*Diego*
Como cada fin de mes, voy a la ciudad a ver mi hija, pero había decido ir unos días antes, muy pronto las clases finalizarán lo que significa que para Abril serán vacaciones y su cumpleaños, así que escogeré un lindo regalo de cumpleaños.
La última vez que vine a la ciudad, Renata y yo habíamos roto nuestro trato de intercambio de placeres, ya que ella se va casar. Muchas veces le había propuesto a Renata matrimonio, pero ella me rechazaba porque decía que yo solo buscaba una mujer para ser la madre de Abril y no para amarla, y quizás tenga razón, pero ya han pasado 9 años, y mi corazón se cerró a esa posibilidad.
─ ¡Buenas noches!, señor ─ me saludo cortésmente el mozo del hotel donde siempre me hospedaba, prácticamente desde hace dos años era como mi segundo hogar.
─ Una habitación, por favor ─ mientras hacia mi registro
─ La misma de siempre ─ la recepcionista me dio la llave
─ ¡Gracias! ─ dije tomando mi llave, mientras el mozo subía mi equipaje a la habitación habitual 347.
Quizás lo que decía Renata era la única opción y era regresar a vivir aquí en la ciudad del estado, pero no quisiera dejar a mi madre sola en la hacienda, la otra opción es que mi madre aceptará venirse a vivir acá, pero su problema de los nervios no era muy recomendable el ruido de ciudad y el estrés que implica vivir aquí. Si que estoy en dilema.
Al día siguiente…
─ ¡Buenos días!, Señorita vengo a ver a la niña abril Miramontes
─ Si, señor, enseguida, pase usted.
Amablemente, la conserje del internado abrió la puerta y me hizo pasar como siempre a salón de visita.
─ En un momento, vendrá la señora directora.
Que extraño, generalmente cuando vengo a ver a Abril solo espero un segundos y luego aparece detrás de la puerta.
─ Señor Miramontes, ¡Buenos días! ─ saludo la señora directora, la ultima vez que hablamos fue por el asunto de los castigos de las niñas.
─ ¡Buenos días!, señora directora, ¿A dónde está mi hija?
─ Señor, lamento infórmale que su hija Abril, ha escapado del colegio.
─ ¿Que dice?, señora, ¿Cómo que abril ha escapado?
─ Si señor, precisamente hoy al pasar lista, no se presentó, pensamos que se había quedo dormida, una de las cuidadoras fue a su habitación, pero la cama estaba sin hacer, eso quiere decir que desde anoche después de la cena escapó.
─ Pero me está diciendo que una niña de 8 años escapo y que apenas se dieron cuenta hoy.
─ Le aseguró señor, que nunca había pasado una cosa como esta.
─ Entonces me puede decir ¿A dónde está mi hija?
─ Señor, hemos buscado por todo el colegio, le aseguro que ella no ha podido salir de aquí, las bardas son muy altas.
─ Entonces guíeme a su habitación, necesito buscar si mi hija realmente escapo, y créeme señora si es así, buscaré el motivo del ¿Por qué mi hija escapó?
La señora directora, me llevó a la habitación de mi hija. Realmente la primera vez que entraba a la habitación donde mi hija ha estado por dos años consecutivos, la única fuente de ventilación era una pequeña ventana, que tenia un protector de hierro, por lo tanto mi hija no pudo escapar por la ventana, seguí analizando la habitación, a parte de la pequeña cama, el buro cerca de la misma, cerca de la ventana esta un escritorio, me imagino que ahí mi hija hace sus deberes, me acerque, y vi el diario de mi hija, mismo que yo le había comprado hace un año atrás, lo entreabrí, tenía poco escrito, no quería inmiscuirme en sus escritos porque consideraba algo privado, pero llamo la atención lo último que escribió.
Querido diario:
Hoy me siento más triste que nunca, hoy las “viejas ” no me dejaron salir al único lugar donde puedo SENTIRME LIBRE y me hace recordar los prados cerca de casa.
Abril
Al terminar de leer esas líneas, solo mire a la maestra, acaso castigaban a mi hija.
─ Alguien me puede decir si hay algún bosque o arboleda cerca
─ si ─ contestó una niña
─ Dime, ¿a dónde está? ─ dije poniendo de rodilla para estar a su altura.
─ Detrás del edificio de la biblioteca hay un pasadizo que lleva a un jardín escondido, a veces nos gusta ir porque hay muchos árboles, y el sol es tan cálido en ese lugar ─ Las Maestras no daban crédito lo que escuchaban ellas no sabían de ese lugar o es que no era parte del colegio
─ Muéstrame el camino por favor ─ la niña caminó indícame el lugar.
*Maya*
Al ver a madre e hijo jugar en su jardín, me acobarde no quería que su felicidad se empañara con algo que para mí era pasado, pero lo que me había dicho la maestra era cierto, tenia que poner una demanda o algo que dejará antecedentes.