Talvez la vida de Eloíza en esos momentos era un total desastre, pero todo mejoraba cuando llegaba a una casa la cual ella consideraba su hogar, aún no viviendo en ella y teniendo la suya propia pero esa casa era su lugar seguro.
La casa de su mejor amigo.
Mientras Lucas terminaba de buscar una que otra película para pasar el rato Eloíza terminaba de preparar las palomitas,estaba claro que no iban a prestar pero ni un minuto de su tiempo para prestarle atención a la película y que todo el tiempo que durará está iban a estar entablando una conversación y aún siendo cualquier estupidez lo que tuvieran por tema de conversación, lo que hablaran los dos lo consideraban sumamente interesante.
Mientras Eloíza salía de la cocina y se dirigía a la sala de estar, un pequeño ruido producto de un vaso de aluminio que cayó hacia el piso sonó desde la cocina hasta la sala.
-Desde ya botando las cosas.- Dijo Lucas mientras rodeaba los ojos.
-Idiota.- Dijo Eloíza mientras ponía la tasa de palomitas en uno de los pantres de la cocina y levantaba el vaso del suelo poniéndolo en el fregadero.
-Aún así me amas, siendo idiota y todo.- Le dio una sonrisa de lado mientras negaba con la cabeza.
-Aún así te amo.- Dijo Eloíza con un tono de nostálgia y alegría a la misma ves,de un momento a otro unas inmensas ganas de llorar inundaron a Eloíza,poniéndose así sus ojos cristalinos.
-Venga para acá.- Dijo Lucas mientras extendia los brazos y se acercaba a ella, Eloíza sin dudarlo se lanzó a los brazos de Lucas.
Pasaron unos cuantos minutos en un cálido abrazo para luego separarse.
-Venga,ve a traer las palomitas para que veamos la supuesta película.
Eloíza se quito unas cuantas lágrimas que bajaban por sus mejillas con las mangas de su sudadera para luego asentir con la cabeza.