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AÑO Y MEDIO DESPUES...

Los disparos resuenan a mi alrededor, algunos dan contra los metales y otros rozan a los demás.

—muévete que si no lo haces mueres— Raven gritó a mi lado —Mueve tus pies—

—No puedo por culpa de estos zapatos— señalo los flats que me puse al salir rápido

—Cállate y descarga ese cartucho— me jaló del brazo mientras le disparaba a los hombres y mujeres que nos rodeaban, sentí un aliento chocar contra mi nuca y sin pensarlo saqué la pequeña navaja que se oculta en la copa de mi top  y agarré del cuello al hombre tatuado

—Oigan, esto no está en el contrato— se quejó

—Cállate, que algo, al debiste hacer para que te notara— gritó la joven pelinegra que se encontraba a lado de un árbol —Raven dijiste que nada de navajas— la bajé instantáneamente

—Cállense ustedes dos, tú, imbécil ella puede hacer lo que quiera y si ella quiere matarte lo haría, tú— señaló a la pelinegra —Yo no sabía que ella lleva eso y más ahí, por cierto, Becca no la pongas ahí porque te puedes lastimar—

—TODOS BAJEN SUS ARMAS— el amigo de Raven alzó su mano e hice un puño —La nevinovny (inocente en ruso) acaba de hacer trampa— bajó su arma

—Cállate, Voyny desde siempre me ha dicho que en los entrenamientos se vale todo y deja de decirle así a mi hermana— le dio un cachazo en la espalda a lo que él se quejó, pero no se movió de su lugar

—No los entiendo, me dicen que esté preparada, luego que no debo practicar con esto— señalo el pula que está en mi mano —decídanse y cuando lo hagan me buscan— señalo con la cabeza la gran casa que se ve detrás de mí. Desde que Raven llegó y Richie se fue se ha encargado de entrenarme cómo una Rossi debe de hacerlo. Trajo a sus amigos los rusos, pero digamos que a Ognya no le caigo tan bien, desde que empezaron a entrenarme no ha parado de hacerme saber que jamás seré como mi familia, que solamente soy una más. Entro a la casa por la cocina y veo a Uno sentado en la barra, la mano derecha de mi padre, él es de los pocos en los que puedo confiar ciegamente en esta casa, él fue el que me encontró cuando mi papá nos fue a rescatar

—Aguanta niña— siento como me mueven bruscamente —Dalton tráeme una toalla— no puedo ver su cara, pero sí los tatuajes que recorren sus brazos

—Hija estoy aquí— reconozco la voz de Robert —Uno haz algo es una orden— mis ojos se cierran mis pulmones no reciben el poco aire que entraba en ellos hace un momento, estoy comenzando a perder la noción, pero siento cómo cierran mi nariz y alguien pone su boca en la mía tratando de darme aire. Golpean mi pecho y me siento como la vez que probé LSD, estoy físicamente aquí pero mi subconsciente en otro lado —QUE HAGAS ALGO PARA ESO TE PAGO— Repiten la acción de darme aire y me dan un fuerte golpe en mi pecho que me hace toser y siento como si algo se regresara por mi esófago y escupo o vomito —REBECA— mi padre me abraza…

—Miren nada más quien se digna a salir de su cuarto— me dice al verme —Tu padre quiere hablar contigo—

—Hola Uno yo estoy bien, gracias por preguntar. Espero que te encuentres excelente y sí me fue bien en el entrenamiento eres muy educado— digo con un tono de felicidad falso a lo que él se empieza a reír, su risa es un poco ronca al igual que su voz. Si lo ves crees que tiene treinta años cuando solamente tiene veinticuatro —Por cierto, debes aprovechar el fin de semana que viene para ir a la playa, necesitas dejar de parecer un adicto que dice estar en rehabilitación cuando a escondidas se sigue metiendo cuanta cosa— abro el refrigerador

—Alguien amaneció de malas no me digas, ¿Ognya otra vez? — saco la jarra de agua dejándola caer fuerte en la tabla, suspiro hondo y asiento —Te dije que puedo entrenarte, pero no quieres— niego mientras me sirvo en un vaso

—Me ves como la hija de Robert lo que hará que me trates con cuidado, no creo que sea buena idea. Por ejemplo, hoy, pude usar la navaja que me disté con él, se la puse aquí— señalo mi cuello —Y se enojó y fue que acabó el entrenamiento—

—Hablaré con tu padre y encontraremos una solución y ¡oye! Cuando entrené a Raven y a Ryan los traté como desconocidos sino Pregúntale a Ryan cómo se hizo la cicatriz de su hombro y a tu hermana cuanto tiempo pasó encerrada en un cuarto en el que sólo podían caber su ego o ella— Los dos sin decir más nos dirigimos a la oficina de mi padre, yo entré como si fuera mi habitación y Uno esperó a que Robert le diera la señal de entrada

—Rebeca querida— separa de su silla y me abraza, nunca supe cuánto me haría falta un abrazo de mi padre hasta que me acostumbré a ellos —Te tengo una buena noticia pero necesito que te sientes— me siento en una de las sillas que están frente a su escritorio —Mañana tendremos un baile— mis cejas se fruncen en modo de confusión —Necesito que para mañana a las ocho estés lista porque Uno te escoltará hasta la fiesta que se hará en la hacienda, veas un hermoso vestido largo pomposo, rosa, morado, qué se yo— el antes mencionado suelta unas risa que se disimula con una tos —Será en tu honor— comienzo a negar, ¿qué le hicieron al jefe de la mafia siciliana? Porque debería de estar con insultos y gritos

—Te quiero mucho pero no, no tengo ánimos de salir y menos de ir a un baile, al último que asistí una de mis mejores amigas casi muere, la otra tuvo una crisis, el que tiene un título casi tiene una recaída y se mata a golpes con el primo de la que casi muere porque le echaron la culpa, la hija de la diseñadora estuvo a nada de regresar a la cárcel y ¡cierto! Richie y yo dimos un espectáculo en el cual pensaron que cometíamos incesto y la estúpida que dijo eso acabó con la nariz fracturada, no gracias— hice el ademan de pararme, pero la mano de Uno en mi hombro me lo impidió —¿QUÉ? — espeté cruzándome de brazos

—No me hables así y menos frente a él— señaló serio a Uno —En segundo entiende que ya no estás en Carsonn, en tercera vas a hablar con la mamá de tu amiga ¿Sandy? ¿Sury? —