El sosiego de la metrópoli [eclipse]

Capítulo 11

Al doblar una esquina salieron docenas de locos gritando. El grupo de jóvenes alistó sus armas. Dina volvió a su cuchillo y Gema con su látigo. A la niña no le ofrecieron armas era muy pequeña para que manipulara una no querían que perdiera su cordura e inocencia al terminar con la vida de alguien. 

Dejaron a Kay en el semicírculo que hicieron para dar batalla y comenzaron a atacar. Gema y Dina se alejaron del resto debían tener cercanía a los locos para poder luchar. Lo que no se esperaban era que uno de sus contrincantes tuviera armas de fuego, armas de más alto calibre que sólo podían tener las fuerzas gubernamentales y ahora lo portaba los agentes de LUNA. 

_Cuidado amigos, ellos tienen con que combatir. _ dijo Miguel con voz agitada.  
Todos asintieron. 

Uno de los Eclipsados apretó el gatillo sin dar a nadie, mientras una bala se le incrustaba en el pecho, al ver aquello los demás locos comenzaron a disparar lo mismo hicieron los jóvenes avanzando al mismo tiempo. Con algo de suerte ningún chico había sido herido. Por lo menos 10 locos habían perdido la vida. Una bala salió disparada del arma de sus contrincantes, rozó el hombro de Dina sintió dolor pero no sé venció aunque su fortaleza durará poco pues al ver lo que habían ocasionado los Eclipsados huyeron del lugar dejando los cuerpos sin vida de los que alguna vez fueron sus compañeros. 

La sangre cada vez abundaba y la playera blanca no daba beneficios sacó su chaqueta de la mochila y se la puso. ¿Cómo el roce de una bala en el hombro la podía haber enfermando? Esa pregunta rondaba por su cabeza. Alguien la cargó sobre sus hombros y avanzaron. Escuchaba voces. 

_No sé detengan._

_Lo solucionaremos._ 

_Por aquí, corran, puede ser seguro._ 

_No se aparten, sigan mi paso._ 

_Te ayudaré con ella, descansa lo que puedas._ 

Y todo se volvió oscuro, silencio, nada que le indicará dónde se encontraba, sentía temor, quería gritar pero algo bloqueaba su garganta. Volvió a escuchar pero todos parecían hablar con sigilo no abrió los ojos estaba débil. 

_Ya está listo, de algo sirvieron las vendas y los productos de la farmacia._ 

_Espero que siga dormida._ 

_Alcohol por favor, algodón._ 

Nuevamente perdió el conocimiento y cayó en la negrura de su mente para luego dar paso a sus recuerdos.  

Era otoño los árboles tenían apariencia seca, sin vida, el viento soplaba, su cometa danzaba por el aire y corría, ya no pudo dar ningún paso más, sentía temor. 

_Buenos días.- Era Victoria. 

_¿Que pasó?- Preguntó la joven. 

_Recibiste un disparo en el hombro, ¿Lo recuerdas?_ Nicole habló está vez. 

_¿Dormí mucho?_ preguntó 

Pablo se echó a reír y comentó. 

_Por lo menos no dormirás para siempre. 

_¿De qué habla? Preguntó Dina. 

_No se que tanta suerte tengas pero, sabes_. Pausó Victoria, tomó una bocanada de aire. _La bala tenía una sustancia dañina, por suerte solo rozó en tu piel. 

Ambas se miraron. 

_Y si lo preguntas, me acostumbré a ver y reconocer olores. Es fácil si tus padres lo utilizan en su trabajo._ sonrió y se dió media vuelta. 

Dina se quedó sorprendida por estar viva y por qué la chica pareciese que le hubiera leído la mente. 

_Fue un milagro._ murmuró Miguel y se sentó junto a ella. 

Dina no dijo nada solo sonrío, Miguel amablemente devolvió el gesto. Se puso de pie y se marchó, tenía hambre, por suerte sus amigos habían preparado algo. 

_Toma, este es tuyo._ Comentó Gema poniendole de frente un plato de sopa. 

_¿Donde lo consiguieron?_ preguntó Dina señalando el plato. 

_¿Miras allá?- a modo de respuesta, preguntó Nicole apuntado al oeste. _Pues de ahí viene._ Le sonrío sarcásticamente. 

Dina agachó la cabeza y dió el primer bocado a la sopa, era el primer alimento verdadero que probaba desde lo sucedido. Todos a su alrededor comían. Terminó y agradeció por el alimento. 

_¿Cómo terminó el día de ayer?_ preguntó Dina sin dirigirse a alguien en particular. 

_Despues de que el loco te disparó, Miguel corrió por ti y te subió a sus hombros._ Le respondió Gema. 

_No olvides que... Dijo Rogelio sin poder terminar la frase. 

_Si lo sé._ dijo la chica. 

_¿Que ocurrió después?._ habló nuevamente. 

_Kay nos avisó sobre LUNA._ Está vez habló Miriam, quien jugaba con un cuchillo. _Cuéntale niña, también necesita saberlo._ 

Kay se acercó tímida a la chica.  

_Miré a los empleados de la asociación._ 

_Así que es una asociación._ alegó la joven como si se le hubiera ocurrido una idea. 

_Eso es lo que parece._ gritó la española cuándo lanzó su cuchillo hacía la pared. 

Dina se se quedó pensando. 

_Y por lo visto, LUNA es solo una abreviación.- Hicieron un pequeño espacio al silencio para que la niña siguiera hablando. 

-Dijeron que nos están buscando.- De nueva cuenta se escuchó la voz de Kay.  

_¿Por qué nos buscan?._ cuestionó. 

_No tengo idea, pero también hay un grupo más. Pausó un momento la pequeña. -Hablaban por una radio con un tal..._ chasqueo los dedos. _ Patrick._ el salón quedó en silencio. 

Mientras procesaban la información. Dina volvió a hablar. 

_El jefe Patrick._  

La niña movió la cabeza afirmando. 

El día pasó rápido. Permanecieron en el salón comieron, se prepararon la cena, reuniéndose y se quedaron dormidos.



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Editado: 02.09.2024

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