CAPÍTULO 5: MARIPOSAS.

Entro a preceptoría, la cual está hecha un revuelo debido a que entran y salen muchos maestros o ayudantes de la cooperadora, alumnos e incluso sus familiares. 

Desorientada miro de un lado a otro en busca de la persona que entrega los folletos de los horarios y actividades, pero fallo en el intento. 

Me sobresalto cuando el grito de una voz que se me hace bastante familiar me indica el recorrido hasta la mesa. Es mí ex maestra la señorita Williams. Una joven de aproximadamente unos veintiocho años de edad, pelirroja, de mediana estatura, con un buen físico, el cual siempre sabe con que atuendos acompañar. Es algo estricta, pero eso no le quita sus momentos de humor alocados, pero para ella siempre hay un límite de diversión dentro de sus clases. 

No reacciono y me quedo allí, inmóvil, paralizada por la confusión del revuelo de la sala, así que la señorita Williams se ve obligada a caminar hacia mí y tomarme por el antebrazo izquierdo. Me guía hacia una puerta de madera oscura, la cual golpea y al escuchar el: "pasar" del director, abre y me hace seña para que me adentre en la pequeña pero ordenada oficina. 

Mí ex maestra se aleja de nosotros dejándonos en un incómodo silencio a mí y al director, ya que este está sumamente concentrado en hojear unos papeles que creo importantes por la manera atenta en que los mira. 

Luego de unos minutos, mí superior rompe el hielo alsando su mirada hacia mí haciendo una leve mueca con su boca, la cual no comprendo que quiere expresar con ésta. 

Sigue mirándome algo impaciente y ya comienzo a ponerme nerviosa. No comprendo qué quiere y por qué no me hace entrega del folleto que tanto necesitaré durante el año. 

Continúa evaluandome con su mirada hasta que hace un carraspeo algo incómodo. Me ordena que tome asiento frente a él y le correspondía haciendo un leve asentimiento con la cabeza. 

-Señorita Daller. Debo informarle que el anterior año ha estado subiendo sus notas obteniendo un sobresaliente al final del año.- hace una pausa.- Debo confesarle que estoy orgulloso. Cuando entró a esta institución, era insegura, no le gustaba estudiar, asistir a las clases, cumplir con las tareas  etre otras cosas. Pero año tras año me ha demostrado, que se ha esmerado y ha dado lo mejor de sí para llegar a estos logros de hoy en día.- me sorprendo.- Es por esto que si este año, se gradúa con un sobresaliente, podrá inscribirse en una de las mejores universidades del mundo. Harvard, estará complacido con su ingreso si así lo desea usted. Al finalizar el tercer trimestre de este nuevo año, si recibe un sobresaliente, podrá enviar su currículum escolar a la universidad que desee. Espero sea Harvard, ya he hablado con el director de ésta sobre usted y sus notas y me ha comentado que si usted gusta se le entregará una beca para ingresar a su instituto. Por eso espero que se esfuerce como lo ha hecho en estos últimos tiempos i aún más. Es una excelente alumna.- Quedo muda ante su discurso  yno reaccionó de ningún modo.- Aquí tiene su folleto de este año. Las clases comenzarán al igual que todos los años a las 6:30 de la mañana y terminan a las 12:15. Obviamente, como siempre se hace, tendrá horas a la tarde. Allí están sus horarios semanales- dice indicando la parte inferior derecha de la fachada del folleto.- podrá elegir una actividad extracurricular de las cinco opciones: natación, gimnasia, atlética, artística y el club de escritura. También podrá ayudar alumnos con menores promedios; ésto a partir de las 18:00 horas hasta las 19:30 horas si lo hace dentro del instituto, pero si gusta puede organizar encuentros con el alumno asignado fuera de la institución. Por cierto si acepta esto, debe saber que el alumno que ayudará, se le asignará mediante un sorteo, no puede cambiar, quien toca, le toca. Y además aumentará sus notas de comportamiento, solidaridad y empeño escolar. Espero pase un espléndido año señorita Daller. Le agradezco, nos vemos pronto. Puede retirarse.- me mira salir con una mirada sería pero sé que está pensando en si me irá bien como siempre. 

Salgo de la oficina del director, paso por preceptoría y me dirijo a la sala donde se hallaba la fila, en la que me encuentro frente al todo a Annabell, quien me observa con los ojos muy abiertos. 

-Al fin mujer, cuanto tardaste, estuviste allí veinte minutos. Toda la fila se atrasó- ríe.

-Si, es que el director me entretuvo hablando- me observa con los ojos entrecerrados buscando sacarme alguna información con mí mirada.

-Te espero aquí fuera, cuando salgas te explico todo. Ve, es tu turno te están esperando.- deposita un beso energético en mí mejilla y se aplica en dirección al camino que previamente tomé yo.

                                     *****

Espero desde hace unos dos minutos fuera de preceptoría para que mí amiga Annabell salga de allí y le cuente lo sucedido. 

Me distraigo mirando la hora en el reloj de mí celular. Éste día las clases comenzarán más tarde debido a estod de esperar todos los alumnos del instituto en una fila para los folletos del año.

Siento un suave agarre de mis hombros que previene desde atrás mío. Me giro y al hacerlo me encuentro con esos hermosos ojos que me provocan mariposas. 

OSITOOO.

Es él, me mira con una hermosa sonrisa en sus labios, quedó embobada y me pierdo en su mirada. Luego de unos treinta segundos de estar mirándonos fijo a los ojos, me doy cuenta que me está rodeando la cintura con sus brazos y yo lo tomo a el de los brazos. Desvío mí mirada hacia la fila y me percato de las miradas de todos puestas en nosotros y la extraña escena que presentamos ante ellos. La mayoría de las miradas son de desprecio, desagrado y menosprecio. Otras son de molestia, por mayor parte de las chicas que seguramente estén pensando: ¿"Que hace ese bombón junto a esa rarita? Que asco, la detesto, todo por llamar la atención". Otras miradas son de sorpresas y algunos sonríen tímidos al mirarnos.