En busca del Amor

Capítulo XI

Observo a Ángela lamentarse cabizbaja mientras tiene sus manos se encargan de tapar su rostro.

—¿Por qué lo hice? —Me mira, como si yo tuviera una respuesta a su pregunta.

 Cuando llegamos del rancho, Ángela estaba que echaba humos, debo decir que fue chistoso verla caerse del caballo. Cuando íbamos a pie. Porque no se dignó en pedirle a Miranda que nos traiga. Tuve que aguantarme la risa. Creo que ya tenía demasiada humillación y escuchar mi risa hubiera empeorado.

Cuando llegamos al pueblo, mis pies estaban demasiados cansados e igual tuvimos que caminar hacia la casa. Porque ninguno de estos estirados que tenemos como vecinos nos dirigían la palabra.

Al llegar a casa, empezó a destrozar todo lo que tenía a su alcance, así que ahora mismo, la sala estaba hecha un desastre.

Me sorprende que no haya dañado el televisor.

—Tendré que llamar a un reparador.

—Tengo hambre, si tenemos comida en el refrigerador, ¿verdad? —Le digo ignorando sus palabras.

—No lo sé, voy a ver qué puedo hacer de merienda. —Se pone de pie caminando hacia la cocina.

Siento mi cuerpo cansado, ahora que me acuerdo. No he descansado nada. Y mis ojos son una muestra de ello.

Creo que iré a descansar, ahora que el cansancio se hizo presente se me quito el hambre.

 

 

X X X X

—¿Qué te parece este? —Miranda me enseña un sombrero blanco que tenía bordes cafés.

—Muy sencillo lo veo, ¿no crees? —Ángela toma el sombrero y lo inspecciona.

—Me parece perfecto, además combina con la ropa.

—Tienes razón.

—¿Tienen hambre? Hay un restaurant aquí a la vuelta.

Miranda por alguna razón se gira para mirarme.

—Em, claro. Vamos.

Salimos del local donde nos encontrábamos y Miranda nos dirige hacia el restaurant que dijo, el sol de este día de verano hace que me pique la piel. No estoy acostumbrado a esto, no solía salir mucho del orfanato.

—Hay de todo aquí, pero sin duda amarás las hamburguesas de Chef Happy. —Me dice Miranda en cuanto llegamos al lugar. —Son muy deliciosas.

Cuando entramos al restaurante, note que el lugar estaba casi lleno, había dos meseros que estaban de un lado a otro atendiendo y llevando órdenes.

Ángela toma asiento a un lado de Miranda mientras yo me senté frente a ellas.

—¿Ya saben que van a ordenar? —pregunta Miranda poniendo sus manos alrededor de la mesa.

—No sabemos que hay en el menú.

Un mesero se acerca.

—Buenas tardes y bienvenidos a Chef Happy ¿Ya saben que van a pedir?

Si mis cálculos no me fallan el chico parece de unos diecinueve años si no me equivocaba, tiene una libreta en su mano y un poco de sudor en su frente.

—Sí. Hamburguesas —responde Miranda —tres, con papas fritas, Kétchup…

—A mí no me gusta el kétchup. —la interrumpo.

—Bien. Dos con kétchup y una sin kétchup. —El chico lo anota en su libreta. —¿Algo más?

—¿Quieres algo Ángela?

—No, así está bien.

El chico asiente y lo veo irse a la cocina.

—Entonces. —aplaude Miranda —¿Si van a ir al rodeo? —le pregunta a Ángela quien la veo que ha estado muy distraída.

—Claro —se encoge de hombros —¿Por qué no iríamos?

—Bueno, después de lo que hizo mi hermano, creí que no ibas a ir.

—¡Ja! Tranquila, además eso ya lo había olvidado —responde ella rascándose ligeramente el cuello.

Sé que miente, no han pasado ni veinticuatro horas del incidente, Miranda también lo nota, pero no dice nada.

—Te verás muy bien Roderick, seguro parecerás todo un vaquero.

Le sonrió y el chico aparece con nuestras hamburguesas, coloca cada una delante de nosotros. Ángela de inmediato toma la suya. La verdad es que la hamburguesa se ve realmente deliciosa y mi estómago al captar el olor delicioso gruñe pidiéndome que la devore todo de una mordida.

—¿En verdad no te gusta el kétchup?

—No ¿por qué?

—Por nada, solo preguntaba —dijo antes de morder su hamburguesa.

Yo las observo mientras como tranquilamente de mis papas fritas, aunque me inquieta ver a Ángela muy callada.

Cómo buen hijo debo de preguntarle si se encuentra bien, ¿no? Ay no tengo ni idea, soy nuevo en esto. Qué irónico.

—Ah, me olvide de decirles, después que se haga el rodeo, va a ver una fiesta. ¿Quieren ir?

Le doy una mirada a Ángela que solo está viendo el plato de comida como si tratara de buscar algo bueno.

Bueno, esto ya me está preocupando.



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En el texto hay: adopcion, romance, vaquero

Editado: 13.01.2021

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