El virus de la muerte

Capitulo XIII: Ciencia

Silencio... eso es lo que hay, es tanto ese silencio que si uno presta atención logra percibir cómo fluye la electricidad detrás de las paredes hasta llegar en los monitores de las cámaras de seguridad. Marcos se sienta en su silla, suspira por el cansancio que tiene, le suda la frente ya que no hay ni siquiera un ventilador, enciende la cámara que se encuentra en la mesa el cual está en frente suyo.

—Día doce estando encerrados en este lugar... la prueba D4 de ayer explotó básicamente. Hoy vamos a iniciar con la D5. No doy más, el calor invade este lugar porque sólo hay dos conductos del cuál entra y sale el oxígeno, además son tan pequeños esos conductos que sólo un gato podría entrar con facilidad, siento que en cualquier momento me voy a suicidar, dadas las condiciones no sería una mala idea, pero  ¿quién sabe?, es ciencia lo que hago, hoy sufro mañana más, sólo se espera el milagro...— En ese momento se apagan las luces quedando todo el lugar a oscuras, Marcos confundido agarra la cámara y la configura en modo visión nocturna, camina hacia la derecha guiándose por lo que vé en dicho dispositivo.

—¡Señor!... ¿Dónde está?— Le pregunta a Marcos el ayudante que se salvó con ellos llamado Mateo.

—Acá... – Le responde Marcos mientras se le acerca – ...¿El resto está bien?—

—Sí. Acá estamos— Se lo escucha a Funsiztik responderle en la oscuridad, Marcos apunta hacia su derecha y vé al empresario sentado en el suelo apoyado sobre la pared mientras abraza a su familia que son su esposa y dos hijos.

—Esos hijos de puta al parecer encontraron el cable que nos tenía a salvo hasta hoy— Comenta Marcos.

—¿Y ahora qué hacemos?— Le pregunta Funsiztik.

—No hay otra opción, vamos a tener que intentarlo— Le responde Marcos...

 

 

*GUALEGUAYCHÚ, ENTRE RÍOS*

 

El viento sigue soplando a una velocidad de más de sesenta kilómetros por hora, la lluvia de pronto cae y es tan fuerte que parecen como si se cayeran granizos aunque sólo es agua, los rayos no paran de sonar en lo alto. La calle se inunda provocando que todo tipo de cosas sean arrastradas en todos lados, tanto suciedad, como chatarra e incluso partes de cuerpos humanos como un brazo o una cabeza.

 Son las quince horas y diecinueve minutos.

Súcare sigue llorando mientras abraza a su amigo Santiago que sigue acostado sobre ella mientras se desangra. Sofía también sigue llorando mientras arrodillada apoya la cabeza sobre su hermana muerta. Enzo al acercarse también se arrodilla esta vez al lado de Luciana mientras está sorprendido, Jonathan también sorprendido se acerca rápido a Santiago para atenderlo mientras Sebastián se acerca a Roberto y le apoya su dedo sobre el cuello, no duda en deducir que lo que le pasó es por el gas creado por Marcos.

—La bala atravesó el corazón, tal vez encuentre algún botiquín en otra habitación, ahora vuelvo...— Dice nervioso Jonathan.

—No. Quedáte, quédense todos...– Lo detiene Santiago – ... Vos mas que nadie sabés que cuando impacta en el corazón no hay salvación... –Jonathan se queda en su lugar y sólo lo mira sorprendido al igual que Sebastián desde más atrás – ... Sú, escúchame...— La toma de la mano a Súcare mientras ella sigue llorando aunque un poco menos... — No lo culpes, no es su culpa... – Le dice refiriéndose a Roberto... —¿Su?—

—Sí...— Le dice ella casi sin voz, no puede hablar mucho, sólo cierra los ojos fuerte mientras escucha a su amigo.

—Te amo... te amamos, siempre— Le sale también a Santiago una lágrima mientras le dice eso.

—Yo también— Le responde ella y suelta otro llanto. Santiago mira a Jonathan que sigue sorprendido desde su lugar mientras de a poco se le nota que está a punto de llorar.

—Vení... (le dice casi en voz baja, Jonathan se acerca) Hay una libreta en mi bolsillo derecho. Ahí estuve escribiendo mi lista de zombies (John sonríe un poco mientras le sale una lágrima), te la concedo ahora—

—Gracias, por supuesto que la voy a seguir—

—Cuidala amigo... en vos confío. Y no me refiero esta vez a la libreta— Le dice agarrándolo del brazo.

—Sí... De eso no lo dudes— Le responde John bien seguro.

—Okey... (Piensa un poco) ¿Saben?... Creo que es un buen momento para decir esto... (La mira a Súcare) Sú...— Ella lo mira también a los ojos.

—¿Sí?— Le pregunta aún triste.

—Hay sólo un, heredero al trono... su nombre es, ees, es...— De pronto respira con dificultad a propósito, Jonathan no entiende lo que sucede, lo mismo con Sebastián y el resto que lo escuchan desde sus lugares atentamente. Hasta que deja caer su cabeza sobre los brazos de Súcare mientras cierra los ojos, al principio no entiende tampoco lo que le quiso decir, pero logra entenderlo y se ríe.

—¿Y eso qué...?— Pregunta Jonathan.

—Sos un idiota...— Dice algo tentada Súcare mientras le tiembla la voz y le sale todavía lágrimas.

—Ah... ya entendí, me costó pero entendí— Dice Sebastián algo sonriente desde su lugar.

—¿Qué cosa? Yo no entendí— Le pregunta John.

—Shrek tres. La muerte del rey sapo, sus últimas palabras— Le responde Sebastián.



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En el texto hay: fantasia, zombies, zombies inteligentes

Editado: 04.06.2024

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