Elizabeth

Capítulo 7.

Capítulo 7:

Me sentía como la mierda y mas por tener que asistir a esa bendita fiesta. Joder. Nick no comprendía mi cambio de decisión y creo que era lo mas acertado; que no se enterase de la madre que tenía. Suelto un suspiro y me observo en el espejo. Eloise había elegido un bonito vestido para una noche como hoy, debía admitirlo y me obligó a llevar mi cabello en un elegante moño.

Ella y su manía porque te veas perfecta.

Lo sé, me dan arcadas de solo verme. Vamos, podía por mí misma elegir un vestido; no todo necesitaba de su aprobación. Pero -y aquí uno de los malos- era imposible que no lo hiciera, que no se metiera en mi vida. Estupendo. ¿Algún día dejaré de darle el poder de manejar mi vida? No lo sabía con exactitud, pero temía que nunca dejase de suceder.

Unos suaves golpes en mi puerta, me sacan de mi ensimismamiento y volteo, encontrándome con Nick. Lleva un smoking negro, que lo hace lucir muy apuesto. Una sonrisa adorna su rostro, aunque sabía que era de esas por compromiso. Sé que no le hacía ilusión ir y algo me decía que allí estaría su enamorado. ¿Quién era? Ni idea, tampoco hemos vuelto a tocar el tema y lo agradecía. Porque era probable que acabase por contarle de mi conversación con Eloise y no, no sería la mejor de mis acciones. Oh vamos, el que lo sepa es hacerle daño y no lo merece. 

Ya, es un ser de luz y como tal tiene derecho a ser feliz.

Por supuesto que sí. ¿acaso no lo merece?

¿Y tú?

Yo soy un caso aparte, ¿vale?

—Estas guapísima —me halaga y le regalo una pequeña sonrisa.

—Tú no te quedas atrás, eh —le digo en el mismo tono—. Hoy estas para matar.

Niega divertido por mis recientes palabras y luego su rostro se torna serio. Joder. ¿Ahora que? Por favor que no toque el tema de la boda e Ian, no estoy de humor para ello. No me apetecía sacarlo a colación, porque es seguro que soltare todo eso que vengo guardando.

—Me quiero disculpar por mi actitud de hace unos días, fui un completo imbécil y no te mereces que sea así. Ya tienes bastante con la boda y Eloise, como para sumarle los berrinches de tu hermano mayor —comienza disculpándose, mientras se rasca debajo de la barbilla; un gesto que interpreto como nerviosismo—. ¿Puedes perdonar a este idiota? —quiere saber y una sonrisa se desliza por mi rostro.

—No hay nada que perdonar, Nick —le aseguro y sus brazos no tardan en rodearme.

No puedo evitar devolver aquel abrazo, era como una caricia a mi alma. El estar bien con él, es lo mas importante para mí. Eloise se puede ir al demonio, no dejaré que le haga daño; lo protegeré a como de lugar. Un carraspeo nos interrumpe, mi padre se encontraba en el umbral de la puerta. Una dulce sonrisa estaba en su rostro, supongo que le alegraba vernos así de unidos. Supongo, porque nunca hablo con él. Tampoco es que intente entablar una conversación conmigo, eso esta claro.

—¿Estáis listos? —pregunta y ambos asentimos al unísono—. ¡Estupendo! Es mejor que bajemos, vuestra madre esta histérica porque no quiere llegar tarde —comenta con diversión lo último, parece que tampoco le hace mucha ilusión ir.

 Sin emitir palabra alguna, los tres emprendemos camino hasta el coche de mi padre. Donde efectivamente nos esperaba una enfurruñada, Eloise. Estaba que echaba humo por sus oídos, era divertida la situación. El llegar tarde no era su fuerte, le gustaba la puntualidad. Joder.

Nos acomodamos en el coche y mi padre encendió el mismo, así comenzando el camino hacia aquel lugar. íbamos sumidos en un silencio sepulcral, digamos que la comunicación no era nuestro fuerte. Creo que nunca tenemos una como familia, William -mi padre- no se interesaba mucho en nuestras vidas y de Eloise ya sabéis.

Tal vez malinterpretas a tu padre y se interesa en vuestras vidas.

Claro, no sabes cuanto le importa. Estoy intentando no hacer una mueca extraña y que piensen que estoy loca, por tener una pelea mental con mi consciencia.

Pasados unos quince minutos, llegamos al hermoso hotel donde se celebraría la fiesta. Había periodistas y cámaras por todas partes. 

Ve preparando tu encantadora sonrisa.

Ni me lo recuerdes, maldición. Debo fingir que soy una prometida feliz y eso no me agrada en demasía. Mi padre estaciono el coche y una vez bajamos del mismo, los flashes de las cámaras se hicieron presentes. Los Weasley salieron a nuestro encuentro, supongo que mi madre acordó llegar al mismo tiempo. Joder. Sin que lo espere, Ian se acercó a mí y me ofreció su brazo. Podía oír los murmullos de todos, mañana esto será la comidilla de todos los putos medios. Genial, notesé mi entusiasmo por ser el centro de atención. Mierda. 

Nick estaba a mi lado, se le notaba incómodo. Tampoco le hacía gracia todo esto y menos que nos estén encima. Logré respirar una vez estuvimos dentro del edificio, por lo cual solté el brazo de Ian. Se sentía extraña su cercanía, como si no la mereciese. Ideas mías, supongo. Que va, estamos fingiendo para complacer a nuestros padres. 

Ethan estaba en la puerta principal que llevaba al salón, con un elegante smoking y saludando a cada invitado. Nosotros no fuimos la excepción, con una radiante sonrisa nos dio la bienvenida:

—¡Estáis guapísimos! —nos halago, creo que mas que nada por compromiso—. Gracias por asistir, es muy importante para nosotros que estéis aquí —agradeció.

—El placer es nuestro, Ethan —mi madre le rodeó con sus brazos y le dio dos besos. 

Por mi parte me límite a regalarle una sonrisa, solo por quedar bien; sin decir mas nada entramos en el salón. El cual estaba lleno de personas, quiénes bebían y reían como si nada. Puff, solo asistían para que vieran cuanto dinero tenían en sus cuentas bancarias. Por eso detestaba estos eventos y siempre era arrastrada por Eloise, mi dulce madre. Joder. 

Divise entre todas las personas a mi mejor amiga, Alexandra Stone. Estaba mas guapa que nunca, con su cabellera rubia suelta y esos ojos azules maquillados de manera muy sutil. Vestía un elegante vestido azul, algo escotado -vamos, ese era su estilo- y con una falda que llegaba casi al suelo. Supongo que sus padres le han obligado a venir, pero conociéndole no supo ser ningún problema. Le gustaban estos eventos, casi siempre acababa saliendo con alguien que conocía por aquí y cuando se aburría de ello, cortaba toda relación. Lo mencioné antes, quisiera ser como Alex; ella no deja que sus padres manden en su vida. Ya, lo sé; debería pedirle un poquitín de su valentía y así hacer de mi vida algo mas alegre o menos obligada por Eloise. 



#45622 en Novela romántica
#30042 en Otros
#4429 en Humor

En el texto hay: amorprohibido, matrimonio arreglado, chantaje

Editado: 21.04.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.