Capítulo X

Situaciones inesperadas pueden llegar a cambiar tu vida de una manera drástica, circunstancias que escapan muchas veces de tu control hacen que tu vida de un giro de 180 grados, esos cambios pueden ser tanto buenos como malos.

Si lo pensamos con cuidado alguien en algún lugar de este planeta pudo repentinamente ganar la loteria y desde ese momento su forma de vida cambiará, al igual que lo hace en algún otro lugar la vida de una adolescente que queda huérfana luego que un conductor ebrio impactara contra el auto de sus padres.

Muchas situaciones cambian tu mentalidad o tu rutina rápidamente, sin embargo los cambios no sólo llegan de situaciones o agentes externos también existen cambios admirables que se dan por decisión propia. 

Son esos que sólo la misma persona puede lograr, ejemplos abundan como el de un padre alcohólico que reflexiona sobre su conducta y voluntariamente busca ayuda para dejar de beber, o como mi hermano Henri un drogadicto que al ver a su madre en cuidados intensivos decidió desintoxicarse y empezar de cero.

Todas las personas tomamos malas decisiones una y otra vez, unas más graves que otras, pero si un ser humano deja una vida de excesos y autodestrucción demostrando un cambio real, lo mejor que podemos hacer es apoyar ese gran giro.

Por muchos años ignoré a mi hermano aún cuando él demostró que realmente estaba cambiando, el rencor se instaló tan profundo en mi que no deje espacio para una reconciliación.

Sólo hace un par de días cuando pensé seriamente en "el perdón" me dije, si otras personas que han pasado por horrores consiguen liberar su corazón del odio y el rencor ¿Por que no habría de hacerlo yo? Claramente podía. 

Henri había entendido hace tiempo que había perdido a una hermana y aunque siempre me miraba con una tristeza en sus ojos no volvió a buscar hablar conmigo.

Así que tomé el toro por los cuernos y lo invite a un viaje. Estaba tan conmocionado por mi petición que su boca quedó abierta por unos segundos hasta que mi madre lo movió con un codazo.

Aceptó la invitación gustoso, no le dije que haríamos o a donde iríamos pero ahora que estamos aquí lo noto tan nervioso como yo. No se porque elegí el salto en paracaídas, sólo pensé que sería divertido no hacerlo sola.

Estamos en un pequeño avión a kilómetros sobre la superficie mientras verifican que los arnés de seguridad y los paracaídas estén en orden.

Mi corazón palpita rápidamente por los nervios y la anticipación, froto mis manos contra mi pantalón cuando siento mis palmas sudar, y para sorpresa de mi hermano una especie de risa nerviosa se apodera de mi.

Henri me mira y sonríe de regreso -Fue tu idea, ahora no te orines en los pantalones enana- dice en tono burlón cosa que me hace reír más fuerte al ver que su cara está medio pálida.

-Tú trata de no desmayarte grandote- respondo al tiempo que nos guían hasta la puerta, mi mente repite una y otra vez que vamos amarrados al cuerpo de un experto en saltos, nada saldrá mal. Escucho como me preguntan si estoy lista y cuando digo que si dicen 3, 2, 1 antes de saltar al vacío.

Gritó fuerte mientras la adrenalina recorre mi cuerpo, el viento choca contra mi rostro al tiempo que observó la inmensidad del cielo, ver hacia abajo me da un poco de terror pero lo hago y antes de que me de cuenta se abre el paracaídas y descendemos más lento.

Al mirar la superficie de la tierra desde tan alto siento una especie de escalofrío en el estómago, la sensación de plenitud es hermosa y espero que mi hermano este disfrutando esta experiencia tanto como yo.

Una vez en tierra firme mis piernas no dejan de temblar pero ha sido perfecto, tomo nota de querer hacerlo nuevamente algún otro día.

 En la distancia veo a mi hermano acercarse a mi para hacer lo que no le he dejado en años, abrazarme.

-Gracias por esta segunda oportunidad enana, te extrañe- Susurra en mi oído.

Mi corazón da un pequeño salto y sé que hice lo correcto al dejar de lado el rencor con Henri.

-Gracias a ti por cambiar tu vida y ser mejor de lo que eras- digo sintiendome feliz de este nuevo comienzo para ambos.