El tiempo en mi mano

CAPÍTULO 3

Luego de buscar toda la noche información acerca de Aki Yamamoto, me di cuenta de por qué Faith lo conocía. Era un científico japonés con conocimientos en astronomía, entre otros, y que vivía precisamente en Asuka. Supuse que fue a su casa a donde fue a parar Faith en busca de refugio. Averigüé su dirección y me dispuse a viajar hasta Asuka en busca de respuestas. Estaba segura de que, si él era culpable de alguna manera, al verme ante su puerta palidecería al creer que yo era un fantasma en busca de venganza. Era ridículo, lo sé, pero a esa altura no sabía muy bien qué esperar ni qué hacer.

Cuando llegué a Asuka, tomé un taxi hasta la casa de Aki Yamamoto. Estaba nerviosa, no lo voy a negar. Mi estómago se sentía anudado y el cuerpo me tiritaba entero pensando que quizás me enfrentaría a un asesino y que su próxima víctima sería yo.

Le pedí al taxi que esperara por mí, pero no quiso y así sin más, me dejó sola frente a la casa del científico sin más seres vivos que yo alrededor.

Me armé de valor y luego de elevar una plegaria a los cielos, golpeé la puerta tímidamente.

Esperé un par de minutos y nada. Volví a golpear, pero esta vez con más fuerza.

Al cabo de un par de minutos más la puerta se abrió lentamente. Frente a mi apareció un hombre de entre 40 y 50 años, alto, de cuerpo macizo con rostro demacrado pero atractivo enmarcado por una frondosa cabellera negra con hilos de plata en las sienes, unos ojos oscuros, profundos y con una voz ronca y varonil me preguntó qué era lo que deseaba, no sin antes mirar detrás de mi por si yo estaba sola, algo que sin duda hizo que se me pusiera la piel de gallina.

_ ¿Es la casa de Aki Yamamoto?_.

_Sí, es mi casa. ¿Quién pregunta?_.

Al principio no creí estar hablando con el mismísimo susodicho. La verdad es que me parecía demasiado fascinante como para ser un renombrado científico. Y cuando me miró a los ojos me di cuenta enseguida de que me veía como si fuera la primera vez que estaba enfrente de él. Y sí, era mi primera vez, pero si hubiese conocido a Faith de antemano, seguro su semblante hubiera reaccionado con temor al pensar que quien estaba delante de él era aquella muchacha  a quien hizo desaparecer un año atrás.

Lo cierto era que todo seguía siendo un misterio. Ahora solo quedaba hablar con la verdad si quería escuchar la verdad tras la desaparición de Faith, implorando que el hombre frente a mí se dignara a decírmela.

_Buenos días, mi nombre es Grace Landon_. Esperé paciente su reacción y no me equivoqué. Noté mucho nerviosismo en su semblante y no dejaba de mirarme a los ojos, como esperando a que siguiera con mi diatriba. Al no escuchar más palabras de mi boca, simplemente me hizo pasar.

_Tome asiento, por favor. ¿Le sirvo algo? ¿Un café, una soda, o tal vez algo de alcohol?_.

_Gracias, pero no. Necesito estar con todos mis sentidos atentos para lo que tengo que hablar con usted_. Me senté en el sillón en donde creí que Faith se habría sentado cuando estuvo en esa casa, mientras que Aki se sentó en un sillón orejero frente a mí.

_¿Acaso nos conocemos?_ me preguntó escéptico.

_No, la verdad es que no. Sin embargo, creo que a quien sí conoció fue a mi hermana, Faith Landon. ¿La recuerda?_.

_Señorita Landon…._ me dijo sopesando las palabras que me diría a continuación.

_Grace….._

_Grace. Me temo que a su hermana solo la conocí de nombre. Hace un año ella invadió mi casa en mi ausencia, quebró un vidrio para entrar en ella, comió de mi comida, durmió en mi sala de estar y solo se dignó a dejarme un mísero mensaje junto a unos cuantos yenes a modo de disculpa y compensación por el daño causado _. Terminó de decir el científico con cierta alteración en su voz y una mirada que reflejaba su ira y desilusión.

_¿Es por eso que decidió tomar cartas en el asunto y hacerla pagar el precio de su error haciéndola desaparecer?_. Rápidamente se alzó de su sillón en actitud desafiante y me miró con desdén.

_Cuide sus palabras Grace. No sabe lo que habla. De lo que me acusa es un crimen que jamás cometería. Ninguna de las acciones en las que incurrió su hermana son suficientemente graves como para perpetrar semejante fechoría en su contra_.

_¿Entonces cómo justifica su desaparición y que en su diario, el último registro que ella dejó, su nombre apareciera en él?_. Estaba tan frustrada que sin darme cuenta elevé la voz haciendo que de pronto el rostro de Aki palideciera.

_¿Qué quiere decir, Grace?_.

_Lo que oyó_ Me puse de pie frente a él para tratar de quedar a su altura, cosa que fue imposible a pesar de mi esfuerzo. _Ella escribió que cuando estuvo aquí “vio algo que la dejó fascinada. Un descubrimiento suyo que, de resultar exitoso, le encantaría ser la primera en probarlo y que sin duda éste cambiaria el mundo”. Y no nos veamos la suerte entre gitanos, Aki. Estoy segura de que lo que ella vio fue algo suficientemente importante como para usted temiera que ella lo revelara, por eso la eliminó, ¿no es verdad?_. En ese momento, me hubiera gustado haber cerrado mi boca y no haber dicho lo que dije. Sabía que no debía hacer una acusación tan terrible sin pruebas, pero me estaba jugando la verdad acerca de Faith y la cosa era ganarme el derecho a escucharla sí o sí, aunque solo saliera de su boca a modo de afirmación, justificación o simple defensa. Entonces, sin prever sus movimientos, se fue corriendo hacia el que creí era el sótano y al cabo de unos minutos volvió a aparecer frente a mí, tomando su cabeza con ambas manos y cayendo al sillón con tanta fuerza que pensé que quebraría sus patas. Yo me quedé ahí, de pie frente a él, sin moverme, altiva, como si hubiera salido vencedora de una larga y brutal batalla. Eso hasta que él abrió la boca y dijo algo que me dejó en blanco sintiéndome la mujer más estúpida del planeta.




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