En busca del Amor

Capítulo VII

—¿Tú enserio adoptaste a ese niño?

Asentí mirando de reojo a la mayoría de la gente que estaban a nuestro alrededor. La casa estaba llena de gente, cuando le dije a Linda que quería pocos invitados, creo que no me escucho. ¿El problema? No se cómo se lo habrá tomado Roderick al ver a toda esta gente, claro que le dije que iba a ver poquita gente, pero también mi sorpresa fue ver mucha.

—¿Siquiera sabes cómo tratarlo?

Hay me olvide que un estorbo estaba delante mío, ladee mi cabeza antes de asentir.  Ella era Indira Soria, la suegra de mi hermano, era una de las brujas que se metían en mi vida ¿Por qué motivo? Ni yo sabía. Mi hermana decía que era por envidia. ¿Envidia por qué? No les debo nada a este par, porque a parte de ella también estaban sus dos hijas. Mi mamá siempre me dice que si yo les brindo la paz ellas también lo harán, se nota que mi mamá no me conoce. Jamás diré eso.

—¡Ay mamá! Déjala —Anastasia, mi cuñada vino hacia mí y puso un brazo alrededor mío. Hipócrita. —No pudo soportar la dejada de su prometido en el día de su boda y para no sentirte sola, quieres reemplazar el amor que te iba a dar ese prometido tuyo con el que ese niño te pueda dar.

—No —digo rápidamente—. Deja de inventarte cosas en esa cabeza hueca que tienes, igual se lo digo a usted señora.

Quito su brazo de mí.

—Y ¿dónde está el muchacho?

Hago una mueca. No les diré que esta con Lucas.

—No tengo ni idea y si me disculpan me retiro.

No dejo que me respondan, me giro marchándome del lugar. Mirando ausentemente a las personas que me rodean, un mareo me golpea. Me he sentido rara toda esta semana y ahora mi frente se pone sudorosa y tropiezo hacia atrás hasta que golpeo la pared y me deslizo por esta, sin preocuparme por la vestimenta o que la gente empiece a rodearme. Dejo caer la cabeza contra la pared, tratando de respirar, pero simplemente no puedo tomar suficiente aire.

—¡Ángela! ¿Estás bien? Y ustedes no se queden mirando, ¡Llamen a un médico!

No reconozco la voz y no me importa. Trato de conseguir un poco de oxígeno para mi cuerpo y no desmayarme, pero no lo consigo. Finalmente, la oscuridad me envolvió.

 

X X X X

Me desperté con manchas blancas ante mis ojos. Mi cabeza palpitaba y mi boca estaba seca, pero poco a poco parpadeé alejando la manta borrosa que amortiguaba mi visión.

—Ya era hora que despertaras.

Obligué a mi cabeza para que se moviera en la dirección que había oído la voz. Era Roderick, estaba sentado en la silla pequeña que tenía en mi dormitorio, la había acercado para estar cerca de la cama.

—¿Qué me paso?

Trato de recordar algo, mi mente gira, buscando respuestas, y no puedo agarrar ni una sola.

—Te desmayaste. Rodrigo tuvo que cancelar la fiesta, aunque nadie se quería ir, estaban más enfocados en tomar fotos que llamar a un bendito médico.

—¿Y qué dijo el médico?

Roderick se pasa una mano por el cabello.

—Dijo que solo fue porque tenías mucho estrés, tu cuerpo necesitaba un descanso. —Me estudia por un largo momento antes de preguntar —¿Por qué no me dijiste que estabas cansada? Sabes bien que no me hubiera importado si no se relaizaba la fiesta. 

No puedo decirle la razón por la que no he estado descansando, sé que he estado trabajando mucho obligando a mi cuerpo dar más de lo que podía.

Se lo diré mas adelante, no creo que este aun preparado.

—Estoy bien, solo olvide darme un descanso.

Sé que no me ha creído, pero aun así no insiste y se lo agradezco.

—Bueno, iré avisarle a los demás que ya estás bien, han estado muy preocupados.

Roderick sale de la habitación, pasan unos minutos cuando mamá entra.

—Ángela, mi niña me tenías preocupada.

Me encogí de hombros antes de apoyar mis manos en la cama y sentarme.

—Estoy bien mamá, solo fue un pequeño desmayo.

—¡Pequeño! Pudo haber sido más peligroso, mea puella. —sentándose en el borde de la cama me habla con una voz baja— si el niño te causa mucho… estrés, porque mejor no lo regresas, además Rodrigo está de acuerdo.

No entiendo porque piensan que Roderick es el causante de todo esto. Aunque mi hermana me muestre que está contenta sé que en el fondo está fingiendo, al igual que Rodrigo, me dolió mucho escuchar su conversación en el comedor después que yo saliera, no podía creerlo, cuando él había estado de acuerdo, me había ayudado en todo esto de la adopción y escucharlo después decirle a Roderick todas esas palabras, me me duele, sé que Roderick no tiene la culpa en nada, él también es la víctima, pero al no decirme nada lo convierte como culpable.

Miro a mamá y trato de convencerme que tal vez tampoco tenga la culpa. Solo se está dejando manipular de las brujas que tiene como familia.

—El no lleva ni dos días aquí y ya lo estas echando, seguro ni siquiera has conversado con él.



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En el texto hay: adopcion, romance, vaquero

Editado: 13.01.2021

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