Entre Tú Stand y El Mío

Capítulo 13

—¡Hermana!
—Hola Sindy cuanto tiempo. 
—¿Pero qué haces aquí?
—Pues mis padres me enviaron. 
—No. 
—Sí. —Dijo la chica rubia alta y con buen cuerpo, menor que Sindy. 
—Pasa—Sindy invito su hermana a dentro de la casa, ella llego como los pájaros a la ventana cuando menos lo esperaba. Su hermana traía una maleta gigantesca. Su hermana inmediatamente vio la benda en su pierna
—¿Te paso algo Sindy? ¿Estás bien?
—SI tranquila solo fue un esguince en el gimnasio. 
—O vas al gimnasio es muy bueno.—Ella paso a la amplia sala y la miro de pies a cabezas como buscando desperfectos—Tu casa es muy bonita—Dijo después de examinarla con cuidado.
—Si como digas. ¿Desde dónde vienes de casa?
—Estaba en San Petes Burgo. Después cuando mi madre dijo que te viniera a visitar deje inmediatamente los asuntos que estaba haciendo para venir a verte—. Estrecho a Sindy con un fuerte abrazo. 
—Me da mucho gusto también verte Vera. Pero ahora estaba por dormir. 
—¿Te interrumpí? Disculpa. —Vera parecía arrepentida. Aunque Sindy no la veía desde hacía mucho, un par de años o más era lo aproximado por su mente. Ahora estaba más grande que la última vez que la vio, aunque era la hermana menor tenia veinticinco años y su cabello rubio no portaba algún desperfecto su rostro claro y delicado parecía el de una niña de quince y su cuerpo escaso de gordura exhibía unas lindas curvas delicadas y sumisas—-. Agradecería que me dejaras quedarme aquí mientras busco algún hotel.  
—Bueno no hay problema… —Sindy recordó que Sander iba a venir a dormir hoy. Inmediatamente se llevó las manos a  la boca. 
—¿Pasa algo Sindy?
—No nada ve al cuarto a cambiarte.  
Vera salió al cuarto cumpliendo con la orden que le había dado su hermana, y cuando la sala estaba sola intento buscar entre su maleta el celular. Inmediatamente intento teclear algunas palabras para advertirle a Sander que no viniera. Enseguida volvió escuchar a la puerta sonando. En brincos fue a abrirla, nada más y nada menos que Sander. 
—Hola Sindy —Sander traía unas bolsas llena de comida. 
—¿Qué es eso Sander? 
—Para hacer la cena. —La chica sudo en que contestar. Lo miraba de arriba abajo.
—Voy a pasar para dejar esto en la cocina. 
—No… Sindy intento detenerlo pero al final no pudo y Sander consiguió entrar en el departamento azorado. Sindy lo siguió con ganas de pegarle un golpe en la nuca y sacarlo del departamento. Rápidamente lo siguió hasta la cocina. Justamente estaba acomodando las cosas en su sitios, pero Sindy lo llamo con voz bajita y él se pegó con la puerta dela nevera. 
—Que pasa Sindy. 
—Te tienes que ir. 
—Porque 
—Es que… 
—Con que él es tu novio Sindy. —La voz de vera se escuchó en la sala, y Sander miro por encima de la barra donde estaba Sindy para ver quién era, una chica de cabello amarillo como el sol. Sander frunció el ceño con parsimonia. Sander miro a Sindy y ella vio que en su mirada preguntaba quién era la extraña chica que venia del cuarto seguro que en un kimono de baño.
—Sander —Dijo ella resignada— Ella es mi hermana. Vera. 
Sander miro con algo de gusto o con algo de intriga nunca le dijo antes que tenía una hermana. Miro el cuerpo de la chica en comparación al de Sindy era delgado y con curva delicadas, además seguro que se creía una súper start como todas las rubias que veía, la gran cosa solo por tener el pelo amarillo y delgado cuerpo. La naturaleza no era justa. Le daba más a alguna que a las otras era inquietantemente indiferente. Sindy estaba reprimida, lo sentía en el ambiente, pues como una tonelada de plomo la sala de estar se había convertido en una zona de incomodidad. 
