Podía ver las llamas rodeándola, devorando todo a su paso.
El cielo lleno de estrellas perdiendo su resplandor y volviéndose negro, como si quisiera tragarse todo.
El viento le pegaba en la cara, avivaba las llamas y traía un ligero rumor salino del mar.
El olor a quemado picaba en su nariz.
El humo apenas la dejaba abrir su ojos y mirar a quien estuviera frente a ella.
Él la miraba fijamente, la expresión de derrota en su rostro se divisaba entre el humo.
¿Qué se supone que era todo eso?
¿Qué debería hacer?
¿Qué debería decir?
Eventualmente las respuestas llegarían hasta ella en forma de acciones que escapaban de su juicio.
En su mano sostenía una báculo plateado y pesado, con inscripciones en otro idioma y otro método de escritura ¿Tal vez occidental? en todo el tallo, para finalizar en una cúspide de media luna y un resplandor justo en medio, manteniéndose flotando a donde quiera que el báculo se moviera.
Observó sus manos como al infitino, porque esas no eran sus manos, eran más grandes y con dedos largos, de piel pecosa y clara.
Siempre había intentado observar sus pies, pero sabía que era inútil porque la falda larga no la dejaba verlos.
Sentía una enorme curiosidad por todo en su entorno, a pesar de que todo estuviera ardiendo en llamas.
Las llamas.
Ese cuerpo que no era suyo.
El lugar.
Esa persona frente a ella.
Irremediablemente levantó la mirada, dirigiéndola hacía él, quien no le devolvió la mirada, manteniéndose con la vista gacha y fija en sus propias manos, ríos de plata surcando su oscurecido rostro a modo de llanto.
Mecánicamente su no-cuerpo se movió, alzando el báculo en sus manos, viendo su reflejo en la hoja de la media luna de la cúspide, era idéntica a ella...
Sus labios se movieron sin emitir sonido, también los de él, era todo como una película muda, que se repetía una y otra y otra vez, sin estropearse con el paso del tiempo, permaneciendo intacta.
Había sangre manchando la ropa que en su momento fue blanca, el muchacho frente a ella estaba arrodillado en el suelo, respirando irregularmente mientras los finos hilos de plata que componían su cabello, hecho un desastre, le caían en la cara dificultando la tarea de mirar la expresión de su rostro.
Él alzó por breves momentos su rostro, de expresión resignada y una infinita tristeza bullendo en el par de universos que componían sus ojos, y por el exceso de humo no pudo, nunca podía, apreciar en todo su esplendor el rostro ajeno, siempre siendo un misterio para ella, que solo podía imaginarse todo aquello.
El báculo fue agitado, despidiendo un resplandor que la dejó cegada unos instantes. Cuando al fin pudo ver, su no-cuerpo se negó a ver a quien sea que estuviera enfrente y haya recibido la enorme explosión de energía dándose media vuelta echando a andar a un acantilado.
Venía la peor parte, esa donde su no-cuerpo decidía que era mejor arrojarse por el acantilado, haciéndola sentir esa terrible sensación de estar cayendo...
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¡Hola! Este es un proyecto que llevo cinco años planeando, espero sea de su agrado, no tengo tiempo de publicación, pero espero no tardar demasiado entre cada capítulo. Espero disfruten la lectura y me hagan saber si les ha agradado con un pequeño comentario <3