Érase una vez

CAPÍTULO 14: "LSD"

17 años, septiembre.

Es raro ver un sótano con tantos colores extraños, parece que estoy en otro mundo. Tener tantas sensaciones juntas, me hacen creer que estoy viviendo en una utópica fantasía de colores.

Me gustaría quedarme aquí por toda mi vida y vivir con esta despreocupación que llevo encima, pero debo recordar que es un alucinógeno que está haciendo efecto dentro de mí.

-¿Tom estás bien?.-Kyle se deforma, sus ojos brillan más de lo habitual.

-Perfecto hermano, no podría sentirme...-Ocurre una transición muy extraña frente mío, no puedo reconocer que fue eso.- ¿Has visto eso?.-Hablo lento, mi percepción del tiempo es nula.

-Es Marcos corriendo de un lado para otro, parece que consumir dos de estas cosas lo han vuelto loco.-Es curioso poder volar estando así.-Marcos es un imbécil, se lo advertí.-Deje de tocar el suelo, puedo flotar.

No soy un imbécil ni nada, bueno, quizás un poco al querer otro de estos en mi cuerpo.

-Ky... Kyle... Pásame uno más.-Me acercó y escuchó cosas caerse en esta habitación.

-Tom ve con cuidado.-La habitación está llena de colores saturados y de muchas cosas más que no le puedo encontrar forma o sentido.-Deja de sostenerte con los estantes, que los vas a tirar.

-Solo uno más, por favor.-Un ruido estruendoso invadió la habitación, parece ser una gran explosión, me toma desprevenido y el ruido me aturde inesperadamente.

Termino en el suelo, intentando taparme el oído a toda costa. Pues llevo un pitido infernal en mis oídos.

-APAGA ESO.-El pitido se hace más insoportable.-CARAJO.

-Tom, cállate.-Veo a un Kyle colorido sobre mí.-Mi abuela sigue arriba y si se entera de que ustedes están acá, me matará.

-Aléjate de mí, que puedo volar.-Floto del suelo, como si la gravedad no existiese.

-WUJUUUUU.-Marcos grita a lo lejos y otra vez el estruendoso sonido retumba mis oídos.

-MIERDA MARCOS.-Escuchó pasos y más pasos, el eco es absurdo.-DEJA DE ROMPER COSAS.

Una palmera con cocos de oros está frente mío, y quiero bajar un coco de ahí. Me subo en lo que parece ser una caja metálica con parches sobre este, me reposo un momento para poder alcanzar el coco y la caja se parte a la mitad, caen monedas de oro de la caja y yo termino en el suelo, recibiendo un fuerte golpe en la parte trasera de mi cráneo.

-Ty... Tyler?.-Tengo una extraña sensación pasar por mi cabeza, es como una chispa eléctrica constante.

-Tom, por la puta madre.-Nuevamente veo a Kyle encima de mí.-¿Qué mierda haces?

-Estoy bien... dame el coco de oro, y me iré a dormir.-Le señaló el coco que está en la palmera.

-Tarado, eso no es un coco.-Se levanta y logra coger el coco de la palmera.- Es un bolo de boliche.

Marcos pasa a lado corriendo otra vez y lleva en su espalda lo que parece ser una espada muy brillante, es tan brillante que me arden los ojos.

-DEJA MI GUITARRA MARCOS.-Kyle corre detrás de Marcos.

-NO ME ATRAPARAS CON VIDA VICENTE.-Sube en una montaña en miniatura y se queda encima, Kyle no puede alcanzarlo.

Intento levantarme, pero el peso es superior a mí. Parece que cargo con 30 kg de más sobre mi pecho.

-Baja de ahí, te vas a caer.-Intenta bajarlo de la montaña, Marcos se abstiene.

Me paso la mano detrás de mi cabeza y una sustancia morada sale de mí, no entiendo que es lo que pueda ser, así que la pruebo... es salado, me agrada.

-TOM AGARRA LA ESPADA.-Marcos desde la cima de la colina, me lanza la espada.

Al ser muy brillante me opaca la vista y choca contra mi cara, caigo nuevamente al suelo, el dolor que llevaba en la cabeza se duplicó, ahora siento mucho dolor.

-MI GUITARRA.-Kyle se acerca hacia mí, porque la caja está a mi lado.-SALGAN DE MI CASA, YA.

-Lo que digas, señor perdedor.-Marcos me levanta con un guante de hierro.-CORRE TOM, SOMOS LIBRES.

Sin saber a donde voy, sigo a Marcos esperando vivir una aventura más.

4 HORAS DESPUÉS.

Una fuerte luz choca contra mi rostro, me incomoda demasiado, me levanto de mi sueño con cierta pesadez.

-¿Abuelo?.-Veo una sombra de un anciano encima de mí.

Me levanto con las pocas fuerzas que me quedan, pero aún no logró pararme del todo. Me percato que estoy en un tiradero bajo un puente muy reconocido o eso quiero creer.

Puedo ver una fogata en medio de nosotros, pero esta hecho con basura y pedazos de madera en putrefacción.

También hay un vagabundo, está a lado mío comiendo una lata de atún. El lugar huele fatal, pero es lo de menos. Ahora tan solo pienso en el dolor intenso que llevo en la parte trasera de mi cráneo.

-¿Qué paso?.-Murmuró mientras intento reponerme.

-Gracias por la comida, chico.-El anciano por alguna razón se me acerca más de lo que ya debía.

-¿De dónde sacaste eso?.-Aún no puedo ver con claridad, mi vista me muestra molestos destellos de vez en cuando.

-Tu amigo robó comida.-Tiene una forma de hablar algo extraña.-Y me regaló una lata.

-No tiene sentido, ¿Viste a mi amigo?.-Me levanto del suelo, con bastante mareo.

-Tu amigo, estar por allá.-Me señala hacia un vagón con basura dentro, está muy cerca de la fogata improvisada que se hizo este indigente.




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