El Sello En Un Beso

Capítulo 2

      Había pasado ya una semana desde el insistente en la casa de Natalia y todavía no me he atrevido a preguntarla a qué se debió su comportamiento. Más que nada no he tenido la ocasión porque al parecer se ha ido a pasar las vacaciones con su tía y cada vez que llama y su prima está con nosotros simplemente hablan un rato y cuelga mandando saludos a todos. Sé que si le pregunto a su prima me va a sacar cualquier escusa, aunque creo que ni ella lo sabe. 

 


- En qué piensas tanto tío?- me pregunta Pablo 
- Nada, solo recordaba una cosa 
- Es lo que pasó con Natalia? 
- Sí, estuvo rara con Mila y no se porqué 
- A ver Iker, esa niña está acostumbrada a ser el centro de atención, puede ser que la viera como una amenaza y por eso ha reaccionado de esa manera- me giro a ver a Pablo porque algo ha llamado mi atención- qué pasa? 
- Has hablado con ella verdad?- achino los ojos escrutándole con la mirada 
- Claro que he hablado con ella- encoje los hombros como si fuera algo normal- tengo su número de teléfono 
- Desde cuándo? 
- Desde que la conozco, en un principio estaba en el grupo pero no sé qué pasó y ella misma salió del grupo, es por eso que no tienes su número de teléfono. 
- Me lo puedes pasar?- me mira- para hablar con ella, es que no tengo manera de localizarla  
- Espera a que venga de vacaciones para que te lo de ella, la última vez que pasé su teléfono a alguien sin preguntar por poco me parte las bolas 
- A quién se lo pasaste? 
- A mi hermano, me lo pidió y al parecer estuvo diciéndola chorradas y acabó hasta el coño y cuando preguntó por el número por el grupo el bastardo de Dani dijo que era mi hermano. 
- Dudo mucho que la moleste que yo tenga su teléfono- o puede que sí- puedes pasármelo por favor? 
- Tío, pídeselo tú cuando vuelva, o que te lo dé otro yo no puedo 
- Qué es lo que has hablado con ella? 
En eso veo que él saca el teléfono nervioso y se gira mirando al cielo y coge la llamada, no me ha dado tiempo a ver quién estaba llamando en un momento tan crucial.  
Tanto secretismo me está matando. Desde que conozco a Natalia sé que no es de esconder nada, es una chica muy transparente. Cualquier emoción está reflejada en su rostro y la forma de moverse y hablar. Es muy fácil saber cuándo está enfadada o su humor no da para mucho. Es una niña bastante risueña que ve la vida como si fuera una película dramática. Todos el rato jugando, riendo molestando… y aunque a veces me duela sacar de quicio, debo admitir que ver la vida como ella lo hace, en ocasiones viene bien para evadirse de todo lo que rodea a uno. 
Me acuerdo el día que vio mi tatuaje… fue cuando vi una de sus facetas más comunes. Es curiosa de naturaleza y a todo le quiere encontrar una explicación. 
Flashback 
- Hola- se acerca Natalia con timidez a mí 
- Hola Naty, qué tal  
- Bien y tú? 
- Bien.- la miro y parece nerviosa- te pasa algo? 
- No, nada- junta sus manos y mira al frente- bueno sí- hace una pausa y me mira- he visto que tienes un tatuaje en el cuello. 
- No solo es uno, en total tengo 9 
- Así?- me mira con sorpresa- puedo verlos? 
- Ehhhh… sí claro- aclaró mi garganta- pero no todos 
- Por qué? 
- No creo que me dejen mostrarte los jajajajajaja 
- Quién no te va a dejar? 
- Tu prima querida, tú prima- le digo. Y cuando quiero darme cuenta se está acercando a ella  y le dice algo al oído y está asiente con la cabeza y luego se gira a Pablo y le pregunta algo haciendo que Pablo me mire y le diga algo. 
Se acercan las dos hablando de algo y Mika me dice  
- Puedes enseñarla todos los tatuajes que tengas de ombligo para arriba, el resto no 
- Pero por qué?- pregunta la enana 
- Porque sí 
- De acuerdo Mika 
- Yo no estoy de acuerdo, quiero verlos todos, ni que fuese algo extraordinario 
- Sí no te parecen algo extraordinario no sé para qué los quieres ver Natalia- dice Mika enfadada- o te conformas con ver lo que he dicho o no ves nada, tú elijes 
- Lo que tú digas Iker- dice la menor mirándome 
- Es lo que diga tú prima, sí le sigues intentando sacar canas vas a acabar sin ver nada 
- Entonces, ni modo, me tocará ver solo los tatuajes que tengas de ombligo para arriba, puedes levantarte la camisa. 
- Y los modales dónde quedaron?- digo torciendo el gesto 
- Por favor?- dice poniendo cara de niña buena, aunque hay que admitir que niña es… buena? Eso todavía hay que confirmarlo. 
No me malinterpretéis, en el siglo que vivimos es muy fácil encontrar a chicas con doble cara, delante de sus familiares son todo un amor, respetuosas, cariñosas y todo lo que queráis añadir y cuando no están en frente… dios libre a la humanidad del demonio que se libera. Muchas de esas niñas ni aparentan ser menores de edad. 
Hasta ahora solo he visto a Natalia con pintalabios y alguna que otra vez con la raya, nunca con mucho potingue en la cara, y según tengo entendido, a penas tiene prohibido nada. La dejan hasta la una de la mañana estar en la calle, ir lejos de casa, no la revisan el teléfono… Tienen una confianza tan grande en esa niña que a veces asusta, según tengo entendido es porque ella misma sabe administrar su tiempo y no esconde nada, todo lo hace por delante de manera que siempre se sepa qué hace y qué no. 
- Estás tardando- me dice la enana 
- Eh? 
- Qué se supone que te ibas a quitar la camisa para que pudiera ver tus tatuajes 
- Sí, sí perdona- digo apenado, me había metido en mis pensamientos observándola e intentando descifrarla tanto que había perdido la noción del tiempo. 
- Perdonado no pasa nada- dice con una sonrisa 


Me levanto la camisa quitándola por la cabeza y la coloco en la silla poniéndome en pie delante de ella, la quito como dos cabezas y media o algo más. 
- Son bonitos aunque hay algunos que son muy raros- me dice mientras me recorre el torso con la mirada de manera escueta sin dejar ni un detalle escapar. 
- Eso es porque cada tatuaje me lo hice a consciencia y tienen un significado en mi vida. 
- El de éste cuál es?- me pregunta señalando la navaja que llevo dibujado en un costado 
- Te dije que te enseñaba los tatuajes, no que fuera a decirte lo que significa y mucho menos el porqué me lo hice 
- No hacía falta que fueras tan borde, sí no querías enseñármelo solo debías decir que no 
- No quería ser borde y la verdad es que no me importa enseñarte mis tatuajes… solo que para mí su significado es algo especial y personal. 
- Vale lo entiendo 




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