Capítulo 32: Chica misteriosa

Tras anotar todo lo ocurrido en forma parcial, como realizaba habitualmente tras despertar, me preparé  para ir al colegio, nunca antes había estado tan nervioso y emocionado. Cuando llegué fui recibido por varios encargados de la institución, los cuales daban la bienvenida al nuevo ciclo escolar, me entregaron una barra de cereal, una manzana roja y una leche de chocolate, se agradeció. Me encaminé  directo a nuestro salón designado, habían llegado solo tres compañeros, por lo visto era muy temprano, al ver la hora comprobé que eran las siete veinte, osea que en diez minutos llegaron los alumnos al colegio en masa, saludé a los presentes y una pequeña conversación común de las vacaciones. 

En un momento se abrió la puerta, me volteé deseando que fuera alguien del grupo que me juntaba, pero era una compañera algo extraña: Genoveva, era una chica con algo depeso extra como yo, piel extremadamente blanca, con los ojos y pelo negro, solo hablaba con una amiga, ambas se sentaban al fondo del salón, por lo tanto no se comunicaban con muchos. Nos miró sin saludar y pasó a donde estaba su puesto el año pasado.

• Me alegro que la hayas pasado bien - dijo mi compañero - yo salí con mi padres a la playa, fue muy divertido.
• Yo fuí al sur del país - dijo otro - pude adentrarme a un bosque, habían zorros y fue entretenido pasar un tiempo en el campo.
• Nosotros viajamos por Europa - comentó el tercero - pude conocer Francia, me saque fotos en la Torre Eiffel y desde aquí llevo unas.

Tal cual había dicho, tenía pruebas de tal viaje, aunque esto no sorprendió, pues Gerald, era de padres millonarios, pero por temas de distancia, no fue ingresado a otro colegio mejor..

Luego de tener unos minutos de presentación, nos fuimos a nuestros puestos. No estuve más de un minuto, cuando una melena rubia traspasó la puerta, era Máximo, quien me miró con cierto asombro, se acercó a mí, noté algo extraño en su caminar, como si cogiera un poco y me dió un abrazo que me levantó por sobre las mesas.

• Tantas semanas sin verte Anthony - exclamó alegre - que felicidad verte.

Me dejó en el suelo.

• Lo mismo digo, que gusto verte - respondí igual de alegre -como fueron tus semanas.
• Muy buenas - exclamó - aunque ayer tuve un accidente y me caí por las escaleras.

Lo miré asombrado.

• Debiste ir al hospital - le comenté nervioso.
• Eso hice - respondió - quedé algo lastimado, pero nada grave.
• Aun así, debiste descansar - exclamé.

No terminé de hablar, cuando al poco llegó Laura, quien se aproximó a nosotros a saltitos.

• Que bueno verlos chicos - exclamó feliz - me llena de júbilo el verlos.

Nos abrazó a los dos, tenía una agradable sonrisa en su rostro.

• ¿Por qué tan alegre - dijo Máximo - ocurre algo en particular?
• Pues nada, solo tuve unas buenas vacaciones - exclamó - tú sabes, los vi y el resto, pase viendo muchas películas, mientras hacía ciertas cosillas.

Esbozó una pequeña y tímida risa.

«Por lo visto no era muy distinto a como lo pasé yo», pensé riendo.

Aun así ya faltaba poco para el inicio de clases, solo diez minutos para las ocho. El salón para ese instante está completo,faltarían como cuatro alumnos, entre ellos Marcela, recuerdo que había alguien más, pero ya sería el último y más importante que me faltaría.

La puerta se abrió, para que se asomara la profesora.

• Hola mis queridos ALumnos - exclamó - que bueno verlos todos alegres, vuelvo en quince minutos, ponganse en sus puestos por favor.
• Buenos días profesora Adelia - dijimos al unísono como un coro.

Respondió con una cálida sonrisa, para luego irse.

En ese instante sentí una extraña sensación, un aviso, Marcela estaba cerca, miré atento la puerta, para ver como entraban dos compañeros, entre ellos Victorio, de quien casi me había olvidado, el cual se aproximó y nos saludo extendiendo los brazos.

• Que gusto verlos a todos - exclamó sonriente - es maravilloso empezar un nuevo año.

«Me cago en todo» , pensé molesto, «cuando aparezca Marcela, espero que esté bien.», para este momento estaba nervioso «Laura se ve muy tranquila, quizás ella sepa algo, quizás debería hablar con ella».

Escuché la puerta abrirse, no quería ver para evitar desilusionarme, pero no importó, algo o alguien chocó conmigo.

• Mi querido Anthony - era la voz de Marcela - que maravilla verte, te extrañe mucho.

Estiré el brazo para envolverle de la cadera, ella se apegó a mí, para darme un beso en la mejilla, se sintió muy cálido y lleno de ternura..

• Me alegra verte - respondí - estaba preocupado por ti.
• Lo lamento mucho - respondió con tristeza -tuve problemas, se cortó la luz y el celular se le cayó la señal, quería hablar contigo - volvió a su alegría - pero ya estoy aquí.

Me contó abrazando.

Un carraspeo se escuchó.

• Marcela, Marceline, ya te olvidaste de nosotros - dijo Laura - no nos vemos hace semanas, me merezco un saludo al menos..

Volteo y sonrió avergonzada.

• Lo siento amiga, tienes razón - exclamó - ven y dame un abrazo.

Se acercaron y dieron tal abrazo fraternal. Máximo lo saludó extendiendo la mano y a Vitorio, con saludo normal, sin hacer un gesto.

Al fin estábamos los cinco reunidos, nos pusimos en nuestros asientos,junto a mis dos compañeros mientras las chicas estaban delante, hablaban entre ellas, aunque mi “Novia”, me regañaba de vez en cuando una pequeña mirada.

A las ocho con cinco, tal cual dijo, llegó la profesora y nos dió una bienvenida, para dar inicio al ciclo escolar, el resto del día fue de conversar y ponernos al tanto de lo que hicimos y compartir experiencias. 

Victorio nos mostró las otras fotos que tomó, me percaté que habían más lugares que los vistos aquel día, lo cual me hizo pensar que él, fue más veces para allá. Al final nos entregó una foto de los cincos a cada uno, aunque se portó mal y nos metimos en problemas, se nota que no es mal chico, aunque igual, tiene algo que me hace desconfiar de él.