El Secreto Más Secreto

Mensajes perturbadores

Mí teléfono vibró en mí bolsillo durante la clase de historia contemporánea que estaba muy interesante. Cristina era mí profesora favorita. Por esto, no revisé el mensaje. 

Alguien empezó a golpear la mesa con la pluma rítmicamente. Qué irritante! Miré hacia el sonido. Era Álvaro. Lucía algo ansioso. Qué le pasaba? Estaba muy extraño en estos últimos días. Creo que la imagen que yo hacía de el tenía algunas fallas. No parecía tan calmado o tranquilo cuanto yo pensaba que era. 

Respiró hondo. Por lo menos dejó las batucadas. Le hice una mueca y puse los ojos en blanco. No estaba viéndome, por esto lo hice. Jajaja Volví mí atención a la clase.

Otra vez mí teléfono vibró. No me contuve. Cogí el teléfono y revisé los mensajes.

Era de un número que yo no tenía en mís contactos. El primer mensaje que yo recibí decia esto:

Saldrías conmigo?

Y pocos minutos después decía esto:

Oye, Naricita. Te ves linda cuando haces mueca. Pero, podrías revisar tu teléfono, por favor? 

Álvaro?! Miré hacía él. Muy aturdida. Sentí lo cuán coloradas que se ponían mis mejillas. Quemaban. No me estaba mirando. Parecía concentrado en su teléfono.

Todavía no guardaste mi número en tu agenda? Me decepcionas.

Qué rayos estaba pasando?!

- Qué está pasando, Jane? - susurró Carol en mí oído.

-Oh. No pasa nada. - guardé mi teléfono otra vez en el bolsillo.

Dí un salto cuando el teléfono vibró nuevamente.

-No es lo que parece. - dijo Carol desconfiada.

Dí una sonrisa amarilla. Era lo mejor que yo podía hacer en esta situación.

Álvaro no me miró en ningún momento. Eso me hizo cuestionar si todo no estaba solamente en mí cabeza.

Se acabaron las clases y todos se fueron a sus casas.

 

Cuando yo llegué en mí cuarto, dejé caer mí bolsa y cuadernos en el piso. Saqué mí teléfono del bolsillo y revisé el mensaje.

Te espero mañana a las 6 p.m en la plaza de la marina. Hay un buen restaurante en final de la calle principal. Te  estoy invitando a cenar. Sólo para quedar claro en caso de dudas. No necesitas venir si no quieres. Pero te voy a esperar de todos modos.

Me había olvidado de qué el otro día sería sábado. Yo trabajaría sólo medio tiempo.

Un momento. Yo. Tenía. Un. Encuentro.

Wow.

Wow.

Wow!

Yo caí de espaldas en la cama. Mís piernas se sacudían hecho locas. Mí cabeza giraba y mis ojos se cerrarón fuertemente. Mí boca sonreía y en mí estómago millones de mariposas bailaban.

En ningún momento me pasó en la cabeza el no ir a este encuentro.

Yo no hiba a lograr dormir. Otra vez.

 

 



#48492 en Novela romántica
#4753 en Novela contemporánea

En el texto hay: amor inocente

Editado: 17.07.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.