Entre la espada y la pared.

Capítulo uno

<<UNA VUELTA AL PASADO>>

—Bienvenidos pobladores, sean bienvenidos— me encontraba sentada en una butaca preferencial mirando hacia el escenario de la casa de reuniones. Escondí mis manos dentro de la enorme capa blanca que llevaba encima. 

Naroa, mi hermana, se encontraba con el micrófono en la mano dando el discurso principal de la ceremonia. Su capa azul daba un efecto muy llamativo y de mucho esplendor cuando las luces la golpeaban de frente. 

—Hoy nos encontramos reunidos ya que las novicias de quince años ascenderán a la afamada educación superior. Cada una de estas quinceañeras realizará la apertura de su educación frente a ustedes, como lo indica nuestra tradición—mi hermana extendió su mano hacia un costado del escenario donde un grupo de no más de treinta señoritas, nos encontrábamos sentadas. Yo al ser la hija de uno de los líderes fui la elegida para pasar primera y mis manos estaban a punto de gotear de los nervios. 

—Sin más demora empezaremos, le pido por favor a la novicia Tessandra Cooper Fox ponerse de pie y acercarse. 

Con mis manos aún ocultas me levanté de la butaca y me dirigí al lado de mi hermana, ella me regaló una sonrisa que me hizo olvidar el nerviosismo y rápidamente tomé el candelabro encendido y la copa de vino tinto. 

—¿Novicia Tessandra Cooper Fox, es usted una chica de quince años de edad? 

—Sí, lo soy—bebí un sorbo de la copa. 

—¿Al ser usted una novicia de quince años recién cumplidos conoce y acepta las reglas del pueblo para con las mujeres? 

—Sí, las acepto—y bebí un sorbo más. 

—¿Sabe usted que dentro de cinco años cuando sea considerada una mujer madura, sus padres le buscarán marido y usted aceptará a este hombre sin objetar ni reclamar nada? 

—Sí, lo sé—y mordí mi lengua bebiendo una pizca más de vino. 

—¿Es usted virgen? 

—Sí, lo soy. 

—Bien novicia, habiendo aceptado las normas que rigen nuestro amado White Lake, la declaramos en educación superior, a partir de mañana abandonará su casa para recidir en la mansión 1 donde le enseñaran lo necesario para ser una mujer correcta y una buena esposa— mordí la cara interna de mis mejillas y bebí lo que faltaba del vino, lancé la copa contra el suelo y está se estrelló rompiéndose en añicos, escuché los aplauzos de todas las mujeres del pueblo y noté una mirada de orgullo en el rostro de mi hermana. 

Ella es una mujer de la mansión 2 y tiene 17 años, esto significa que al finalizar este año pasará a la mansión 3 donde ya usará capa roja y mis padres le buscarán esposo, sino es que ya le tienen uno. Esto es ridículo. 

Me acerqué a la madre de las novicias, la jefa de la mansión 1, quien con una aguja pinchó mi dedo índice y colocó la huella de sangre sobre la hoja de información personal. 

Me senté en las butacas del lado contrario y miré como la ceremonia avanzaba con cada novicia, divagué en los momentos en los que mi hermana realizó todo esto y con el pasar de los años se volvió en la más importante y educada de todas en la generación Cooper y eso es un gran orgullo ya que nuestro apellido se encuentra manchado por muchas "deshonras". 

Al finalizar la ceremonia salimos por la puerta de enfrente donde los varones de quince años esperaban su ceremonia, con la única diferencia de que ellos sí recibían clases reales y estudios de colegio y universidad, eran los únicos que podían hacerlo; y esto me da dolor de cabeza, las mujeres también somos capaces de aprender y desarrollar una buena carrera pero eso a los líderes del pueblo les parece inconcebible. 

Recogí mis maletas de manos de papá y mamá quienes me lanzaban una mirada de orgullo y subí al auto que me llevaría a la mansión 1.

Al llegar deshice mis maletas en la habitación que compartía con tres chicas más, al ser un pueblo pequeño todos nos conocíamos pero de momento en mis planes no viene incluido hacer amigas. Coloqué la poca ropa que traía en el armario y mis zapatos a un lado de la mesita de noche. Dos golpes en la puerta llamaron mi atención. 

—Señoritas, espero que hayan desempacado sus cosas porque ahora mismo se les espera en el salón principal y saben que lo primordial en una buena esposa es: nunca llegar tarde a ningún lado. Así que vamos—una ayudante de la madre de las novicias soltó dos aplausos y todas nos acercamos a la puerta para salir una por una. 

Al llegar al salón tomamos asiento en los sillones acomodados alrededor de la sala y pronto bajó la madre, nos miró una a una y cruzando sus manos habló. 

—Señoritas, bien saben que cada nivel de educación superior tiene un color, ustedes llevan el blanco que significa pureza, a partir de hoy y hasta que les llegue su primer período utilizarán ropa blanca— una ayudante nos repartió a cada una tres mudadas de ropa. Clara, una de las treinta chicas, levantó su mano. 

—¿Madre, qué pasa si alguna de nosotras ya tuvo su primero período? —preguntó mirando hacia la alfombra gris que adornaba gran parte del suelo. 

—Si es así, debe informarnos y pronto le brindaremos la ropa gris y esta chica recibirá clases aparte con nuestra querida profesora Martha—señaló a la señora de cabello café y ojos azules—hasta que cada una de ustedes vaya integrándose. Las que ya están viviendo esta situación las esperamos al finalizar la reunión en mi despacho al final del pasillo. 

<<Bien, como les decía —prosiguió la madre—la capa blanca es para las novicias, la azul para las mitades, la roja para las prometidas y por último la negra para las mujeres casadas. De esta manera se mantiene el equilibrio y así cada hombre sabrá que chica está disponible. Utilizarán su ropa blanca todos los días sin importar nada y evitarán mancharla, el sábado tienen el día libre a partir del medio día y el domingo pueden descansar todo el día—la madre se acercó a la ventana—. Pueden salir de la casa esos dos días y nadar, montar a caballo y pueden ir al bosque, pero—golpeo su bastón negro contra el suelo de madera—tienen extremadamente prohibido cruzar el río, al cruzarlo estarán fuera de la ciudad y saben bien que esté lugar está totalmente vedado. Sus clases son de siete de la mañana a tres de la tarde, a las ocho es la cena y a las nueve ya deben estar dormidas. Se pueden retirar>>. 




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