Ella enamora,
no porque sea bella,
ni por sus aires de princesa,
no es bella y nunca quiso ser princesa.
Ella enamora
precisamente por sus carencias,
precisamente por sus rarezas.
Ella enamora
con cada paso firme que da,
aunque sea en el aire que lo tenga que dar...
Ella enamora con cada arruga que se le dibuja,
con sus brazos que engañan debilidad,
pero que son fuertes en realidad.
Ella enamora,
aún en su oscuridad,
en su trato secreto con la Luna,
en sus plegarias paganas nocturnas,
en su pesimismo que declara
mientras sigue adelante
sin dejar de soñar.
Ella enamora porque es profunda,
porque tiene contenido,
porque no se desarma,
ni desaparece;
no es un espejismo
como esos que se cruzan en tu camino.
Ella enamora
porque todo lo da,
porque ama con el alma,
porque no te suelta la mano.
Ella me enamora...
Sí, me enamora...
Lo tengo que confesar,
con un eterno cuento
que me cuenta cada noche,
cuento de Las Mil y una Noches
que me embruja y me ata más a ella,
haciéndome creer
en una, hasta ahora, impensada
Eternidad...