Capítulo 11

El lunes por la mañana Nicholas trato de acercarse a mí, pero Pamela lo impidió, no dejo ni que pronunciara palabra. La noticia de nuestra separación ya corría por toda la escuela, me sentía la chica más tonta de todo el mundo, además todos me veían con lastima y algunas otras personas se reían de mí.

Al abrir mi casillero escuche una voz conocida.

— Creo que ella siempre arruinara sus relaciones. Mírenla es una básica –cerré la puerta de mi casillero azotándola y me enfrente a Nathan.

— Un hombre con pantalones no habla mal de las mujeres. Tal vez soy una básica, pero tú eres un idiota –alce mi pierna y pisotee su zapato. –Superame.

Salí a paso veloz con la mirada en alto, porque sinceramente la tímida Raven Wilson ya no se dejaría de nadie.

Al llegar al despacho de William solté un gran suspiro, apenas iniciaba la semana y ya quería que fuera viernes. Toque repetidas veces hasta que se escuche un "pase", abrí la puerta y la cerré detrás de mí.

Los ojos azules de William me observaron y el frunció los labios, él sabía que no me encontraba bien, así que se levantó de su escritorio y se acercó a mí.

— ¿Todo bien? -¡Que pregunta más ridícula!, nada está bien en mi vida.

— No, nada está bien –me acerque a la silla y me deje caer en esta.

— Raven, quiero platicar contigo, así que relájate y dejaremos el trabajo para después –tomo la silla y la alejó del escritorio para poder sentarse. – Sé que estás molesta, pero creo que debes de considerar...

— No lo creo... le he dado muchas oportunidades, darle una más ya es abuso de confianza –cruce mis brazos y desvié la mirada. Por el momento, no creía que nadie pudiera cambiarme de opinión.

— No quiero que lo perdones... bueno no es que no quiera, a lo que me refiero es que no es necesario, pero creo que el merece ser escuchado –rasco su nuca y le mire con el ceño fruncido.

— ¿Hablaste con él? –pregunte y el suspiro.

— No exactamente... pero logro decirme algunas cosas que pienso que son importantes Raven. No digo que está bien lo que hizo, pero él lo sabe, sabe que tomo una decisión difícil, él sabía que si no aprovechaba el momento, jamás hubiera logrado decirte lo que sentía –le mire y sentí como todas mis fuerzas se caían y una lagrima cayó sobre mi mejilla.

— No lo sé William, no sé si me entiendas, pero me siento como segundo plato y como si fuera la segunda opción para todos y no quiero seguir así, quiero cambiar. Quiero ser fuerte –tomo mi manos y le sonreí.

— No eres el segundo plato para mi... ni para Pamela, ni para tu mamá –apretó mis manos y sonrió. –Raven, sé que no perdonaras a Nicholas. Cuando te sientas lista, dale una oportunidad de explicarte las cosas y veras que te sentirás mejor contigo misma.

— Gracias William –rápidamente me solté de su agarre y lo abrace –Es bueno tener alguien que sepa aconsejar.

— De nada Raven.

William me dejo salir temprano, me dirigí al departamento y fui a buscar más ropa, la guarde toda desordenada en una maleta y la subí a mi carro, me despedí de Patrick con un gesto con la mano y me fui de nuevo al campus.

Pamela me ofreció su cuarto, ya que ella normalmente se iba a dormir con Lucas, ellos me dijeron que el viernes irían por mis cosas y que mientras le ayudara a Pam a empacar, se los agradecí infinitamente, ya que ellos eran mis únicos amigos.

En la tarde William y yo estábamos discutiendo el caso de mi vecino Daniel, al parecer la chica no quería tener él bebe en su custodia, pero tampoco se lo podíamos dar así de pronto a él, puesto que su trabajo no es uno de los mejores, es barman en una disco muy famosa, entonces esos son factores que pueden hacer que el niño se vaya a un casa hogar.

— Pero si ella no lo quiere y el sí, ¿no es mejor dárselo? –pregunte y William apretó los labios.

— Raven, el chico tiene buenos ingresos, eso no lo dudo, lo que pasa es que no sabemos si, si va a cuidar bien al hijo. –miro el expediente y lo dejo en su mesa.

— Esta bien... ¿Cómo vamos con el otro caso? –pregunte y el me miro.

— Bien, conseguí las pruebas necesarias, mañana en la mañana será el juicio, a lo mejor no me presento a clases –dijo y fruncí el ceño. –Me hubiera encantado que estuvieras.

— Igual, pero lamentablemente sigo siendo estudiante –solté una risa nerviosa y él asintió.

— Posiblemente para el caso de Daniel si necesite que estés presente, así que le diré a tus profesores –abrí los ojos como platos.

— ¡WOW!, ¡será mi primer caso! –dije emocionada.