Ha pasado una semana y pues no sé que me pasa. Bueno si sé que pasa pero me hago la loca.
Después del año nuevo no vi a César hasta 2 días después, él estaba con su mamá y yo no quería interrumpir. Me contó lo del centro comercial, yo no quería tocar ese tema por qué ya había pensado días antes en como preguntarle y un dolor de cabeza muy fuerte aparecía, pensé que era cualquier dolor pero solamente me pasaba cuando me imaginaba a César con otra persona.
Ese día salimos y me contó que me vio en el centro comercial, y le dije que no lo había visto hasta cuándo ya iba bajando y le mentí con que me andaba mucho del baño y no quería interrumpir su plática. Obvio el dijo que no interrumpía nada y que le hubiera gustado que su prima me conociera, y me enteré que la amiga de su prima quería con él, solo que era mayor que ella y ahí fue la tercera vez que el dolor apareció y me está preocupando por qué no quiero que tener nada.
Le comenté a César que tenía unos dolores y él ya me quería llevar al hospital cargando y todo, le dije que estaba bien pero trato de no decir nada enfrente de él, lo menos que quiero es que se preocupe por mi. Todo iba bien, hasta hace unos días.
Les cuento.
César y yo estábamos caminando por el parque con nuestro helado (eso nunca puede faltar) y veo que una de esas chicas que le gusta César. Les conozco la mirada y lo peor fue cuando vi que se dirigía hacia nosotros, ya tenía rato viéndolo desde que estábamos en la banca y se le acercó. Se llama Devany.
Le empezó a coquetear, hacía como que yo no existía y ni idea de como pasaron tantos días y de un momento a otro ya no podíamos quitárnosla de encima. Bueno, al menos yo quería ya no verla nunca, mis dolores de cabeza empezaron a hacerse constantes y yo ya no sabía cómo hacer que no me dolía nada, cada vez me dolía peor.
No les voy a mentir al principio pensé que me podía caer bien, me saludaba amablemente, obvio todo murió cuando estuvimos solas y ella fue grosera conmigo, me decía que era una simple amiga y que César nunca me preferiría. Sabía que lo era pero no tenía que repetírmelo siempre. Ya no aguantaba verla más, no sabía si César le gustaba o no por qué sonreía con ella y eso me ponía peor.
Hace unos días me la encontré, primero, obvio, me insulto y después hablaba con César pero yo ya no aguantaba y casi me desmayo, sentía que ya iba directo al piso. Solo que estaba César y él me alcanzó a agarrar, me sentó en una banca y Devany hacia como que se preocupaba por mi, esa vez sentí que me odio más… Me dijo que lo mejor era que me fuera a mi casa; sabía que quería que la dejara sola pero me sentía tan mal que eso quería hacer, César dijo que era lo mejor. Hubieran visto su sonrisa, era de victoria absoluta, solo se borró cuando César me cargo y no la dejo decir nada, solo le dijo adiós.
Obvio una sonrisa gobernó mi rostro pero de igual forma no quería que ella me odiara más, César me quiso llevar con el doctora pero le dije que ya se me había pasado.
Ayer desde que me levanté no podía dejar de pensar en ella ni imaginarme verlos juntos y me dolía mucho más la cabeza … no le había contestado a César hasta que llegó por sorpresa. Supo que estaba mal, pero como ya era tarde no me llevo con la doctora pero se quedó conmigo para ir temprano con ella. Dijo que su mamá había salido por dos días y volvía mañana, por eso estaba en mi casa cuidándome, solo por que no le contesté.
Al siguiente día, me despertó con un desayuno y me llevo con la doctora, ya no podía poner más excusas e igual me estaba preocupando, pues eran dolores muy constantes.
Me daba un poco de pena pues no iba a saber cómo decirle a la doctora que me dolía cada vez que pensaba a César con otra persona.
Llegamos y pasamos, la noche anterior César me hizo hablar en la noche para agendar una cita y así no esperamos mucho.
Nos atendió una muchacha y nos hizo pasar con la doctora.
