Ellie

Capítulo 21.

 

Catalina me esperaba en la caseta de entrada. Apenas la vi mi labio empezó a temblar mientras mi corazón se acelera de nuevo. Cada que estaba en sus brazos un ligero peso salía de mi, mi entrecejo tenso disminuye, mi espalda se relajaba y sentía como podía respirar sin sentir el pecho en una prensa.

 

—  Estaré aquí mi niña. —  fue un dulce susurro en mi oído — No lo dudes ni un minuto.

 

Después de un rato regresamos al hospital y saco la bolsa de ropa que le he traído. El papá de Oliver nos mira y viene con una gran sonrisa.

 

— Ha mejorado y el médico dice que por la noche la podrán dar de alta.

 

— ¡Qué gran noticia! — me abraza— Te lo dije Ellie. 

 

— ¿Dónde está Oliver? — pregunto.

 

Ambos se miran. — Fue a la cafetería, ahora viene. — me responde al final el padre.

 

— Oh, bueno ire a dejar esto en lo que regresa. —  Estoy dispuesta a ir a la habitación de mi madre cuando Catalina me interrumpe.

 

— Yo lo hago Ellie. Tu anda con Oliver. — Me corre con cortesía y me voy directo al ascensor donde le pregunto a una chica donde queda la cafetería.

 

Se hace la indiferente colocándose las gafas de sol y el hombre con gabardina que la acompaña me responde.

 

— Segundo piso al fondo.

 

— Gracias. — Se bajan en el tercer piso y pico el botón para el segundo.

 

Ahí está. Espera en la fila acomodando impaciente el cabello que cae por su rostro. No hago caso a lo que genera en mi pecho y voy directo a él.

 

— Linda sudadera. — sonríe.

 

— No es momento para eso. — lo tomo del brazo sacándolo de la fila. — Necesito preguntarte algo.

 

— ¡Hey! ¡Mi café!

 

— ¡Enfócate!

 

— Ya que lo insistes. Soy todo oídos.

 

— Bueno… — jugueteo con mis manos antes de poder mirarlo — He hallado esto en mi casa, lo encontré debajo de un sofá y… no quiero traer nada aun a mi cabeza sin confirmarlo. No aguantaría algo más así. Pero creo que este hombre es mi padre.

 

Le entrego la vieja fotografía mordiendo mi mejilla. Oliver la inspecciona y me mira unas cuantas veces de vuelta. Le da la vuelta y queda con la intriga con la que yo quede cuando la mire.

 

— ¿Mae y E?

 

— Así es. Mae era el seudónimo de mi madre cuando era modelo. Mae Wilde. Pero él…

 

— El nombre de él parecía estar completo, lo que falta lo ha borrado. No encontraste nada más?

 

Niego. — Solo eso. Había una caja que siempre mantenía con llave sobre su cama, creo que proviene de ahí, habían fotos de nosotras dos regadas por la cama y luego una cosa de metal que pienso servía de doble fondo y ahí es donde la ocultaba.

 

— Recuerdo de un viejo amor ¿eh?

 

Lo miro mal.

 

— Lo siento, esto no me lo mostraste porque si. ¿Quieres que lo investigue?

 

— Te lo agradecería mucho, ahora no tengo cabeza para eso. Tengo que cuidarla.

 

— Lo haré, pero necesito un adelanto…

 

— ¿Adelanto?

 

— Si, ya sabes esto es un trabajo de superinteligencia, puede que me tome noches… — empieza a alardear.

 

Ruedo los ojos. — Solo tengo esto — saco unos pocos billetes del pantalón.

 

— No quiero tu dinero. — se hace el ofendido— ¿por quién me tomas?

 

— ¡¿Entonces qué es lo que quieres?! — me desespera a niveles descomunales.

 

— Solo esto. 

 

Se acerca un poco y con sus pulgares cierra mis ojos, luego su olor se impregna en mi al momento en que me rodea con firmeza, dura un momento y luego termina con un beso en mi coronilla.

 

— Lo haces de nuevo. — habla.

 

— ¿Qué hago de nuevo?

 

— Sonrojarse — toma un mechón suelto de mi cabello y lo coloca detrás de la oreja. — ¿La intimido de nuevo, señorita Wilde?

 

— No empieces, Green.



Esto contiene una imagen de: Brooklyn Beckham and Nicola Peltz put on an amorous display  Mae and E...




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