Enamorados por una noche

Capítulo 2: Necesito dinero , no chicos

Con la ventana abierta , el olor a barbacoa sube hasta mi habitación.
Me acerco a ella y observo el jardín interior , ya han llegado la mayoría de vecinos. En la piscina están la Señora y el Señor Farres con sus tres hijos. En la parrilla está mi tío Harol acompañado de Franck , el policía de la zona. Y sentadas en las sillas , alrededor de la mesa , están las amigas de zumba de la tía Helena sirviendo algunos platos.

—«Debería bajar ya» —pienso retrocediendo unos pasos.

Los vecinos deben de estar esperándome , pero tendrán que aguantar unos minutos más. 
En la puerta suenan unos golpes y no son tranquilos y delicados , sino sonoros y constantes como si quisieran echar la puerta abajo.
Me dirijo hasta ella , pongo la mano en el pomo y lo giro abriendo e inclinando la cabeza para mirar quién es. En el otro lado están Cheril y Emily que se quedan con los puños estáticos en el aire cuando me ven.

—¡Oh Dios mío! —exclama Emily abriendo los ojos con totalidad.

—¡Oh Dios mío! —imita Cheril como si fuera un eco con su voz aguda e inconfundible.

—¡Oh Dios mío! —termino diciendo dando un pequeño saltito sobre las puntas de mis pies.

Nuestros gritos podrían escucharse hasta en la calle de al lado sin exagerar y sabrían que somos nosotras.
Entran en mi habitación y me rodean con sus brazos , mi cara queda pegada a sus mejillas y comenzamos a estrecharnos cada vez más por segundos en un abrazo que terminó desestabilizandonos , haciendo que cayéramos sobre la cama.
No podía parar de reír , había echado demasiado de menos a estas dos locas.

—Os he extrañado tanto... —digo con la mirada fija en el techo y coloco las manos sobre mi pecho.

—Eso no volvería a pasar si te matricularas en alguna universidad de Los Ángeles —Emily está obsesionada en que viva a solo unas manzanas de su casa , lleva todo el año insistiendo.

Es una buena idea , me encantaría , pero tengo una vida en Nueva York que también disfruto.

—Ya sabes lo que pienso sobre el tema —me reincorporo y me siento en la cama para poder mirarla.

—Tu piensatelo —apoya Cheril mirándome entre las pestañas.

Terminamos las tres sentadas en circulo con las piernas colocadas en forma de indio. Deberíamos de bajar al jardín con los demás , pero necesitamos mínimo diez minutos para ponernos al día.

Cheril ha dejado el color moreno de su pelo y se lo ha decolorado , ahora el único color que se aprecia es el rubio platino. Tampoco lleva las gafas que antes eran imprescindibles , ahora lleva lentillas porque dice que es mucho más atractivo.
Por otro lado , Emily ha dejado su estilo de niña buena , su ropa es prácticamente negra , se ha cortado el pelo por encima de los hombros , tiene el piercing Austin Bar en el lado derecho de la nariz y un tatuaje de una rosa en su antebrazo.
Mirándolas a ellas , en comparación yo no he cambiado nada , sigo con el pelo rubio oscuro con terminación al ras del pecho y los ojos claros. Tal vez lo único raro es que me han salido pecas cuando pensé que desaparecieron al cumplir los diez años.

—Vale , llegó el tema chicos —anuncia Emily con una picara sonrisa en sus labios. Choca sus manos y las frota con fuerza.

Sabía que tarde o temprano saldría el tema y esperaba que fuera más tarde que temprano.

—¿Quién va a ser vuestro chico para este verano? —pregunta Emily. Coge un cojín y lo coloca sobre sus piernas.

—Michelle Jones —dice Cheril con decisión y después muerde su labio inferior.

Michelle Jones es un piloto de carreras que va a segundo año de universidad. Es amigo de mi primo Dean y ciertamente de las veces que ha venido a casa , he podido comprobar que está bastante bueno.

—¿Pero a ti no te gustaba tu vecino nuevo? —ladeo la cabeza confundida. Hace dos semanas babeaba por él , que haya cambiado de opinión en tan poco tiempo no es usual en Cheril.

—Michelle Jones es mi nuevo vecino —en sus labios plasma una sonrisa de satisfacción imborrable.

—¡¿Qué?! , ¡dime que estás de coña! —doy un pequeño salto y termino quedando de rodillas con la boca abierta en forma de O. No puedo creerlo.

—Sus padres pidieron el traslado de trabajo para que les destinaran en Los Ángeles , y al parecer se lo han concedido. Y lo mejor de todo es... —deja unos segundos de suspense —¡que su habitación está en frente de la mía! —exclama eufórica. Echa su cuerpo hacia atrás pegando la espalda sobre el colchón y mueve las piernas arritmicamente.

—Odio tu puta suerte —dice Emily tirándola el cojín a la cara. Las tres nos reímos a carcajadas.
—Yo me he liado un par de veces con Axel O'Neil. —dice refiriéndose al chico que le ayudó a aprobar matemáticas.
—Pero se ha colado por mí y ahora quiere algo más serio —al escuchar esas palabras , todas notamos la rigidez en nuestros cuerpos , hasta Cheril vuelve a sentarse y borra su sonrisa.

Que te pidan salir no es malo , a no ser que sea el verano sin reglas y haya chicos universitarios en cada fiesta que vayamos. Además Emily siempre ha sido muy liberal y no le apasiona la idea de atarse a una persona , sin embargo , sus palabras son un grito de socorro.
Aunque no lo admita cien por cien , somos sus mejores amigas y sabemos que ella también está totalmente colada por él.



#42570 en Novela romántica
#11402 en Joven Adulto

En el texto hay: adultojoven, adolescencia, drama

Editado: 22.10.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.