—Buenos días, yo soy la Doctora Patricia y seré quién te atenderá—. Lee un papel y después dice mi nombre— Mérida.
—Buenos días doctora.
No sabía cómo empezar y decirle. Aparte estaba César.
—Buenos días doctora, soy César el mejor amigo y la traje por qué hace unos días me comentó que tenía un dolor de cabeza, al principio pensó que era normal pero después el dolor era cada vez más constante, incluso a llegado a querer desmayarse.
—¿Has llegado a sentir mucho dolor?—me preguntó la doctora.
—Si, ayer incluso me dormí todo el día porque no soportaba el dolor y no quería pararme pues no quería llegar a desmayarme.
Me checo todo ( los ojos, los oídos, etc) dijo que iba a hacer un chequeo completo.
Estaba un poco nerviosa no sabía cómo decirle el problema, era necesario, no quería que dijiera que tengo algo peor.
—Puede ser una migraña—dice ella —. Te voy a recetar unas pastillas para el dolor, trata de relajart
—me pide y mira a César—. Llévale esto a la enfermera para que te dé las pastillas.
Veo como César sale directo para allá.
—Mérida, ¿estás bien?—me pregunta cuando él no está.
Yo sé que se me nota lo nerviosa.
—No… pero no quiero que mi amigo se entere—suspiro—. Mis dolores de cabeza no son por migraña, bueno me pasan cuando veo a una chica con César.
—Espera—me pide— ¿Quieres hablar de eso?
—Si, pero vengo en un rato cuando no esté con mi amigo.
Veo que César viene y trae un frasco de pastillas.
—Listo—avisa.
—Bueno un gusto y no dudes en venir si tienes alguna duda—dice la doctora.
—Gracias—digo saliendo del consultorio.
Salimos y empezamos a caminar por las calles.
—¿Te duele la cabeza ahorita?—pregunta César.
—No, ahorita no, hoy amanecí muy bien—le digo sonriendo.
Lo menor que quiero es que sé preocupe demás por mi.
—¿Quieres un helado?—me dice.
—Si , pero yo invito.
—Pero yo te estoy invitando—replica.
—Pero tu los compraste la última vez, así que me toca.
—Está bien me rindo.
Él dice que soy muy terca. Pero yo creo que no.
Caminamos por el parque y tengo miedo, no quiero que Devany aparezca. No quiero que me duela la cabeza, no quiero enfermarme.
—Iré por los helados, espérame aquí—le pido.
Lo dejo en una banca y voy por los helados. Al llegar me formó toda feliz y yo no sé por qué me pasa todo a mi.
Pues si estaba Devany enfrente de mi, debe odiarme por lo que pasó la última vez.
—Hola Mérida—me saluda hipócritamente—. ¿Cómo que siempre andas enferma?—dice al ver mis pastillas—. O no se si lo finges para que César no se separe de ti.
—Hola Devany—finjo una sonrisa.
—Mira no sé si no te has dado cuenta pero César me gusta y yo sé que yo a él, no has visto como me mira y como me sonríe.
Eso me partió el alma, ya lo había notado como pude ser tan tonta.
El amor te ciega.
—Entonces quiero pedirte que lo dejes ser feliz y que cuando yo llegue te quedes ahí parada esperándolo, yo lo voy a hacer feliz tranquila no te preocupes—después ve mi cara y finge sorpresa—. Oh es que tú querías ser esa persona verdad. Ya entiendo estás enamorada de él, y no te culpo pero él no te escogió a ti por qué si no ahorita ya fueran más que amigos, así que si lo amas tanto déjalo hacer feliz conmigo por qué si se pone a escoger con quién quiere tener una relación créeme que me escogería a mi y créeme que no quiero eso—hace cara de lastima— . Sé que solo son amigos de eso no hay duda, mírate nunca te va a escoger a ti y si sale peor tendrá que escoger o ser feliz conmigo o seguir de amigos tú y el y no creo que te guste la respuesta.
Editado: 31.08.2024