"Todo lo que nos pasa, ocurre por algo. Los tiempos difíciles por los que pasamos, nos forjan el carácter, haciéndonos personas mucho más fuertes".
En mí caso era diferente, los tiempos difíciles me quitaron la poca fuerza que tenía, me volví débil sin darme cuenta, hasta que ya era tarde. El arrepentimiento me tenía como quería y no se daba cuenta.
Porque de ser así...¡Al menos habría tenido suerte al entrar a esa cabaña! pero no ¿Que tom quiere una noche tranquila?
Nah, ¡mejor pongamosle una escopeta en la cabeza!
Me di vuelta despacio y pude ver de reojo que era una señora de mediana edad la que amenazaba con disparar. Traté de voltearme completamente pero...
—No des ni un paso más, ninguno de ustedes—nos dijo y no moví ni un solo músculo, !hasta parecía estatua!
—Se...señora nosotros no quisimos— traté de explicarme.
—¡Silencio! Se perfectamente que es lo que intentaban...—dijo y me pregunté ¿Ah si? Cómo si ella leyera mí mente agregó— se creen que tienen las agallas de entrar a robarme, pero al ver un rifle se espantan— aaaa era un rifle.
Pues yo no sé de armas.
Wang quien permanecía callado por fin habló:
—No íbamos a robarle nada, solo íbamos a invadir su casa para pasar la noche.
Pero solo habló para meter la pata.
—Digo...la íbamos a tomar prestada—dijo con una sonrisa nerviosa. Pude sentir como xian lo aniquilaba con la mirada.
¡Por mí dejo que lo mate!
Concuerdo.
—Con que pasar la noche ¿eh? ¡Ahora pasarán el resto de su vida bajo tierra!— gritó y no pude evitar sentir escalofríos, normalmente me asusto con facilidad.
—Si...si pero nos arrepentimos, nosotros no sabíamos que había alguien aquí...pe...pensamos que era un lugar abandonado ¡Lo sentimos!—dije ya con miedo total, wang lloraba y casi me le uno.
—Baja ese rifle rebeca—escuché y volteé a ver a xian.
¿Rebeca?
—No quisimos invadir tu casa y mucho menos robarte, pero tocamos y no recibimos respuesta, le pido mis más sinceras disculpas. Somos solo unos humildes viajeros que buscaban dónde pasar la noche, pero nos iremos ya mismo—dijo xian con tanta naturalidad que parecía como si la conociera.
—¿Como sabes mí nombre?— preguntó la señora.
—Lo se todo con solo mirarte—respondió con simpleza.
—¿Quién eres?—preguntó y al no recibir respuesta me apartó y le apuntó a ella—dimelo.
—Si ni siquiera te reconoces a ti misma yo menos—dijo y la señora permanecía con cara de culo, mientras que wang y yo compartíamos cara de una confusión total.
—A mí no me vengan con bromas y ya larguense de mí casa—dijo bajando el arma, iba a cerrar la puerta en nuestras caras pero le detuve.
—Por favor señora—al parecer llamarle señora la hizo enojar— re...rebeca, por favor no tenemos a dónde ir, si tan solo...
—Lo hubieran planeado bien, en lugar de invadir mí casa—me interrumpió, volvió a intentar cerrar la puerta, pero se lo volví a impedir.
—Por favor, solo una noche y a la mañana nos iremos, solo una—le supliqué, esperando que funcionará.
—Lo siento pero la respuesta es no— terminó de cerrar la puerta.
—¡Te pagaremos!— gritó wang, pero ya supusimos que se había ido.
Nos dispusimos a alejarnos hasta que habló:
—¿Cuánto?— preguntó desde el otro lado de la puerta.
—¿Que te parecen 100?— preguntó y al no recibir respuesta continúo—...¿¡150!?
Esperamos unos minutos y abrió, pasaron otros segundos y me miró.
—¿Solo una noche?—me preguntó.
—Solo una noche—le afirmé.
Al entrar la cabaña se veía acogedor, lo típico; chimenea, sala con amueblado para quedarte invernando en el sofá, gran parte de la cabaña era de madera porque ps es una cabaña.
El frío parecía desaparecer a medida que entrábamos, olía a madera y a esencias, se sentía cálido, pero con un aire de soledad.
Wang corrió hacia la chimenea.
—Siéntanse como en casa—dijo rebeca y wang se quitó la chaqueta para tirarse al piso y decir "oh si, esto si es vida"— pero no tanto.
Xian permanecía en la entrada y me le acerqué.
—Tranquila, solo es una noche—dije y no me miró.
—No estoy preocupada—dijo—No por esto.
—¿A que te refieres?—le pregunté dirigiendo mí vista a ella, xian hizo lo mismo.
—¿A dónde vamos?—me preguntó mientras volteamos a ver cómo rebeca le pegaba la escoba a wang para que bajara los pies del sofá.
—Seguiremos adelante, saldremos de esta.
—No me refiero a eso tomas—me veía con seriedad—admitelo, no tenemos a dónde ir, huimos, corremos de ellos— pausa— el...y tú...tienen un lugar a donde volver, pero yo no y si lo tuviera, no lo recuerdo, ni siquiera sabía cómo caminar cuando me encontraste.
Se quedó en silencio mientras entrábamos, me senté en los escalones de la escalera y ella hizo lo mismo.
—¿Quien soy tom?—me preguntó y podía sentir la duda y tristeza en esas palabras.
—Eres una persona que ha sufrido, no se quién eres, ni tampoco se de dónde eres. Tu vida se dividió en fragmentos en ese lugar y estoy seguro de que poco a poco recordarás quien eres—le sostuve la mano, mirándola a los ojos, lo cual le sorprendió, pero no la apartó—vamos a encontrar a tu familia, vamos a encontrarte, no estás sola—le apreté ligeramente la mano para darle seguridad—ya no más.
Silencio por unos segundos.
—Además, probablemente ella nos eche de aquí mañana—dije viendo a wang huir de la señora y reímos— es la primera vez que te veo reír— admití.
—Me rio de mí vida, es mejor que llorar sin saber por que.
***
Nos comimos la cena como si no hubiéramos comido nunca antes, creo que hasta me tragué una servilleta.
Rebeca nos ofreció una habitación, con tres pequeñas camas, era un cuarto muy acogedor y sin darnos cuenta caímos rendidos en sueñolandia.
Pero desperté.
Este viaje me tenía tan agotado, miré a la ventana y recordé.
Debes hablarle.
Me levanté con cuidado y salí a la sala a buscar un teléfono, vi uno sobre la mesita junto al sofá, frente a la chimenea y lo tomé.
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Editado: 21.02.2020