Marie Harrison
Vuela el tiempo, es increíble como paso en un pestañar. Cuyo período de 1 año 6 meses, fue difícil para mí, a pesar de la ayuda de mi amiga Alicia, tuve muchos esfuerzos por delante, sacar mi embarazo a flote fue arduo, conseguir un trabajo en mi condición de gestación se convirtió en una batalla, adaptarme a convivir sin mi única familia fue duro. Ese lapso aprendí a refugiarme en la pequeña criatura de mi vientre, debido a los tortuosos recuerdos de todo lo perdido por estúpida, eso sí, no derroche una lagrima a causa de ello.
Aquella hermosa pelinegra osada se volvió mi apoyo luego de rescatarme del parque, eso no me aproveche de su bondad, como lo prometió me busco un trabajo de medio tiempo, cuyo empleo consistía atender en una cafetería promedio, con la poca parte del salario que obtenía, le remunera su hospedaje. Hizo siempre acto de presencia en mis chequeos médicos, juntas nos conocidos mutuamente durante mi dulce espera, Alicia era una buena chica, eso sí se porta atrevida, trabajaba en un pent-house como chica del servicio, antes era en una mansión, pero los señores de la casa la trasfieren con su hijo, Alicia es sola, tiene familia, pero es otro asunto delicado referente a ella.
Mi embarazo evoluciono con normalidad, sin contra tiempos, más fueron mareos y nauseas, sin embargo, en mi séptimo mes de maternidad fui despedida de la cafetería, alegaron falta de presupuesto para mantener varios empleados, no hubo opción me quede varada nuevamente. Me tocaba quedarme en soledad Alicia trabajaba todo el día, pero llamaba constantemente en el transcurso del día, a saber, si me encontraba bien o solicitaba de algo, siempre tan bondosa conmigo. Mi bebé nació una tarde lluviosa, lo bueno era que Alicia tenía libertad del trabajo ese día, con lluvia vino mi pequeño Matteo, la iluminación de mi corazón, mi ancla de salir adelante, mi vida entera se volvió esa cosita tan frágil y tierna.
Permanecí 1 mes y medio después del nacimiento de Matteo confinada, al transcurrir ese período por fin conseguí trabajo, Alicia por medio de su jefe colaboro en conseguí el empleo, le agradezco infinito a mi hermosa Alicia, también indirectamente a su jefe. Trabajo como sirvienta, aquello no me molesta o pienso es una maldición conseguir el mismo oficio, no envolverme a con ello permanentemente en algún momento de mi existencia persiguiere mi sueño, mi hijo ni la decadencia de ingresos monetarios serán un obstáculo, mejor son un impulso, en especial mi pequeño Matteo.
En otra cuestión, no he sabido nada de Dereck, bueno no del todo, sin querer me entere se casó, fue 3 meses de nuestro último desagradable encuentro. Dereck se evaporo de mi corazón, hice una purificación de mis sentimientos de enamoramiento, ya no tiene valor su nombre en mi vida. Ni por ser el padre de mi hijo siento algún vínculo con él. Su jueguitos produjeron muchos daños en mí.
Sacudo de mi mente sus recuerdos, no valen la pena memorar lo que jama tuvo un significado especial genuino.
Despejo mis pensamiento, centrándome en atar la coleta en mi cabellera rubia, aliso con mis palmas mi uniforme, un último vistazo a mi vestimenta habitual salgo de mi habitación, con la dirección a la de Matteo. Sonrió llegando a la cuna de mi pequeño, me recibe con sus preciosos ojos azules bien abiertos, en vista de que esta despierto hace buen rato, lo cargo llenándolo de múltiples besos en sus mejillas regordetas, lo mimo como de costumbre. Proceso a darle un baño luego de sus mimos matutinos, una vez limpio y cambiado, salgo con Matteo de su pequeño cuarto, arribamos a la cocina, donde Alicia pica sandia junto con melones.
—Bueno días, Ali —dejo en beso en su mejilla, se vuelve a quitarme a Matteo dejando de lado su actividad de cortar.
—Buen día, Mari. ¿Cómo amaneció la cosita preciosa de la casa? —sonrió con ternura en el instante, Alicia ama a mi bebé muchísimo, aquello pone en pecho una bella sensación, es una ironía como alguien no consanguíneo brinda amor por doquier a mi pequeño, en cierto modo es triste, puesto los extraños no tienen una obligación de querer a quien no le nazca, no obstante, la vida es así de paradójica.
—De maravilla, hasta mejor que nosotras…
—No contradigo verdades —procedo a cortar la fruta que abandono Ali por juguetear con Matteo —por cierto, Marie, el portero me comento que en estas semanas ha visto hombre circulando cerca de nuestro departamento —me vuelvo con Alicia, con mi rostro entre preocupado e interrogante.
—¿Te dijo más detalles de supuesto extraño? —niega.
—Tengamos cuidado, sobre todo por Matteo —me queda cuestionándome quien puede ser, bueno en si tengo una leve sospecha, la cual desecho. Decido no alarmarme de momento, con calma indagare del asunto.
Termino de cortar la fruta, Alicia deja a Matteo en su silla para terminar de preparar el restante desayuno, de mi parte le hago su biberón a mi bebé. Termino la rutina primera rutina de mi inicio de la mañana sin contratiempo.
—Marie, se me hace tarde me debo ir. ¿Regresas temprano?
—No lo creo —digo mientras arrullo a mi cielo —mi jefe por fin vendrá hoy, lo probable requiera de mis servicios durante todo el día o hasta que me avise, por su recién llegada —hoy supongo vere en persona a mi jefe Enzo Vitale, uno empresario joven de decendencia italiana, con un excelente promedio en los negocioso siendo joven, creo que va de los 25 a 27 de edad. Hasta el instante solo hemos conversado por teléfono, por hoy solo limpiaba y ordenaba su departamento.
#797 en Novela contemporánea
#3408 en Novela romántica
#1053 en Chick lit
jefe empleada, matrimonio por contrato romance drama, patria potestad embarazo amor
Editado: 08.07.2024