Aquellos ojos me miraban con gran interés, parecían los de una serpiente, grande, peligrosa y venenosa, viendo atenta a su presa para atacar de imprevisto, podía ver sus colmillos, filosos, con un amplio hocico que sonreían burdamente, pestañeé rápido ante el asombro, al abrir los ojos, denuevo estaba mi reflejo.
Luego de aquella ocasión, no la he vuelto a ver otra vez, podría pensar que era solo una ilusión, pero aquella voz, de dónde había salido.
Ha pasado un mes de su partida, cada día la extraño más que el anterior, hemos hablado todos los días, al menos Joaquín me deja usar su celular para tener tan ansiadas llamadas, le cuesta acostumbrarse a solo hablar en Inglés, pero puede mantener pequeñas conversaciones con las personas que se encuentra, es lindo escuchar su voz.
Ya al volver a clases todo es diferente, los compañeros fueron tomados por sorpresa al escuchar la noticia que se fue del país, por lo cual se le mandó un saludo por llamada, este lo pagó la profesora, en ese momento me di cuenta que tales llamadas costaban más que las convencionales dentro del país.
Laura quedó sola, así que Máximo decidió estar a su lado, por lo cual quedé junto a Victorio, quien poco o nada está hablando actualmente. Mi rubio amigo ha actuado de manera extraña desde que iniciaron las clases, está más distraído, puedo hablar con él, pero de vez en cuando su mirada se apaga, mientras que el otro amigo, solo se queda mirando su libro con escritos extraños, en una ocasión lo vi leyendo uno que tenía dibujado varias criaturas extrañas, parecía un libro de horror más que nada..
Así comenzó la rutina otra vez, pero aburrida.
Día a día esperaba con ansias las ocho de la tarde, pues a esa hora, recibió puntual su llamada, lo cual era por completo gratificante y alentador, para la constante soledad que estaba comenzando a pasar, sino fuera por Laura con quien hablo.
aunque había sido visitado por la pequeña Helena, seguía siendo muy tierna, pero en ese momento me percaté que no sentía muy cariño por ella, no tanto como el que tenía hacia mi.
De imprevisto al siguiente mes, esta situación empeoró, pues las llamadas comenzaron a ser cada dos días, por lo tanto era un día entero sin saber de ella. Durante ese intermedio me mantenía incomodo al no tener una llamada de ella, esperando que estuviera bien.
En el colegio como la materia había sido estudiada, esta era comprendida por completo, pero las clases se estaban tornando muy aburridas, ya que mi compañero de asiento era incomodo estar a su lado y Máximo semana a semana hablaba menos, aunque me pareció ver algo extraño en él, pues en una oportunidad estaba cojeando, nos dijo que solo había sufrido una caída durante el fin de semana.
Para el tercer mes, la cantidad de días de espera se duplicó, pasaron cuatro días, lo peor, era que los tiempos de llamada se redujeron, de acuerdo a ella, era por el hecho que aún no se acomodan bien al entorno, pues han tenido que viajar de un lado a otro.
Se escuchó un crujido de fondo, tras un instante de silencio ella habló.
Se colgó.
Como era costumbre iba a clases de gimnasia con Laura caminando, quien se le notaba decaída, pues su personalidad tan alegre se le notaba apagada.
La miré extrañada ante tal declaración.
Me miró fijamente.
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Editado: 12.11.2024