8 meses antes
Lía
El sonido de la alarma me confirmaba que era hora de levantarme y comenzar el día. Sin embargo, soy alguien muy perezosa y con las 6 horas que había dormido no me bastaba, necesitaba más, sabía que no debí quedarme leyendo hasta tarde, pero es que es inevitable, más cuando la trama se va poniendo más interesante a medida que avanzo los capítulos, pero como ya lo dije es ¡¡¡INEVITABLE!!!
Antes de que pueda levantarme y alistarme para asistir al primer día de clases, el sonido de la puerta me avisa que alguien a entrado. Sin tocar. Y la única, o bueno las dos únicas personas que hacen eso son...
-ESTAS SON LA MAÑANITAS, QUE CANTABA EL REY DAVID, A LAS MUCHACHAS BONITAS, TE LAS CANTAMOS A TI, DESPIERTA LÍA DESPIER...
Liam, mi querido hermano mellizo, entraba con su uniforme puesto y su lindo cabello negro despeinado, que le daba un aspecto más simpático de lo que era.
-OK OK ENTENDÍ!!! Pero no es necesario que grites, y segundo así no es la letra!!.
Desde que nos fuimos de vacaciones a México por el cumpleaños de mi querido hermano o mejor dicho nuestro cumpleaños, no para de cantar esa canción.
Aún recuerdo como nos levantaron a las 6 de la mañana para cantarnosla. Y desde ahí no para de cantarla.
Y es que no es que tenga mala voz, pero escucharlo casi todos los días cantandola, me estresaba.
Volviendo a mi querido hermano, le fulmino con la mirada y le hago una seña para que se retire de mi habitacion antes que me levante y se arrepienta de haber entrado.
-Vale, perdón, pero avanza que no quiero que lleguemos tarde- me dice Liam antes de salir por la puerta.
Tomo un largo y profundo respiro antes de levantarme y comenzar con mis deberes del día.
Me baño, y luego me pongo el uniforme característico del colegio, que consiste en una falda y saco azul, una blusa blanca y una corbata roja.
Me seco el cabello y lo dejo suelto.
Si hay algo que me encanta es mi cabello, es negro pero de un color claro, me gusta. Además que es ondeado y cae por mi espalda como cascada.
Luego de arreglarme e inspeccionar que no me falte nada, bajo hacia la cocina para desayunar algo. Y me encuentro con Martha una mujer de 55 años que se encarga de hacer los deberes de la casa.
Con mis hermanos la apreciamos bastante, ya que es una señora muy buena y amable, se ha encargado de atendernos desde que teníamos 6 años.
La saludo y me siento a desayunar.
Si hay algo que me enfada bastante es que mis queridos hermanos siempre me levantan y me dicen que llegaremos tarde por mi culpa, cuando ellos demoran en alistarse y son los últimos en bajar. Y lamentablemente no puedo irme yo sola porque primero no tengo auto -ya que no se conducir y me da pereza hacerlo- y son muy protectores conmigo ya qué no quieren que ande sola.
Estoy terminando de desayunar cuando siento un par de manos en mi cintura rodeándome con sus brazos y luego un cálido beso en mi coronilla.
-Como estás- me saluda mi hermano mayor Ian, el nos lleva a mi y a Liam por un año y es un simpatico pelinegro con sus hermosos ojos azules.
Mis hermanos y yo contamos con unos hermosos ojos azules, lo caracterizamos de parte de mamá, prácticamente toda la descendencia Mitchell cuenta con unos hermosos ojos azules.
Saluda a Martha y se sienta a desayunar.
-Digamos que como todos los días, con sueño y ganas de quedarme en casa leyendo y comiendo, pero los deberes me llaman, así que aquí estoy lista para empezar el día- le respondo a su pregunta con una calida sonrisa.- ¿Y tú?
-Igual excepto la parte de quedarme en casa a leer, eso lo cambiaría por salir a un bar o karaoke y cantar- me responde con esa sonrisa coqueta que suele tener.
Y es que a pesar que físicamente nos parezcamos bastante, en si somos totalmente diferentes, tenemos diferentes gustos.
Por ejemplo a Ian le gusta cantar y componer canciones. No le teme a nada, simplemenete lo hace. Y es muy extrovertido pero maduro a la vez.
En cambio yo, con mis 17 años, soy insegura, y no me refiero en cuanto a mi físico, no, soy insegura en cuanto a mis decisiones. De hecho me encanta cantar y componer, pero tengo miedo que al hacerlo frente un público lo estropee todo y quede en ridículo.
De todas formas, me anoté a la clase de música, he decidido por una vez en mi vida dejar mi temor e inseguridades de lado, y hacer lo que más amo. Aunque mi miedo de hacerlo sigue ahí. Pero como dice una frase “Sin miedo al éxito”.
Y Liam; bueno Liam, a diferencia de Ian y yo, el canta por hobbie, le gusta hacerlo, pero no es algo que lo vea haciendo toda su vida, diria que prefiere el deporte antes que cantar.
En fin muchos creen que porque nos parecemos fisicamente somos iguales en cuanto gusto, pero queda ya demostrado que no es así.
(...)
Después que Liam baje a desayunar y esperar a que el señorito acabe de hacerlo. Vamos a lavarnos los dientes y luego salimos de casa para ir al colegio. Cada uno toma su auto y yo me subo en el de Ian, que es un lindo McLaren 720S color negro, la verdad no se mucho de autos pero así me dijeron que se llamaba.
Tomo una respiración profunda y me mentalizo que puedo hacerlo, puedo asistir a esa clase de música y dar todo de mí.