Érase una vez

Capítulo 26: Bate de mierda.

Con nuestras últimas fuerzas cruzamos la penúltima pista, correr por 14 cuadras sin tener físico es una de las experiencias más HORRIBLES que he tenido en mi vida, y más si tres camionetas armadas hasta las patas te están buscando con el único objetivo de matarte. Por suerte, podemos ver el puente Óleo desde aquí, me percató que las calles se encuentran vacías, ni siquiera hay un coche para poder llamar la atención.

-MIERDA!.-Una ráfaga de balas se hace escuchar, ya nos localizaron.-SOLO UNA CALLE MÁS.-López me lleva la delantera, y me sorprende, pues hace un rato se encontraba moribundo pidiendo piedad.

Damos una vuelta más por esta calle y llegamos al puente. Sin embargo, el coche no nos deja de seguir, se puede escuchar a unos cuántos metros atrás nuestro, tengo la adrenalina al 100.

-MARCOS!.-López gritacon la voz agitada, y con sus últimos respiros, logra silbar. Tiene un silbido peculiar y me sorprende que haya alcanzado a despertar a todos los lugareños del lugar, los pasos y las voces invanden la calle.

Varias personas salen armadas, ambos aprovechamos la defensa y nos tiramos atrás de unos basureros que se encontraba frente nuestro. Las balas revientan por todo el punto. Los muros de concreto son perfecto para ocultarse, al igual que las columnas de este gran puente. López está en el suelo intentando respirar, yo al igual que él me tiré a un lado, reposo mi cuerpo tras uno de los tantos muros que hay. Tengo los ojos dilatados y me encuentro muy cansado, tanto que sería capaz de dormir justo ahora.

-Tom, gracias por salvarme.-Se agarra el pecho, lleva toda la ropa transpirada.-Carajo, vi mi vida pasar.

-Para eso estamos.-Más balas cae tras nuestro, pero ya no es nuestra incumbencia. No me atrevo a ver qué está pasando, pues sería un blanco fácil y no quiero morir de esta estúpida manera.

Gritos, cosas rompiéndose, hombres insultándose del uno al otro, todo un CAOS. Pero, todo esto es detenido cuando finalmente sale Marcos de su cueva.

-DETENGAS LAS BALAS!.-Sus hombres bajan el fuego, y de un momento a otro hubo un completo silencio. Marcos camina delante de nosotros, sin siquiera mirarnos.-¿Puedo saber que está pasando?.-Este hijo de puta está loco para hacer eso.

-TU MALDITO SECRETARIO MATO A 4 DE LOS NUESTROS!.-Es medio gracioso oír "secretario" en un ambiente callejero.-Y ESE TIPO QUE LO ACOMPAÑABA REVENTÓ EL CRÁNEO DE TENZ.-Supongo que Marcos conoce al sujeto que maté de un tiro a la cabeza.

-Calma, calma, ha sido seguramente un accidente.-Se escucha una recarga a lo lejos, los hombres de Marcos también se ponen a la defensiva. Marcos hace una seña de que bajen las armas, y estos obedecen.-Ustedes tenían algo que me pertenece, y mis hombres hicieron todo lo que hiciese falta para recuperarlo, no veo ningún problema en esto.

Asomó un poco mi cabeza sobre el muro, y logro ver a tres hombres con saco negro junto a una metralleta cada uno. Y en el coche, puedo ver al anciano que el día de ayer partí las piernas.

-Mira Marcos, se supone que tenemos un acuerdo.-El anciano sale del coche con dos bastones y ambos pies enyesados, sus hombres lo ayudan a mantenerse en pie.-Dudo que esto haya sido un simple incidente.-Muestra el estado de sus pies, aún me siento culpable de lo que hice.-Intente pasarlo en alto, pues también maté a uno de los tuyos. ¿Pero por un puto bate vuelves a poner a todos en peligro?.-Se le puede ver molesto por este último comentario.

-Peter, las cosas en estas ciudad son sencillas. Solo tenemos una ley. "Ojo por ojo, diente por diente". Y como veo, has venido a contraatacar sabiendo que no estamos a pares.-El anciano lo mira de reojo.

-¿Crees que 4 de mis hombres valen un bate?.-Estoy teniendo una extraña sensación en mi cuerpo, parece que algo malo va a pasar.

-Si, sí que lo vale.-Sus hombres apuntan a Marcos, todos se ponen alerta nuevamente y también apuntan hacia el coche.-Dios, ¿No nos podemos calmar por un momento?

-No tienes idea en lo que te has metido.-Marcos levanta un poco los hombros.-Pero ya sabes lo que pasará.-El anciano regresa al coche, y sus guardias también.-Hora buena por tu bate, cabrón.-Cierra las ventanas de su coche, que por cierto, son blindandas, y se marchan sin más.

Marcos regresa al puente Óleo, y todos los lugareños también. Él pasa completamente de nosotros. Ayudo a López levantarse del suelo, lo veo con ganas de desmayarse.

-No tienes idea de cómo odio a Marcos ahora mismo.-La rabia de este tipo es otro nivel, su mirada me causa miedo.-ES UN PUTO INFELIZ DE MIERDA.

-Lo sé… Lo sé…-Me acomodó la espalda, y me estiró un poco para evitar tener calambres.-Tendremos que conversar con él.-Llevo el bate en la espalda, tengo ganas de romperla con mis propias manos, pero supongo que Marcos me matará literalmente por hacer eso.

Caminamos a duras penas dentro del puente, y muchas de las personas que salieron a defendernos vuelven a sus camas o a sus carpas como si nada hubiese pasado.

¿Quién diría que estas personas también tienen un horario de sueño?, Al ser yanquis, creí que casi ni dormían, pero que bien me callaron la boca, después de todo, no son animales.

Nos encontramos frente a la vieja vagoneta, y López con enojo abre las cortinas e ingresa, yo con pasos lentos lo intento seguir.

-CASI ME MATAN POR TU CULPA, HIJO DE PUTA.-Coloca su dedo sobre el pecho de Marcos, este ni se inmuta, se encuentra sentado sobre una de las sillas viendo a la nada.

-No me hago responsable de sus errores.-Lo mira a los ojos con tanta tranquilidad.-Además, te debes de encargar de Tom, él te metió en esto y ve lo que haces con él.-En todo este rato, ni siquiera le dio importancia mi presencia.

-Malparido, Tom me salvó más de una vez, no puedes hablar así de él.-Tiro el bate a la mesa sin precio aviso, ya me arte de este comportamiento tan inmaduro e infantil por parte de Marcos.

-Aquí tienes tu bate de mierda.-No generé ni un impacto sobre él, ni siquiera le tomó interés. Podría decir que está drogado, pero yo me espero cualquier cosa de este tipo.




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