Ephemeral Temptation

Elegida

Victoria abrió la puerta de su casa, lista para reclamarle a su padre por no contestarle la llamada. Lo encontró profundamente dormido en la sala de estar, con el teléfono en la mano.

— Hijo de…

— ¿Vi?, — Su madre bajaba por las escaleras. — ¿dónde estabas?

— Atrapada en medio de la lluvia, gracias por preguntar. — Masculló. — Llamé a papá varias veces y ni siquiera se dignó a contestarme, ahora veo porqué.

— No es culpa suya, — Sofía traía consigo una pequeña manta color azul. — fui yo quien puso en silencio su celular.

— ¿Por qué hiciste eso?, estaba en problemas. — Su madre cubrió a Liber con la manta y se sentó frente a él, admirando su rostro mientras dormía.

— Lo han estado molestando con cosas del trabajo, pensé que sería bueno que descansara un rato. No pensé que podrías estar en problemas, bien pudiste llamarme a mí en su lugar. Yo lo habría hecho después del segundo intento.

— Ya no importa… — Suspiró Victoria. — Necesito un consejo, madre.

La mayor la miró algo confundida. No era común que ella le pidiera algo, sólo un perro, pero parecía que ya se había resignado a no tener uno. Se levantó y la llevó hasta la cocina. No quería hacer mucho ruido cuando su esposo dormía. Ambas se sentaron en los bancos cercanos a la barra. Sofía estaba muriendo de curiosidad por saber, pero no la presionó. Esperó paciente hasta que su hija decidió abrir la boca.

— Mamá… Es sobre ti y papá.

— ¿Nosotros?, creí que no te interesaba la relación que llevábamos. — Dijo con una sonrisa nerviosa. — ¿Qué es lo que quieres saber?

— Hemos hablado sobre lo que pasó antes de que yo naciera.

Su madre apretó los puños. No quería recordar ese tiempo. Fue muy difícil para ella tratar con la presión de la profecía y los ataques que sufría. Incluso pensaban internarla en un psiquiátrico pensando que era esquizofrénica. Suspiró pesadamente y se aclaró la garganta. Sus manos sudaban, siempre sucedía lo mismo cada que le pedían que hablara al respecto.

— Tu padre pasó por muchas cosas, al igual que yo. — Confesó. — Desde que comenzaste a hablar, Liber insistió en te contáramos un poco pero siempre me negué. Eras una niña, tan pequeña, ¿cómo podría decirte que tu padre era un íncubo y yo estuve a punto de morir?, iba a sonar estúpido. Aun me parece estúpido ahora.

— Tenía derecho a saberlo, tal vez no cuando era una niña, pero en mi adolescencia, creo que ya era lo suficientemente lista para entender.

— Lo sé, cometí un error. Liber dejó de insistir después de cierto tiempo. La esperanza de que pudiéramos ser una familia normal, era más grande que cualquier cosa. Victoria sólo queríamos lo mejor para ti.

Se mantuvieron en silencio. A Victoria le seguía molestando el hecho de que le mintieran, pero lo que más deseaba saber era si su madre había ayudado a Liber con algo. No quería quedarse con los brazos cruzados mientras Kendra solucionaba todo. Algo podría hacer para liberarse.

— Mamá, — Insistió. — ¿hay algo en específico que debería saber?

— No estoy entendiendo…

— ¿Qué fue lo que hizo que mi padre cambiara?, ¿cómo fue que se enamoró de ti?, tanto como para dejar de lado sus responsabilidades. — Sofía recordó el día en el que conoció a Liber en un bar. — ¿Mamá?

— Estaba con unos amigos en un bar de mala muerte. Nunca antes había bebido. Aquella ocasión habíamos terminado el último semestre de la facultad, todo mundo quería celebrar. Yo sólo quería dormir, aun así, me llevaron con ellos. No me sentía muy cómoda, así que salí a tomar un poco de aire. Había un chico rubio fumando a un lado de su auto. — Sonrió al recordar la cara de fastidio de Liber cuando era joven. — No hablamos demasiado, pero llamó mi atención, ¿sabes?

— Me suena muy… — Fingió que buscaba la palabra adecuada. — Tonto, propio de ustedes.

— Demasiado cliché, lo sé. — Respondió burlona. — Una chica normal, enamorada de un demonio que la quiere entregar a Lucifer. Es estúpido.

— Quitando todo eso, ¿pasó algo que hiciera que él cambiara?

— No, quizá pienses que me acosté con él, que tal vez le metí ideas, pero créeme, no es tan sencillo cambiar la mentalidad de alguien que ha sido criado con la intención de matarte y entregar tu cuerpo para un primogénito oscuro. Sólo hablábamos de cosas sin importancia, disfrutaba mi tiempo con él. Le conté que quería formar una familia, aunque obviamente no sabía que iba a traicionarme.

— También te sentiste de esa manera, — Susurró Victoria. — es así como me siento ahora con Kendra.

— Te entiendo, es horrible darte cuenta de que la persona a la que le estás confiando tus sentimientos y, en teoría, tu corazón, sea la misma que te aterrorice cada noche… Ciertamente debo darle crédito a tu novia, me parece creativo el comunicarse contigo por medio del espejo.

— ¿Papá no lo hizo de esa manera? — Pensó que anteriormente habían usado la misma técnica. Con mensajes aterradores en los espejos y enviar relojes hasta que la profecía se cumpliera.

— No, — Su madre soltó una carcajada como si su pregunta hubiera sido tonta. — Liber tenía otros métodos. Me alegra que Kendra haya sido mucho más blanda contigo. — La miró a los ojos. — ¿O hay algo que yo debería saber antes de que siga pensando que es una buena chica?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.