En Tus Brazos

CAPÍTULO 26

 E l í a s

 

 

Era bastante entretenido ver correr a mi pequeño como desquiciado Cam y la hermana pequeña de Kelly, Hailey. Viéndolos, entendía por qué Elían amaba estar detrás del trasero de Cam, y que ambos tenían una energía inagotable.

Tenía que estar pendiente de que ese par no destruyera el parque al que habíamos venido.

—Tenemos que hablar con mis padres.

Y así de simple se rompió la magia del buen momento.

Por unos segundos alejé la vista de los niños y miré a Elizabeth, quien mantuvo la vista en los niños. Por la desesperación con que jugaba con sus dedos, era obvio que este tema no era de su grado.

—Sé que no me incumbe, pero me gustaría saber en qué quedaste con Watch.

Tan rápido como volteó a verme, yo de inmediato giré a ver a los chicos, Elían aprovechó para levantar su brazo y saludarnos.

—No sé qué intentas insinuar, pero si algo quiero que te quede claro es que todo lo que pase con Elían es de tu incumbencia.

—Su padre es Watch.

La vista hacia los chicos se vio oculta cuando un par de jeans azules taparon mi vista hacia ellos. Al elevar mi cabeza me encontré con los ojos molestos de mi esposa, cosa que me hizo pensar que tenía que elegir bien mis palabras, si no quería terminar teniendo una pelea.

—¿Acaso no lo consideras tu hijo?

Suspiré, escondiendo mi cara por lo imbécil que me estaba sintiendo.

—Sabes que lo amo más que a nadie, pero seamos realistas. Su padre es Watch, y eso es más fuerte que todo el amor que yo pueda sentir por él.

Esperé cualquier reclamo de su parte, pero muy diferente a lo que pensé, ella solo se inclinó a mi altura y al sostenerse de mis rodillas, me regaló la sonrisa más calidad que no había recibido en tanto tiempo.

—Eres tan estúpido, Elías.

Luego de decir aquello, presionó sus suaves labios sobres los míos, no fue más que eso. Fue tan repentino que ni siquiera me dio tiempo a reaccionar y aprovechar la oportunidad para besarla con la profundidad que quería.

Fue algo tan simple, pero al mismo tiempo lo suficiente para hacer temblar mi interior.

—¿Qué fue eso?

—Un beso, ¿No lo notaste?

—Sí, pero, ¿Por qué?

—Te quiero, ¿Acaso necesito alguna otra razón para besar a mi esposo?

Demonios, ella era demasiado tierna para mi salud emocional.

Me importaba muy poco estar rodeado de todos aquellos mocosos, quería besar a mi esposa o ellos no lo impedirían. Así que traje suavemente su rostro al mío para mostrarle la manera en que tenía que besarme, por si en algún otro momento le provoca hacerlo.

Fue ella la que lentamente terminó el beso, porque si de mí dependiera, pasaría lo que quedaba de día pegado a sus labios. Dado que aquello no se podía, traté de mantener su cercanía haciendo que tomara asiento en mi regazo y aunque, luchamos un poco debido a su vergüenza, al final se rindió y terminó acomodándose en mis piernas.

Mi mentón por inercia fue a dar su hombro para lograr ver hacia los chicos, la sorpresa fue notar que ellos tenían sus ojos fijos en nosotros.

—¡¿Qué están mirando?! —grité hacia ellos, todos dieron un salto y siguieron con lo suyo haciéndonos reír.

Elizabeth suspiró y empezó a jugar con mis dedos, claramente algo no estaba bien.

—¿Qué pasa? —le pregunté.

—Él no te cambiaría por nadie —por inercia, mis ojos fueron en busca de mi pequeño gusano—. Él te ama, Elías. No quiero que dudes del amor que te tiene, ¿De acuerdo?

Su espalda se pegó a mi pecho luego de dejarme pensando en sus palabras. Ella me había hecho caer en cuenta del gran miedo que tenía de ser reemplazado y olvidado por Elían, de perder su amor por su padre real.

¿Lo iba a preferir por encima de mí?

¿Querrá pasar más tiempo con Watch que conmigo?

De seguir haciéndome tantas preguntas, mi cabeza explotaría, pero no podía ser de otra manera, era el amor de Elían lo que estaba en juego. Perderlo sería catastrófico, no podría vivir sin él.

—Podrán venir mil Watch Sander, pero nunca dejarás de ser su padre y él nunca dejará de amarte.

Y así, como por arte de magia, Elizabeth logró calmar cualquier preocupación.

La magia de nuestro momento fue arruinada cuando se escuchó el claro grito de Elían. Ambos inmediatamente giramos a verlos y nos encontramos con Cam prácticamente sobre un niño y con nuestro hijo siendo sostenido por Hailey.

¡Los dejamos de ver por unos segundos y ellos ya estaban intentando buscar pelea!

Tan pronto como me acerqué, agarré a Cam de su brazo en un intento de apartarlo del otro niño, pero ambos parecían más que dispuestos a seguir peleando.

Solo fue hasta que Elizabeth se interpuso entre ambos niños que dejaron de irse encima del otro.

—¡Déjame, Elías! —forcejeó Cam conmigo—. ¡Cerraré su jodida boca ahora mismo!



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En el texto hay: romance, amor, embarazo

Editado: 11.04.2024

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