Ya había pasado 3 meses, recuerdo que la última vez que te vi, te vi con esa sonrisa que sin saberlo me mataría. Extraño tu voz, tu sonrisa y tu manera inexplicable de hacerme sentir especial.
Recuerdo luego de que te despediste de mí, que paso algunos días y no ibas a tomar café como todas las mañanas me hice muchas preguntas pasaron cinco días sin verte, te llamaba a tu móvil y no contestabas, fui varias veces a buscarte a tu casa y nadie me daba repuesta sobre ti, caí en una desesperación que nunca había vivido; me pregunte el porqué de tu partida, ya han pasado tres meses y aún sigo sin tener la repuesta a esta pregunta.
***
Últimamente me encontraba muy pensativa y melancólica, mis amigos del trabajo lo notaron súbitamente pasaba muchas noches sin dormir, la alegría que me contagio por un tiempo se había convertido en tristeza.
Mis amigos para animarme un poco, me habían invitado a una fiesta con algunos amigos en común, tenía dudas; pero mis amigos del trabajo me insistieron hasta más no poder. Así que decidí asistir a esa fiesta, era viernes por la noche, me vestí para la ocasión, llevaba unos jeans negros, unos tacones altos y me coloque un maquillaje que era excelente para la ocasión.
En el fondo no tenía ganas de salir de casa el recuerdo de marcos en vez de disiparse de mi vida se hacía cada vez más fuerte.
En todo el camino veía parejas ser felices y reír, en lo más profundo de mi ser quería estar con él y más que eso quería que él me diese una explicación.
No paso más de media hora y ya había llegado a donde estaban reunidos todos mis amigos, todos se veían contestos y que se estaban divirtiendo como nunca.
Me acerque a saludar, hay estaba Andrea una buena amiga mía, que de hecho fue la que me hizo la invitación.
— ¿Hola como estas?— Dije dándole un beso en la mejilla
—Muy bien, te estaba esperando; quiero presentarte a alguien
— ¿A quién? Pregunte sorprendida
— Alguien que te quiere conocer, ¡ya es hora de que salgas con un chico!— Exclamo.
Al acercarme vi aun hermoso chico más o de mi misma edad, era alto, tenía los ojos color miel, tenía el cabello negro y lacio de verdad de que era muy apuesto eso no lo podía negar; pero tampoco podía negar el hecho de que no tenía ganas de conocer a nadie más ni de salir con algún otro hombre que no fuera marcos que era el hombre de cual realmente estaba enamorada.
El muchacho cuando vio que me acercaba, me regalo una sonrisa como si me conociera desde hace mucho tiempo; yo le devolví la sonrisa solo por cortesía.
El me estrecho su mano muy amablemente y me dio un beso en la mejilla.
—Hola mi nombre es Daniel, un gusto en conocerte
—Mucho gusto, mi nombre es…—Andrea viene hacia mi
— ¿Quieren un poco de cerveza? —Pregunto Andrea repentinamente
—Por supuesto, ¿tú también quieres? —me pregunto Daniel amablemente
—Sí, tomar un poco de cerveza no estaría nada mal
Andrea nos indicó a Daniel y a mí, que en la barra podíamos pedir dos cervezas o cualquier bebida que deseáramos, fuimos caminando hacia la barra el no dejaba de mirarme me sentí tan intimidada que era difícil de ocultar lo que estaba sintiendo, Daniel era muy amable desde el primer minuto que cruzamos palabras se comportó a la altura era el un chico muy amable.
— ¿Estas bien? — pregunto bebiendo su cerveza de un sorbo
—Digamos que si— le dije sin ninguna expresión en mi rostro
—Te vieras mucho más bonita si me regalaras una sonrisa—Exclamo— Por cierto eres muy hermosa.
Con su comentario no pude evitar reírme, nadie en mucho tiempo me había hecho reír de esa manera, la conversación con él se tornaba cada vez más agradable y me contente de haber conocido a una persona como Daniel.
—Vez que eres mucho más bella cuando sonríes
—Gracias—dije tímidamente
— ¿Quieres ir a bailar? —pregunto
No me quedo más opción, que decirle que si no podía rechazarlo y más aún cuando me sonreía de esa forma tan amigable.
El me tomo de la mano y comenzamos a bailar en medio de la pista, no puedo negar que la estaba pasando también que me olvide de todo incluso de marcos.
Daniel me tomaba de la mano como todo un caballero, era un excelente bailarín y eso de verdad que me agradaba; tenía mucho tiempo sin ir a bailar y me sentí libre por mucho tiempo.
Daniel, además de ser apuesto; era el muy caballero y amable pero dentro de mi sabía que no iba a conseguir a ningún hombre como marcos.
Mi amiga Andrea estaba sorprendida por lo bien que me estaba llevando con su amigo, de vez en cuando nos miraba a los dos con una sonrisa pícara que me hacía pensar de que Daniel ya me conocía.