Entre amor, dudas y traición

Capítulo 17: El precio del deseo.

La noche parecía ser muy prometedora para Julián; todo indicaba que sería así. Valeria, no puso objeción, por lo que no tenía nada de qué preocuparse. Alexandra se veía tan linda. Vestía una blusa negra, sin mangas, que se ajustaba a su torso con una ligera presión. Su jeans azul se ceñía perfectamente a sus caderas, y sus sandalias negras de tiras finas y suela plana hacían juego con su blusa. En una de sus muñecas exhibía un reloj de pulsera metálico, con un brillo tenue. Usaba un perfume con una fragancia floral, de suave aroma. En su mente imagino tantas cosas que, simplemente, su nivel de deseó llegó al tope antes de llegar al lugar que había elegido como destino para albergar el encuentro furtivo.

En el interior de la habitación del hotel la atmósfera estaba cargada de una sensación de anticipación palpable, y todo estaba dispuesto para agradar y dar comodidad a sus huéspedes. La iluminación era tenue, y el silencio sólo era roto por el leve murmullo del aire acondicionado. La cama, el punto inevitable de ese encuentro, lucía grande y cómoda con sus sábanas blancas y pulcras. El par de almohadas, con sus fundas adornadas que hacían contraste con las sábanas, un accesorio útil para brindar mayor comodidad.

Después de internarse en ella, inició su calvario. Alexandra, a pesar de haber acudido dispuesta, no lo puso tan fácil como Julián esperaba. Para ella, las relaciones que no estaban claras no funcionaban bien. No se sentía conforme con jugar al juego del gato y el ratón, y esto fue algo que le hizo saber.

—¿Julián? —dijo ella, apenas se cerró la puerta de la habitación.

—¿Dime, amor? —preguntó él, luego de acercarse y abrazarla.

—¡Necesito aclarar algunas cosas! —dijo Alexandra.

—Claro, tendremos el tiempo suficiente para hablar… pero ahora, solo quiero tenerte. Te deseo tanto. —dijo Julián suavemente, para luego besarla.

Alexandra por un instante se dejó llevar. Cuando se dió cuenta, Julián ya la tenía sobre la cama, con las firmes intenciones de desvestirla.

—¡Espera, Julián! ¿Por qué el apuro? Ya me tienes aquí. No voy a irme. —dijo Alexandra, mientras él le desabrochaba el pantalón.

—¡No entiendo! ¿Parece que no quisieras hacer nada? —preguntó él, sacándole el pantalón hasta dejarla en ropa interior.

—¡Claro que quiero!... ¡Y mucho! Pero también hay cosas que quiero saber. —dijo ella, mientras metía sus manos por dentro de la camisa de él para acariciar su torso.

—¡No digas más! Sólo disfruta este momento… te prometo que luego hablaremos de lo quieras. —contestó Julián, para luego sacarse la camisa.

Alexandra lo contempló. Aunque deseaba aclarar la situación, su piel sensible ardía de deseo ante el tacto de Julián. No insistió más y se dejó llevar por el calor del momento; necesitaba calmar la ansiedad, eso era a lo que había ido. A partir de allí, permitió que el llevará el ritmo de la acción hasta que finalizó; posteriormente, se repitió una vez más.

Mientras yacían abrazados sobre la cama, Alexandra retomó la conversación que mucho rato había dejado, y él, algo satisfecho, no objetó y la dejó hablar libremente.

—¿Por qué te aprovechas de mí? —preguntó Alexandra, sin mirarlo a la cara, mientras él la tenía abrazada por la espalda.

—¡Yo no me aprovecho de ti! —susurró Julián.

—¡Estoy muy confundida, Julián! Me gusta estar contigo… nunca antes había sentido así, pero esto no debe seguir. —dijo ella, mientras derramaba lágrimas.

—¿Por qué, si ambos la pasamos tan bien? —preguntó Julián.

—¡Ese es el problema! No soy un cuerpo sin alma… ¡Yo también puedo sentir! ¿Tu realmente sientes algo por mi? —preguntó Alexandra.

Julián calló por unos instantes sin saber qué responder. No podía definir cuáles eran sus verdaderos sentimientos, y eso que ella terminaba por decirle golpeó con fuerza en su conciencia y lo hizo juzgarse a sí mismo. Se sintió tan bajo al aprovecharse de lo que ella sentía. Esa sensación de autodesprecio, lo instó a decirle lo que para él era su verdad.

—¡Tú me haces sentir libre! Solo contigo puedo ser quien soy… Y no es que esté obligado con ella… pero muchas veces creo que hago solo lo que ella quiere y desea que haga. —respondió finalmente Julián, referenciando a Valeria en sus palabras.

—¿Las amas? —preguntó Alexandra, su voz reflejaba tristeza.

Julián emitió un suspiro agónico antes de responder aquella pregunta.

—¡Si! No puedo negarlo… no mereces una mentira. A pesar de todo, si la amo. —respondió Julián muy cabizbajo.

—¡Entonces ya no puedo seguir con esto! Porque… —Alexandra estuvo a punto de confesarle que también lo amaba, pero solo lo omitió, pensando en que ya eso no tenía caso— ¡Esto entre nosotros es muy injusto! Todos estamos perdiendo algo. —dijo finalmente.

—¡Volteaste y mírame! Quiero verte a la cara. —suplico Julián, con la voz quebrada.

Alexandra se volteo y lo miró fijamente a la cara. Su ojos reflejaban una profunda tristeza, y sus lágrimas no dejaban de chorrear, mientras Julián, al verla, sintió que su corazón se estaba apretando del dolor, que eso le provocaba.

—¿Esto es todo? ¿Ya no habrá más nada entre nosotros? —preguntó Julián, mirándola directamente a los ojos, como tratando de escudriñar y ver dentro de su alma.

—¡Está es la última vez, Julián! Aprovéchala mientras aún estoy aquí… haz conmigo lo que quieras porque después de hoy, ya no dejaré que lo hagas más. —contestó Alexandra con mucha fragilidad.

Julián dejó escapar algunas lágrimas. Por primera vez, sintió un gran arrepentimiento por haberse involucrado con Alexandra. Esa sensación, no vino precisamente porque no hubiera disfrutado cada momento junto a ella, sino porque, en ese instante, cayó en cuenta de todo el daño que le estaba haciendo. No la amaba, pero si estaba muy seguro de sentir algo que no sabía explicarse ni a sí mismo. Ese sentimiento de culpa hizo que fuera incapaz de tratar de estar con ella una vez más esa noche. En su lugar, solo la abrazó, pero no como en ninguna de las veces anteriores en que lo había hecho, sino como a alguien muy valiosa, que sabía que había perdido y que quizás no volvería a recuperar.




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