~Claudia~
Entre las cosas mas disparatadas que se le han ocurrido a mi mejor amiga, esta se lleva el premio. ¿Ese zorro y yo? ¡Ja! Nunca, jamás. Primero me mudaría al polo norte y eso que soy demasiado friolenta para soportar más de una temporada.
Nuestra historia es algo mas que caótica, aunque eso suena del tipo romance y yo me iría más por pesadilla.
―Pero ―Ise mira alrededor―, ¿Y tú hombre hermoso? ―El cambio de tema me devuelve el buen humor.
―No sé ―admito, aunque sí que me gustaría saberlo―. Debe estar ocupado. Él si trabaja, no como otros.
―¡Oye! ―se queja, claramente dolida―. ¿Me estás diciendo floja?
Resoplo y sacudo la cabeza.
―No lo decía por ti, sino por el tonto de Siwon.
―Mmm…
―Pero no quiero hablar de él.
―Bien. ¿Has hecho algún avance con tu príncipe? ―dice curiosa.
Doy un suspiro resignado y le pido que me siga hasta uno de los sillones que se encuentra en el lobby.
―Dijiste que debía controlarme y no lanzarme sobre él, ¿Recuerdas? Estoy tratando de hacerlo. ―Cosa que no me hace feliz del todo, pero que intento no ceder a la tentación. Aunque creo que eso de pedirle el número no se considera algo moderado.
―Por eso mismo preguntó. No has hecho ninguna locura, ¿Cierto? ―Ella entrecierra los ojos, como si de verdad esperara lo peor de mí. No puedo culparla, la última locura que hice con un chico implico gritarle mi dirección, aun cuando solo me preguntó dónde se encontraba la estación del metro. En mi defensa, puedo decir que me hacía ojitos y que siempre quise tener un niño rubio con rulos―. ¿Clau? ―Comienzo a reír nerviosamente.
―Claro que no. Te digo que me estoy conteniendo.
―Mmm… ―Me mira con sospecha, no, claro que no confía en mi sensatez―. Habla. ¿Qué fue lo que hiciste?
Hago una mueca. Pillada.
―Fue sin intención…
―¿El qué? ―Se echa al frente, acorralándome. Vaya que podría ser un detective o mínimo un policía.
―Bueno…
―Por favor, no me hagas imaginar cosas peores y dime. Quizás podemos hacer algo.
―Le pedí su número ―confieso sintiéndome una niña. Espero un ataque de reproches, pero solo sonríe.
―Solo eso, ¿Verdad? ¿O hay algo más?
―No, solo eso. Y como te dije, fue sin querer, lo malo es que el tonto de Siwon me vio.
―¡Auch! ¿Y qué te dijo?
―Ya lo conoces.
―A mi primera impresión, él cambio, pero si tuviéramos que volver a su peor época. Diría que no lo dejó pasar.
―¡Exacto! Hizo sus comentarios irónicos, lo que demuestra que no ha madurado nada.
―Tienes un punto.
―¡No lo soporto!
―Tranquila. Recuerda que ahora serán compañeros. ―Quiero tirarme de los pelos o mínimo pasarme las manos por el rostro, pero me he esmerado en mi aspecto, así que me conformo con apretar el sofá.
―No me lo recuerdes. Creo que tendré que ver programas para controlar la ira.
―Creo que podemos hacer algo, para que te deje tranquila. Debiste ver la cara que puso cuando le dije que tenías un video de él.
―¡¿Qué?! ―Ella me mira con autosuficiencia.
―Para que veas que estoy de tu lado. En realidad, lo dije solo por molestarlo y ver su reacción, le dije que tenías un video vergonzoso de él.
―¿Video? ―Recordaba tener algunos, aunque no tengo idea que ha paso con ellos. Después de aquella horrible noche, decidí acabar con todo lo referente a él. Rompí y queme muchas cosas, pero estoy segura de que no todo, así que no es mala idea utilizarlos para fastidiarlo.
―¿Tienes alguno? Creo que bastaría para pararle los pies a la hora de querer pasarse de listo ―comenta con expresión malvada.
No puedo evitar reír, Ise pocas veces saca ese lado malvado y esas veces siempre le han tocado a Siwon sufrir. Así que eso me encanta.
―Eres un diablo, pero creo que si tengo algunos. Tendré que buscarlos.
―Yo te ayudo. Eso sí, te advierto que será solo en caso de extrema urgencia y si se pasa de pesado. No puedes hacer uso de ellos, sino te provoca.