Sindy estaba roja y por estallar. Aunque he aquí el primer reto de todos, la hermana rubia, sería el primer escalón para pasar por sobre la familia irracional de Sindy y ganarse su lugar. 
—Novia —Miro a Sindy, ella parecía entender—. No me dijiste que  vendría tu hermana, Mucho gusto Soy Sander el novio de tu hermana —Estiro la mano para saludarla con educación Vera dejo aquella postura rígida de una miss, en la que conservaba sus manos en la cintura. Y estrecho las manos de Sander. 
—Mucho gusto Sander. Soy Vera como dijo mi hermana Espero que estés siendo correcto con Sindy. 
—Si yo duermo en el mueble ella en el cuarto. —A Sindy se le paro el corazón al escuchar eso—. Bueno y ¿tu ha que has venido?
—Creo que no es de tu incumbencia. 
—Sabes soy el novio de Sindy, y lo que le incumbe a mi novia me incumbe al mi. Sabes mi deber es protegerla. 
Sindy no sabía si las palabras que Sander eran una mentira, una farsa para que los padres vieran que estaba teniendo una relación con el chico, pero algo en su corazón latió cuando escucho el ímpetu de esas palabras, Sander no había titubeado ni un poco y ni siquiera le dio vergüenza decir que la protegería a toda costa. 
Entonces Sindy suspiro con algo de emoción. Aunque esas palabras fueran una montería ella creería que fueron verdad, y aun así si fueran verdad, era algo tan bonito que la hacía fantasear. 
—Buen punto. —Dijo Vera reprimida.
—Sí. 
—Bueno entonces le contare cuando te vayas.
—No me iré, dormiré en el mueble. —Vera miro el mueble.
—Seguro es incómodo.
—Ya he dormido en él. 
—¿Es un reto?—Vera alzo la ceja izquierda.
—¿Fuego? —Sander parecía divertirse. 
Sindy inmediata mente intercedió, no estaba decidida  a dejar que una pelea se formara entre su auto proclamado novio y farsante amigo, y su hermana Vera. 
—Ya los dos cálmense. Todos dormiremos bajo el mismo techo. —Sander miro con una sonrisa en la cara. Mientras que Vera parecía disgustada. Según Sindy todos ganaban.  Mientras tanto Sander se acomodó más, ya se había bañado en su casa y venia lista para preparar la cena, en primera instancia iba a ser para dos, pero ahora tenía que ser para tres eso desequilibraba su receta ejecutiva. 
Sindy fue a acomodar el cuarto donde dormiría Vera. El sazón de la cocina de Sander había despistado una locura en las manos de vera, los olores de la cocina eran demasiado exquisitos tanto que parecía un master chef pero de España. Sindy ya le había dicho que constantemente iba a recibir esos olores tan exuberantes de la cocina pero que se controlara, porque había un chef demasiado estricto que no se dejaba ver cocinando. Ahora ellas estaban en el cuarto y mientras la rubia acomodaba su ropa en el armario. 
—Sindy tienes un buen novio.
—¿Tú crees? —Respondió ella mientras su mirada estaba perdida en la ropa, fijándose en doblar bien la ropa.
—Es buen muchacho. ¿Pero es más joven que tú no?
—Y eso que importa.
—Si es verdad el anterior era más viejo. Sabes uno se equivoca solo una vez en la vida.
—Si tú lo dices. 
—Hermana yo pensaba que…
—No había tenido alguna pareja desde que Rodrigo me violo y dejo estas marcas en mis piernas. Es lo que querías decir. —Sindy parecía carecer de empatía para decir aquellas palabras. 
—Si hermana lo pensé así. 
—Pues ya vez que no. —Sonrió con algo de malicia
—Y ya le contaste a Sander sobre Rodrigo. 
—No. Y espero que tampoco le vayas a decir nada. —Vera guardo silencio. 
—Está bien pero no debes mentirle. 
—No lo estoy haciendo. 
—¿Entonces qué haces ocultándole cosas?
—Sabes Vera, será mejor que descasemos ha sido un largo día, comamos y por favor no vayas a montar algún show delante de Sander. 
Vera afirmo con la cabeza y Sindy dejo la habitación mientras que ponía rumbo a la cocina. 
