CAPITULO 4

Luego de haber estado dos horas en aquella reunión, pude observar como los demás accionistas se intimidaban cuando se dirigian al él, su rostro se mostraba frio, sin expresión alguna. Incluso me pilló observándolo. En ese instante, fingí poner atención en la pantalla y pude evitar su mirada. Ahora me encontraba en mi departamento, conversando con Lidia quién era mi compañera de piso.

-No me digas que trabajas en el mismo edificio que ese bombón.- menciona Lidia al leer en las noticias de su celular.- y encima está soltero...- agrega pensativa mientras acomoda los nuevoss libros de una autora local que estaba segura iba a ser conocida.

- Si hubieras estado en esa reunión, no te habrías impresionado tanto.- reviso mi nota de apuntes para agregar nuevas escenas a la novela enn la que estaba bloqueada.

- Hay dos posibilidades sobre ese hombre...veamos- inspecciona la foto de su celular como si de una joya se tratara.- la primera es que sea gay, porque en sus fotos siempre sale solo o acompañado de accionistas y la segunda es que sea de esas personas que se sumergen en el trabajo como tú.

Volteé a observarla con fingida indignación, como se le ocurre compararme con ese tempano de hielo.

-No me interesa saber nada de él Alice, con su nombre me basta y sobra.

-Lo sé, pero es divertido ver tus cejas enarcadas cuando hablo sobre él, de todos modos él...- detiene su voz para fijarse en otra imagen- su amigo no se queda atrás..- suelta un suspiro.- vas a estar rodeada de dioses griegos en ese lugar, me avisas cuando te sientas mal para ser tu suplente un dia. 

Empieza a reirse de su propio comentario y luego continua ordenando los libros con su música de fondo de uno de sus cantantes favoritos the weekend.

- Puede que los consideres dioses griegos Alice, pero olvidas un "pequeño " detalle- esbozo una enorme sonrisa-  lo que llevan entre las piernas segun la mitología griega es...- muevo mi mano izquerda y formo con mis dedos q

Cambió su cara y me despedí de ella, mi visita ya había acabado y lo único que deseaba era comer y dormir por un largo rato,

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Ya había transcurrido una semana y tengo que admitir que no fue tan desastrosa, me encontré a ese tipo como dos veces en el ascensor y una vez en la cafetería, pero no hablé con él. Me explicaron el funcionamiento de la empresa y conocí a varios jefes de las diferente áreas. Ahora me había llegado una invitación de la empresa para asistir a una reunion donde iban a ir empresarios que desean invertir. Eso significaba que era una oportunidad para poder levantar la empresa.

-Te iré a recoger a las siete en punto para llegar juntos.- dijo mi padre para luego cerrar la puerta e irse de mi despacho. Ni siquiera una confirmación ni nada, solo asumió que iria. Eran esas actitudes suyas las que hacian replantear la idea de apoyarlo.

Eran las 6 de la tarde, estaba atardeciendo en la ciudad de Nueva York, necesitaba tomar un respiro. Sin embargo había muchos papeles por leer, tenía que sacar provecho de que este edificio era uno de los diez  mas altos de las ciudad. Agarré mis cosas y apreté el ascensor para el último piso. Recordé las palabras que solía decirme mi abuelo. Cuando estaba decaida por los regaños de mis padres, por no sacar las notas persfectas, él venía y me dijo: " Cuando creas que tus problemas son demasiado grandes, sube a la parte mas alta del lugar de donde estás y verás que tus problemas son pequeños en comparación a los que otros tienen que lidiar cada dia" 

Al salir del ascensor, me sorprendo al no encontrar a tantas personas ahí, hay unos cuantos señores de limpieza y algunas personas. Desde aqui veo como las personas caminan a sus trabajos, otras corriendo para no llegar tarde. Y otra vez escucho su voz en una llamada.

- Necesito esos papeles para hoy en la tarde, sino considérate despedida.- menciona y cuelga.

Otra vez con su caracter tan frio, me pregunto si este hombre tiene sentimientos. Me alegro que no reconoció, sino estaría saludándome por cortesia, pero tampoco quería arriesgarme. Empece a caminar hasta las escaleras,, no el ascensor para que ni por cliché se suba el también. Empecé a bajar por lo menos tres pisos y cuando esperaba que el ascensor se abriera, me encontré con él y su mirada fria, ingresé al ascensor y empecé a revisar mi celular para poder ignorarlo, pero aún no se cerraba el ascensor.

-¿A que piso va usted, señorita Madeleine?- mencionó con su voz grave y percibi el aroma de su colonia cara. Su voz era igual de fria que su actitud. Me sorprendió que lo haya preguntado de esa manera, cuando minutos antes estaba amenazando a uno de sus empleados para que le entregue unos papeles. Quité la vista de mi celular y lo observé, cuando leia estas escenas en historias no pensé que me sentiría asi.

- Piso 30- respondi, ni tenía idea que piso era, pero era ese el número que se me ocurrió. Dirigi mi vista a mi celular, no había esas tensiones que solian describirlas en los libros como pensaba, pero si tenía esa sensación que producían los hombres cuando estaban cerca mio, era como una especie de  nervios y me quedaba helada. Era una de las principales razones por las que hasta ahora no tenia ninguna experiencia amorosa. Para distraerme, empecé a leer una historia que ya casi llegaba a su fin.

Esperé hasta que el ascensor abriera sus puerta y caminé sus mirar atrás, pero antes mencionar.

- Gracias.- Lo hice al final para no recibir otra respuesta a cambio, no quería tener que cruzar palabra con él. Camine hasta dirigirme a la cómoda.

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POV de Kellen

- Necesito esos papeles para hoy en la tarde, sino considérate despedida.- corté la llamada con mi secretaria, habia olvidado de realizar un informe de los principales proyectos que tenía la empresa. Necesitaba gente mas competente. No toleraba cuando algo no salia como lo planeado. Eran muchos los pendientes que tenia, como para agregar uno mas ahora. Mi madre aún estaba en recuperación luego de la recaida que tuvo después de su tratamiento.