ella. –Me informó.

-¿Cómo sabes que está en aprietos?

-Soy su padre, hay una conexión entre nosotros, percibí su miedo, estaba asustada, por favor manda un grupo en su búsqueda.

Miré la cara de preocupación de mi amigo, si él decía que Annia se encontraba en problemas, posiblemente es verdad.

-Está bien, tranquilo, la encontraremos. –Coloco mi mano sobre su hombro.

-Lamento los inconvenientes, sé que mi hija sólo te ha dado dolores de cabeza.

Sonrío porque es cierto, no literal, ya que los vampiros no padecemos de migrañas, pero sí en el sentido de comparación.

-Vete, te informaré si sé algo.

-No me puedes pedir eso, ya Jeremy y Ruddy, su mejor amiga, están buscándola, me uniré a ellos.

-Yo me encargo, la encontraremos, te lo prometo.

Él asiente y sube a su vehículo alejándose. ¿Dónde podrá estar? Algo se mueve en mi interior, algo que hace mucho no sentía “Preocupación”, Annia es una molestia cuando se lo propone, pero muy dentro en mi interior no puedo simplemente ocultar ciertas emociones, que aunque he tratado de ocultar, no ha sido tarea fácil.

En menos de media hora ya tengo a mis mejores rastreadores peinando la zona, de camino nos topamos con Bernard y su hijo, acompañados de una chica que imagino es Ruddy. Jeremy me mira con resentimiento e ira reprimida, perfecto, uno más de mis admiradores, bienvenido al Club.

-Jere me ha dicho de un lugar que Annia siempre visita, nos dirigíamos hacia allá. –Me informa mi mano derecha.

-Continuemos. –Señalo y todos seguimos al muchacho hasta llegar a un árbol con una casa en su copa, de inmediato mi mirada va hacia las tablas de madera pegadas en su corteza y noto una rota.

-Hay mucha sangre aquí. –Royner, uno de mis buscadores está inclinado y sostiene una rama, la observa.-Temo que está herida.

-¿Herida? –Pronunciamos al mismo tiempo Bernard y yo.

-Sí, y la cantidad de sangre esparcida, no es buena señal.

Me petrifiqué, pero a ¿Dónde pudo ir en ese estado? Con habilidad Royner sube al árbol llegando hasta donde se partió la tabla y la examina. De un salto se encuentra de nuevo con nosotros.

-Esto no me gusta, la tablilla ha sido cortada adrede.

-Es decir que la esperaban. –Deduje.

-Así es, todo fue bien elaborado, no ha sido un accidente.

Las facciones de Bernard se descomponen, sé lo que pasa por su mente.

-¿Fuiste tú, maldito mal nacido? –Me gritó Jeremy abalándose sobre mí, pero es detenido por su padre.

-¿Qué te hace creer que fui yo? No desperdiciaría mi tiempo en deshacerme de alguien que desposaré.

-Te has comportado con ella de forma cruel, contigo todo es posible.

-Hijo tranquilízate. –Le recomienda Bernard sosteniéndolo.

-Escucha a tu padre “Hijo” ¿O esas noches en el calabozo no fueron suficientes?-Le sostengo desafiándolo. - Escucha me es indiferente si me crees o no, pero no he sido yo.

-¿Por qué habría de confiar en ti? –Me espeta.

-Porque no tienes otra opción.

-¿Quién pudo ser? ¿Acaso uno de los nuestros? –Bernard se dirige a Royner.

-No lo sé, es extraño, no percibo su olor.

Todos supimos a qué se refería, nos llegaban los olores propios del bosque, pero no del atacante.



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En el texto hay: vampiros, amor, sangre

Editado: 07.01.2019

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