Epifanía (master Of the Bussiness #1)

Capitulo Doce✎

Capitulo doce

 

Jakov

 

 

El payaso Plim Plim

se pinchó la nariz

y con un estornudo

hizo un fuerte ¡achís!

Plim plim plim plim plim plim

Plim plim plim plim plim plim

Plim plim plim plim plim plim

Plim plim plim plim plim plim

Dame paciencia

Dame paciencia

Dame paciencia

—¡Otra vez papi!

—Amor —respire profundo —ya escuchaste esa canción, sabes que hay otros dibujos animados que puedes….

—¡Neyer! —un grito agudo seguido de mi nombre se escuchó y tomé el control y volví a reproducir el video.

¿Esa canción no era para un niño recién nacido?

¿Qué le encontraba de divertido?

— El payaso Plim Plim

se pinchó la nariz

y con…..

Lleve mis manos a mi cabeza—específicamente mis dedos — y masajee nuevamente mis cienes.

A este punto no aguantaba el dolor de mi cabeza, sentía que los lados de mi cabeza tenían pulso propio y palpitaban y cada vez que volvía a escuchar el puñetero payaso plim plim, sentía un profundo dolor inmenso. Tenía mucho pánico que mi dolor de cabeza a estas alturas se convirtiera en migraña, porque si esa mierda llegaba a suceder, no habría persona en la tierra que me aguantara y Mia quería que fuera la última persona que me viera de esa manera.

No quería que me viera perder el control o peor aún que lo perdería a causa de ella y sus canciones de plim plim.

De ya en sí, me había amarrado la lengua para cuando tenía que llevarle la atención a muchos de los empleados aquí por no estar haciendo su trabajo o por no estar haciendo las cosas correctamente, mi modus operandi normal ya era de la mierda, y con la presencia de Mia debía de estar midiéndome las palabrotas que fuese a soltar a diestra y siniestra.

Escuche unos pasos detrás de la puerta y solo tener el pensamiento que me fueran a joder en estos momentos hacia que la sangre se me helera. Quería paz y la necesitaba con urgencia. La puerta de mi oficina se abrió, y detrás de ella apareció un Browen sonriendo a la vez que levantaba un ipad, cascos y unas galletas y un jugo en la otra mano.

Gracias Dios mío.

—¡Tu tío favorito ha llegado!

Mia se voltea inmediatamente y se va corriendo hacia los brazos de Browen, que este no sin antes había depositados las cosas en las mesas para poder tomarla y hacer malabares en el aire con ella.

Que celos.

—¡Sii! Te amo tío Bowen. —miro como Browen sonríe con ternura cuando Mia le frunce los labios para darle un beso.

De todos mis amigos, debo decir e admitir que es el más cariñoso de todos, cuando estábamos en la universidad, siempre pensábamos que Browen sería el primero de los cuatro en tener hijos y una familia, dado que de los cuatro era quien tenía parejas estables, al contrario de Conrad, que él tenía más ligues que parejas que otra anomalía.

Pero... ¡Sorpresa sorpresa!

De quien menos esperaron que fuera papa primerizo

Sali yo.

Los caminos de la vida no eran como pensaba

Una muy pequeña sonrisa tira de mis labios inconscientemente cuando miro la escena, aunque ande de los nervios, me alegra y me pone muy feliz saber que Mia tiene familia que la ama y la protege.

Aunque no sean de su sangre.

Nunca le he prohibido a mis amigos que estuviesen en la vida de Mia, para mí fue un pensamiento que siempre estuvo presente, si ellos no querían formar parte de esto no los obligaría para nada, pero fue una muy agradable sorpresa saber que la recibieron con los brazos abiertos, debido a que sé que ellos le tienen un cariño como el que les tengo yo.

Si un día llegaba a faltar, sabia que Mia tendría dos papas que la cuidarán hasta el final.

Browen la baja y la sienta en el sillón, pasándole la tableta y enseñándole como colocar los cascos y modular el volumen, Mia le da una gran sonrisa y le da un gracias cuando Browen le quita sus zapatos y le pasa el jugo y la galleta para estar más cómoda.

Yo también le doy un gracias Señor.

Toma el control del televisor y coloca nuevamente el video promocional de la empresa que mantenemos como fondo en toda la empresa.

—de todos los seres humanos, eres el único al que menos detesto en estos momentos —murmuro volviendo feliz y pleno a los planos que debo terminar de perfeccionar enfrente.

—halagador— bufa

—que —lo miro nuevamente

—¿Te haces otra vez conmigo? ¿hasta cuando vas a estar así?

—¿Hasta cuándo qué?

Hoy no estoy de humor para juegos de adivina adivinador.

—Vamos Jakov no te hagas. —exhala frustrado, lo que convierte que me frustre también. Para que Browen este de esa manera es porque algo malo posiblemente le esté molestando—Ya llevamos casi dos semanas así. Mira hermano de verdad no te lo tomes a mal. Amamos a tu hija como si fuera nuestra. —lo piensa un momento —Me corrijo, es nuestra.

Elevo una ceja.

¿Nuestra?

—Pero no podemos tenerla aquí todos los días. Mia necesita ir a casa y disfrutar sus vacaciones ahí. No te digo si fuera que la trajeras aquí después del jardín de niños, pero ni, aun así. Ella no necesitaba estar aquí. Es una niña por Dios. De solo pensar que mi padre me traiga al trabajo me hace jaqueca.

—Yo venia al trabajo de mi padre la mayoría de veces.

—Si imbécil, pero tenía casi quince. ¿No te enteras que tu hija tiene cuatro años?

—¡Casi cinco! —grita mía al fondo.

Esta niña esta en todo.

—¿Crees que no me doy cuenta que mi hija tiene cuatro? ¡Se que es una niña! ¿pero qué quieres que haga? ¿ah? —lo encaro— Sabes perfectamente que la gente que limpia la casa, no les importa el bienestar de mi hija. Solo quieren más dinero y nada más. –hace el amago de hablar, pero lo detengo— el dinero no es problema para mí, más sin embargo sé que si Dios no lo quiera a Mia le pasa algo, no podrán socorrerla como a mí me gustaría.




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