Transformación a ángel guardián
24 de julio de 2002
Día uno.
Estoy más emocionado que cuando anotaba un gol o cuando el chef Alex me dejaba a cargo de la cocina. Al pasar por el salón de ceremonias me hace sentir motivado, la semana pasada vi la graduación de unos ángeles guardianes, uno de ellos fue Bryan. Martín de chismoso investigo y al parecer va a hacer guardián de un varón.
La habitación es igual a un aula de clases como las que tienen las escuelas en la Tierra, la única diferencia es el mobiliario de nubes. Somos aproximadamente unos veinticinco ángeles ─hay más mujeres que hombres─, todos estamos sentados junto a nuestros ángeles guardianes. Es como el primer día de clases que te acompañan tus papás y lloras para que no se vayan.
Desde que tome asiento no he dejado de sonreír, creo que las mejillas ya se me acalambraron.
─Les doy la bienvenida a todos ─vocifera un ángel ancianito con unas asombrosas alas color lila─. Soy Nil y seré su instructor en este proceso de transformación a ángel guardián ─del escritorio toma unos anteojos y se los pone─. Soy un profesor estricto y rudo, por lo que espero que pongan de su parte, no esperen que de la noche a la mañana ya van a ser guardianes, porque no será así. Antes de comenzar quiero que tengan muy claro una cosa ─levanta su dedo índice─. Ser ángel guardián es algo muy sagrado y conlleva mucha responsabilidad. ¡Esta misión no es apta para miedosos, cobardes, egoístas, irresponsables y para los que no les gusta leer! Por lo que les doy treinta segundos para que abandonen la habitación los ángeles que saben que no podrán con la misión.
Mi sonrisa se borra. El profesor mira uno a uno mientras cuenta del treinta hacia abajo. A los quince segundos un ángel se levanta y sale de la habitación junto a su ángel guardián.
─No te asustes ─susurra Cristopher en mi oído─. Es así el primer día, mañana los hará reír. Detrás de esas gafas de fondo de botella y de ese bigote canoso se esconde un gran comediante.
─¡Ángel Edevane! ─ambos nos sobresaltamos en nuestros asientos─. Veo que ya se le olvidaron las reglas del aula. Para que las recuerde será usted quien las expondrá para toda la clase. De pie, por favor.
Cristopher cierra los puños y se pone de pie. Abre las palmas y las lleva detrás de la espalda. El profesor no le quita la mirada, eso hace que me sienta nervioso.
─No hablar cuando el profesor está hablando, levantar la mano para hacer una pregunta, no distraerse, cumplir con las tareas y nunca faltar a clases, a la primera falta es expulsión inmediata.
─Olvida la más importante ─se cruza de brazos. Cristopher arruga la frente tratando de recordar.
─Ah, ya la recuerdo. Siempre traer el libro de las diez mil páginas, básicamente ese libro es el pase a la clase.
─Gracias ángel Edevane, puede sentarse.
Cristopher asiente con la cabeza y toma asiento. Se puso pálido, parece que en cualquier momento se puede desmayar, aunque no estoy seguro de que pueda pasar. Me alegra tenerlo a mi lado, el profesor me da miedo.
─Bien, vamos a dar inicio. Les voy a entregar el libro “Angulus” o “Ángel”. También es conocido como el libro de las diez mil páginas. Pueden llamarlo de cualquiera de las tres maneras. ─Varios ángeles entran a la habitación, pasan por nuestros lugares dejando un gigantesco libro─. Ese libro deben cuidarlo de la misma manera que cuidaran a su ángel. Ese libro contiene las respuestas de prácticamente todo. Es imposible leerlo en un mes, normalmente los ángeles tardan entre dos a tres años.
Ahora entiendo porque le dicen “libro de las diez mil páginas”. Es el libro más grande que he visto en toda mi vida, lo que me sorprende es que no pesa nada, es más ligero que una pluma. Tiene exactamente diez mil páginas. Es una locura. Soy alguien que lee muy lento, tardare más de dos años en leer todo.
De índice son veinte páginas.
─Hoy hablaremos sobre la historia de los ángeles guardianes. Abran el libro en la página cuatrocientos treinta y nueve.
De este tema son cien páginas, al inicio viene un pequeño resumen.
ÁNGELES GUARDIANES
El Supremo creo a los ángeles guardianes con la finalidad de que sus ángeles en la Tierra tuvieran a alguien que los guie en su misión de vida y para facilitarles la entrada a nuestra Terminal. A cada ángel que está a punto de nacer se les asigna un ángel guardián, este guardián anteriormente tuvo que haber aprobado el examen de prueba y cumplir con su entrenamiento de treinta y un días.
Al iniciar la misión el guardián será la guía de su ángel, iluminara su camino, lo protegerá, lo acompañara siempre y lo va a prevenir de todo peligro. El guardián se convertirá en un acompañante incondicional.
El guardián vera y aceptara los futuros de su ángel, se le prohíbe cambiar cualquier cosa. El guardián no interferirá en sus decisiones y no juzgara. El guardián siempre buscara una manera de que su ángel encuentre su felicidad. Se le tiene permitido aconsejar, pero nunca obligar a seguir algo que el ángel no desee.
El guardián protegerá y guiara al ángel siempre y cuando este no viole alguna ley o norma de la Tierra. Muchas veces los ángeles se distancian de sus guardianes, esto pasa con las malas compañías, los vicios, malas decisiones y energías negativas. El ángel decidirá si ir al lado del bien o del mal, si servirle al Supremo o al Caído.