Eres Mi Sueño©

CAPÍTULO 14

Mi corazón palpita y palpita, más de lo normal. Mi respiración se acelera. Mis pulmones expulsan el aire de manera brusca. Mi cabeza martillea con fuerza y mis ojos derraman lágrimas sin cesar, no me extrañaría encontrar mi cama empapada.

Palpo mi frente con la palma de mi mano y siento que está llena de sudor. Miro a mi alrededor, hay demasiada tranquilidad, y eso en lugar de calmar mi corazón, hace que lata aun con más furia, si eso es acaso posible. Puedo escuchar a mi compañera de habitación roncar más de lo normal, y en estos momentos la envidio por poder dormir tan tranquilamente.

Con demasiado esfuerzo saco mis pies de la cama y hago que se muevan con pesadez al cuarto de baño, camino lentamente y agarrándome de las paredes, para no tropezar con algo fuera de lugar que me haga llegar hasta el suelo, de bruces. Enciendo la luz del pequeño espacio totalmente en blanco. Me permito disfrutar el pequeño ardor, que llena mis ojos al momento de que la luz los azota, eso me permite saber, realmente, que todo ha sido una pesadilla, una horrible y terrible pesadilla. No, tachen eso. Ha sido un recuerdo desgarrador.

Me dirijo hacia el lavabo, y remojo mi cara para despertar de mi pesadilla, que, a pesar de todo, parecía totalmente real en mis sueños. Aun siento la horrible sensación de desesperación, siento mi garganta arder de los profundos gritos que daba, mi piel arder con la sensación de sus manos haciendo contacto con mi cuerpo, y mis labios hinchados por culpa de la brusquedad de sus besos.

No soporto más, y me derrumbo en la pared del baño, me deslizo lentamente, hasta que mi trasero hace contacto con las frías baldosas del suelo. Recojo mis piernas y las abrazo, para al menos así, sentirme un poco protegida, solo por mí misma. No hay nadie aquí que pueda ayudarme, no tengo a mi hermano para que despotrique todas las cosas que quiere hacerle al desgraciado que ha convertido a la Elizabeth de antes, en un alma sin vida, y desolada. No tengo a mi padre para susurrarme palabras de ternura, para acariciar mi largo cabello castaño, y mucho menos, para abrazarme. Y por supuesto que, no tengo a mi madre para decirme que todo sucede por una cosa, para hacernos siempre fuertes, y que, a pesar de todo, ella aun me sigue amando incondicionalmente. No hay nadie. Aquí, en este país estoy sola, solo cuento conmigo misma, y con las sospechas de mi entrometido y mejor amigo Dave, pero no es como si pudiera llamarlo a estas altas horas de la madrugada.

Sí, definitivamente estoy sola en esto, aquí.

Me permito sacar todo de mi sistema, vomitar, llorar, gritar silenciosamente y golpear el suelo cuando lo requiero. Y todo para olvidar el mal recuerdo que invadió mi mente.

¿Por qué ahora? ¿Por qué cuando ayer pase uno de los mejores momentos? ¿Por qué cuando comenzaba a ser feliz?

Pensé que el tiempo de tortura que había pasado había sido suficiente. Pensé que las noches en vela, y que los largos días sin comer, me habían hecho superar la situación. Pero tal parece que, la vida no está conforme con eso solamente. Quiere acabar conmigo, o cobrarme algo que aún, no termino de pagar.

¿Qué se supone que haré ahora? No puedo aparentar que nada ha pasado, y que este horrible sueño no ha despertado en mí, una vez más, inseguridad y miedo. No quiero que las personas que más amo, me vuelvan a fallar. No quiero volver a pasar por el mismo hoyo de dolor, porque no creo que pueda recuperarme nuevamente.

Quiero ser feliz, pasar mi vida con un hombre que me ame, y que yo lo ame de vuelta. Un hombre que me haga olvidar todo mi pasado. Un hombre que se sienta orgulloso de mi, y no se avergüence, o que solo me quiera tener como trofeo. Un hombre que me tome de la mano cuando le plazca, que me lleve a conocer la ciudad, que ame pasar las tardes conmigo, viendo películas románticas, y que soporte mis lloriqueos. Quiero un hombre que me acepte tal y como soy. ¿Acaso eso es mucho pedir?

Cuando me siento un poco más calmada, ya que mi corazón no quiere matarme, me permito tomar una profunda respiración. Limpio mis mejillas, y como sé que, no seré capaz de volver a dormir, decido sentarme un momento en el sofá de nuestra muy blanca sala. Me desparramo totalmente en él, y cierro los ojos, aun con mi mente trabajando a mil por hora. Sé que no va a ser nada fácil, pero tengo que acabar con estos mal sentimientos que, si no actuó rápido, terminarán por carcomer poco a poco la vida que me queda, o que más bien, estoy recuperando, con esfuerzo, pero lo estoy haciendo.

Necesito distraerme con algo pronto, antes de que vuelvan a atormentarme las pesadillas. Y sé quién puede hacerlo en estos momentos.

* * *

—Dios, mío. Dime que tienes una muy buena razón para llamar a esta hora, Elizabeth, porque si no, créeme que iré hasta dónde estás y te ahorcaré.

Sip, definitivamente ya extrañaba a mi hermano.

—Ay, pero que llorón eres, Caleb. Si por allá son apenas como las 12 am.



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En el texto hay: pasado, amorymusica, londres

Editado: 27.07.2018

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