No ha pasado ni medio día y ya ando luchando por mi vida, es demasiado raro 《¿Porqué su piel es diferente? ¿Que es lo que afectó su anatomía?》las preguntas se disparaban en mi mente, ahora el miedo también habitaba en mí, ¿pero quien creo que soy? ¿Acaso no soy un humano que siente? En cada paso se sentía como una mirada nueva se posaba en mí.
-Ey, tú- me mantengo quieta en medio de la calle, alguien me llama, casi gritando.
-¿Porqué no te acercas?- preguntó, una voz dulce pero valiente, me giré, ví a una niña, apenas de unos 10 años es lo mucho que reflejaba su rostro.
-¿Pensabas dejarme aquí?- pronunció palabras quebradas por tristeza.
-No, no es solo que... _titubie aturdida por mis pensamientos- bueno no importa ¿Cuál es tu nombre?-
-Me llamo, Kay- me tendió la mano, al menos tiene buenos modales, pensé. -¿Cómo te llamas?- cuestionó
Respondí algo perdida
-Mucho gusto, Kay, me llamo... Dina, silencio allá hay unos lunáticos- después de presentarme me obligué a susurrar, le hice guardar silencio con una seña sobre los labios, pero no funcionó Kay se dio media vuelta y casi grita al ver nuestra compañía, conseguí ahogar sus gritos con mi mano.
-¿Ya le has dado un nombre a eso?- me preguntó.
-Su piel es oscura como la noche ¿Qué es lo que ilumina las noches? Exacto, la luna.- expliqué, la verdad es que no se ni como se me ocurrían las cosas. No tenia sentido aquella explicación.
-O quizás es por que también estén locos. Agregué
-De acuerdo, llamemosles así hasta que los científicos hablen-
Quedó conforme.
-¿Científicos? ¿Hay más gente?- era mi turno de preguntar.
-¿Crees que eres la única sobreviviente? Pues no, te aseguro que hay más esparcidos por toda la ciudad.-
-Necesitamos encontrar al resto si es así, vamos.- la tomé de la mano y corrimos de pared en pared cuidándonos las espaldas.
No había más de esas cosas por la calle, así que avanzamos por varios metros, no sabía exactamente a dónde ir, pero Kay no preguntaba solo me seguía quizás confía en mi o solo ella tomará el liderazgo para ser tan pequeña es suficientemente independiente y valiente. Un brazo saliente de un autobús me detiene, dejo que mi cuerpo reaccione voluntariamente y se me escapa un grito de horror, pero la piel es como la mía.
-Guarda silencio- Habla un sujeto. Kay se refugia detrás de mi.
-¿Quieren que nos encuentren?-
Un chico de cabello negro rizado se muestra, su piel es clara sin exagerar.
-Me llamo Pablo, entren- se apartó del camino y cedió paso a las chicas.
-¿Y estas quienes son?- preguntó una chica de cabello rojizo y ojos marrones.
-Bueno, venían corriendo sin sentido así que las invité a pasar, ¿cómo se llaman?- dijo este acomodándose en uno de los asientos de pasajeros.
-Yo soy Dina- Mi típico aspecto serio, no tenía más que decir así que dejé que mi pequeña compañera hablara.
-Me llamo, Kay- se cruzó de brazos y volvió a mirar afuera, con sus ojos indicó peligro. Un pequeño grupo de lunáticos se acercaban, Pablo apagó las luces y se escondió detrás de los asientos, imitaron su posición y guardaron silencio. Los minutos pasaron lentamente, el corazón retumbaba en mis oídos cuando uno de esos se asomó a las ventanas, solo podía mantener la calma, comenzó a oler y pronunció unas palabras con voz tan humana:
-Ojalá no vivan mucho, no tienen compasión- siguió su camino, alguien bajó de un segundo piso del autobús, más bien del turibus solo lo había visto por los turistas, por suerte era una chica normal.
-Ey ey, tenemos visita, ¿Cómo se llaman? Soy Victoria, mucho gusto.- sin duda no tenía problemas con socializar, a diferencia de mí que he sido solitaria desde que tengo memoria.
-La mayor es Dina y la pequeña es Kay- dijo Pablo, presentándonos.
-Venga tío, que yo se lo he preguntado a ellas.- la chica con acento español soltó una carcajada- Vale, encantada de conoceros a las dos.- mordió una ciruela e hizo una mueca por el sabor ácido.
-Hola, soy Alexis, no hay necesidad de que me digan quienes son ustedes, he escuchado todo, un placer-
Tomó mi mano como un caballero e hizo una reverencia, hizo lo mismo con Kay. Este tipo había salido del segundo piso también.
-¿Que hacían allá arriba juntos?- preguntó la pelirroja.
-Uy, uy nada celosa.- respondió Victoria mientras que el chico solo se limitó a encoger los hombros.
-Así como vas, no llegarás a nada, Nicole- susurro como dandole un consejo a su amiga.
El viaje comenzó tan silencioso e intrigoso no sabia a donde íbamos, mi celular vibró, tengo la esperanza de que la señal haya vuelto, lo saco rápidamente y desbloqueo la pantalla.
-Eh, oigan ¿Un mensaje te llega aunque no tengas señal?-
-No, a menos que sea de emergencia- comentó Nicole.
-¿Te ha llegado alguno?-
-Sí, solo dice: "Eclipsados"-
Dejé que la pantalla se apagara.
-Ese mensaje también nos llegó ¿Alguna sugerencia?- preguntó Pablo, sin despegar los ojos de la carretera.
-Primeramente, ¿A donde vamos?- pregunté y Kay asintió varias veces, también tenía duda.
-Iremos a mi casa y acerca de ese mensaje, lo descifraremos en casa.- dijo el chico lacio de ojos azules, Alexis volvió su vista al camino. Mientras avanzaban una silueta se detuvo en medio de la carretera, Alexis pensó en arrollarlo pero cumenzó a mover las manos, las luces del carro dejaron ver a un chico en perrfectas condiciones, rápidamente el chico del volante frenó y abrió la puerta dejando entrar al nuevo integrante.
_Muchas gracias, ese animal mordió a mi abuela_ dijo el chico limpiandose las lágrimas y recobrando el aliento. Victoria se le acercó a darle palmadas de ánimo.
_Me llamo Rogelio ¿Que hay de ti?_ comentó con una pequeña sonrisa.