Sander había cocinado un espectacular pescado salido de la mejor de las pescaderías de Madrid, era un pescado dorado de buen espesor, lo acompañaba con algo de arroz y una excelente salsa. Rápidamente busco algunos platos en la despensa y los puso sobre la mesa acomodo todo en su lugar y luego puso algunas velas para darle un toque de elegancia con romanticismo. 
Sindy salía del cuarto con algunos brinquitos indiscretos, Sander se acercó a ella. 
—No me dijiste que venía tu hermana.
—Ni siquiera yo lo sabía. 
—Prepare algo rápido. —Giro sus talones y puso rumbo a la mesa.
—Sander…—EL se volteo justamente quedo a centímetros de distancia de él, era la primera vez desde el intento del beso que estaban tan juntos, ambos podían escuchar la respiración del otro Sindy aprovecho y puso las manos sobre el pecho cálido de Sander— ¿es verdad lo que dijiste antes?
—¿Qué cosa Sindy? 
—Lo de que me vas a proteger. —Sander rio.
—Era una mentira.—Sindy se retiró de él un poco pensaba que el había sido algo romántico—. Pero con gusto puede ser una verdad. Si me lo pides lo hare. —Giño el ojo en forma de travesura y ahora si fue directo a la mesa. 
Sindy rio de forma insegura estaba vacilando en aquellas palabras, las recordaba fuertemente, mas aquella parte en la que la había a proteger a toda costa. Su corazón vacilaba con Sander debía de tenerlo en mente y aunque a veces pensaba que no era ese sentimiento lo que estaba viviendo. Tuvo que resignarse y hasta dejar el orgullo para poder ver la realidad de la cual estaba segada. Estaba enamorada como cuando tenía quince pero esta vez no de un hombre superficial. Y aunque no tuviera dinero. —Cosa que era mentira, Sander podía comprar con facilidad todo el edificio donde estaba viviendo los últimos años y después remodelarlo, empotrarlo en marfil y comprar la calle para después convertirlo en un parque de diversiones dedicado ella— también estaba empezando a sentir un extraño mariposeo cuando él estaba cerca suyo. 
Vera salió del cuarto aun en su kimono y se sentó en la mesa. 
—Entonces cuñado la comida ya está lista. 
—Si cuñadita. Espero que te guste el pescado. 
—Me encanta. 
Ambos estaban siendo sarcásticos y se notaba por fuera una tonalidad de suspenso, aunque era como ver una película de recién casados, un desastre después de la boda, Sindy rápidamente se sentó en una de las sillas. 
—Sindy cuéntame de Sander ¿cómo se conocieron? 
—En el centro comercial.—Dijeron ambos en buena sincronía. Y sonrieron juntos. Sander le sirvió a partes iguales la comida en la mesa 
—Sabes Sander  he comido en los mejores restaurantes de Rusia. Espero que este platillo sea bueno de pasar mi calificación. —Sindy pareció molestarse por aquel comentario tan pijo de niña rica y consentida. Sander no lo tomo mal sino que se hecho una sonrisa.
—Adelante pruébalo y opina. 
Vera entonces llevo una porción del pescado y del arroz a su boca, lo mordió y luego lo degusto. Después cerro los ojos, pero los abrió como queriendo decir algo estaba sorprendida, volvió a morder la porción aun estando en su boca. Caliente y suave, pero con un toque picante además jugoso por efecto del arroz, y la salsa describirla era imposible. Los ojos de la chica moviéndolos a todos los lados, y los múltiples jadeos de éxtasis, era una respuesta de su cuerpo. Le había encantado. Sander rio por aquella gesticulación suya. Terminando de tragar la porción. 
—Estaba buena. Pero no hay vino. —Tan rápido como  un destello de luz Sander saco de la nada como por arte de magia una botella de vino blanco y la sirvió con agilidad y elegancia en la copa. 
—Lo tenía enfriando. —Vera bebió vino y después se limpió los labios con una servilleta. 
—Eres un buen cocinero Sander. 
Sander rio alagado con aquellas cosas que decía la hermana de Sindy vera, aunque era de esperárselo había preparado un platillo parecido al de un restaurante de alta categoría de la ciudad la cena termino con una buena recepción y Sander se fue al sillón y Sindy cayó a la cama rendida por todo aquel estres. 
 




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