Naricita

Hay una cosa sobre los trabajos en grupo que no me gusta para nada: unos trabajan demasiado, otros de menos. Por esto escojer con quiénes lo haces es fundamental. Además, la universidad nos hace más independientes, no? No.

El profesor de economía política quería algo diversificado esta vez. Él mismo formó grupos, separándome de mi mejor amiga. Y para mí sorpresa me puso en el mismo grupo que Álvaro.

Oh, mí corazón! Casi nunca nos hablamos. No me acuerdo de ninguna ocasión en que nos hablamos algo más que "buenas noches". Carol me dio unos golpecitos más encorajadores que consoladores en la espalda y se fue al otro lado del salón con su grupo. 

-Oye, Naricita. No vienes? - Un momento. Me estaba hablando a mí? Creo que hice una expresión incrédula, porqué reiteró - Tú misma. Acércate más a mí.

Accedí hecho un robot y arrastré mi silla para más proximo de Ana que de él. No tengo idea de porqué hice ésto.

Éramos cinco personas en el grupo. Yo, Ana, Álvaro, Eliana y Carlos. Discutimos acerca del tema de nuestro trabajo y arreglamos las disposiciones de cada uno. Marcamos de encontrarnos en la biblioteca de la universidad el otro día, dos horas antes de empezar la primera clase, porque todos teníamos otros compromisos. Yo le hablaría a Vera, la dueña de la tienda, para salir mas temprano del trabajo. Ella siempre fue muy generosa conmigo.

- Naricita, tú trabajas, no?  Estará todo bien para ti? - preguntó Álvaro.

- S-sí.- tartamudeé.

-Entonces todo arreglado.  - dijo.

La clase se acabó y yo volví a mí lugar en frente de Carol, al lado de Álvaro. Senté en la silla y distraídamente toqué mi nariz. De adónde sacó este apodo?

Un libro aterrizó en mí mesa. Reinações de Narizinho (Las travesuras de Naricita) de Monteiro Lobato. Miré hacia adónde vino el libro con una mirada indagatoria. Álvaro se encogió de hombros en respuesta.

-Lo compré para mí sobrina. És un clásico de la literatura infantil brasileña. Te queda mejor. Es tuyo.

Qué?! (creo que fue lo que dijo mi cara). 

Un momento. Una sonrisa nueva. Una extremidad de los labios más en lo alto que la otra. Los ojos brillantes pero burlones.

Él me estaba zumbando.

Oh. Mí. Corazón.