Embarazada de un demonio

Capítulo 23

 —Es una lástima tener que irme. Me gustó pasar tiempo con ustedes -dice Marcela con sus maletas ya listas para regresar a su casa en Suiza.

—Yo también, tanto tiempo sin pasarlo juntos, pero Arnold debe extrañarte. No se han separado durante los 5 años que llevan casados -responde Leonardo. 

 

  El timbre sonó en ese momento. Leonardo fue a abrir la puerta sin tener idea de quien podría ser a esas horas. 

 

  Se encontró con dos espíritus familiares, a Beilla en forma de tigre y a Naim como un zorro blanco con varias colas.

 

—¡Hola Leo! -saluda Beilla levantando su patica izquierda.

—Buscamos a Azur -dice Naim.

 

  Leonardo se sorprende al verlos a los dos. Marcela no debía ver a un tigre y a un zorro en el edificio, sería demasiado extraño y muy difícil de explicar.

 

—Ya vuelvo -le dice a Marcela y a Karina y sale cerrando la puerta de su apartamento.

—Azur no ha venido a nuestras reuniones -comenta Naim con firmeza. Él se consideraba el líder de ellos ya que era el mayor.

—No deberían estar aquí. Está mi madre -reclama Leonardo señalándolos con el dedo.

—Pero ya ha pasado varios días -replica Beilla.

—Ya mi madre se va hoy. Mejor regresan en unas horas.

—Pero hoy vamos a la cafetería Reilax a probar la tarta de mora.

—No sean malcriados. Vayan solos o lo esperan un poco -les ordena él con autoridad.

 

  La puerta se abre a su espalda y se asoma su madre.

 

—Leo, ya llegó el taxi.

 

  Naim usó su magia y creó una pared invisible frente a él y a Beilla, evitando que Marcela los vea.

 

—¿Con quién hablabas? -le pregunta su madre que hace unos segundos había escuchado varias voces, aunque sin poder escuchar de que hablaban porque eran en un tono de voz muy bajo.

 

  Leonardo se percató que no los veía. No estaba seguro si se fueron o seguían allí, pero por lo menos su madre no los vio.

 

—Eran unos vecinos. Ya se fueron -mintió él- Mejor bajamos ahora para no hacer esperar al taxi.

 

  Leonardo y Karina acompañaron a Marcela hasta el aeropuerto. Esperaron hasta que ella abordó y regresaron al apartamento.

 

—Azur ya se fue -comenta Karina, aunque ya se lo imaginaba. 

 

  Azur se estuvo quejando durante toda la semana por tener qur actuar como un perro y no poder salir a ninguna reunión con sus amigos.

 

—Él sólo estaba esperando a que mi madre se fuera para salir con los demás -le contesta Leonardo que realmente se sentía más aliviado. 

 

  Los días que duró su madre la pasó pendiente de que no se encontrara con nada extraño en el edificio. Fue una semana de estrés para él.

 

—Fue agotador tener que ocultar todo -dice Karina que al igual que él estaba agotada.

—Casi descubre a Luzmila quien tenía la boca llena de sangre.

—Tuvimos que decir que se había golpeado la boca y no que era una vampira que tomó sangre.

—Y Bruno que se transformó en mí para poder distraerla cuando el dueño del apartamento 14 usó su magia para transportar sus paquetes que flotaban por la recepción -comenta Leonardo recordando lo sucedido.

—Eso fue divertido. Tu madre estaba muy confundida -ella se reía. 

—Actuó como si yo fuera un tonto y sé que no lo soy.

—Espero que a tu mamá no se le ocurra otra visita sorpresa. Esta vez pudimos encubrir todo, pero no creo que podamos hacerlo de nuevo.

—Vive en Suiza, no suele venir mucho de visita. La próxima mejor vamos a visitarla a ella -dice él- ¿Has ido a Suiza?

—No, he viajado a otros países como Alemania, Turquía, Croacia, España, Japón, Corea del Norte, Finlandia, México, Arabia Saudita, Sudáfrica, Kenia, Inglaterra, Vietnam, Argentina...

—Has viajado mucho más que yo.

—En varias ocasiones fue por trabajo, pero si llegué a conocer muchas cosas del país -contesta Karina de buen humor.

 

  Unos minutos después su humor cambió totalmente al recibir un correo nuevo de su gremio.

 

—Me ha llegado una misión. Al parecer hay gente que está desapareciendo.

—Eso sería algo para la policía y no para un gremio mágico -comenta Leonardo- Eso pienso yo.

—Esto está relacionado con brujería negra y se han encontrado asesinados con grabados de símbolos en su cuerpo.




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