Eres Mi Sueño©

UN CIERRE...

Cuando mantienes tu resentimiento hacia otra persona, estás amarrado a esa persona o a esa situación, por un vínculo emocional que es más fuerte que el acero. Perdonar es la única forma de disolver ese vínculo y lograr la libertad

—Catherine Ponder

 

Carta de Elizabeth a Dou

Te escribo esta carta a ti, Douglas, aunque nunca la leas. No es porque haya nacido en mí hacer esto, sino que una persona me dijo algo que era muy cierto: “Si no puedes perdonar en persona, hazlo en papel. Ambos, tienen el mismo efecto, te liberan.” Y aunque estoy un poco reacia a hacerlo, lo intentaré.

¿Sabes? Me hiciste daño, mucho daño, Dou. En la naturaleza no existe la justicia y yo sigo sufriendo. Pero hoy me he dado cuenta que de alguna forma tengo que sacar de dentro de mí el profundo pesar que siento, y eso es lo que voy a hacer.

Desconfío del rencor, porque no es un buen amigo, por eso no lo quiero conmigo. Además, el rencor nos lleva a sentir miedo y es precisamente lo que necesito que desaparezca. No es que te tema, es que tengo miedo a revivir mi sufrimiento y a volver a caer en el mismo error.

Por eso, he decidido que tengo que afrontarlo, ponerme frente a frente a tu persona y a todo lo que tú significas; sea en mi mente o no, y hacerme valer. He llegado a la conclusión de que, si reduzco este miedo, conseguiré reducir todo lo demás.

Yo te quería y confiaba en ti, ¿sabes? En realidad, no pedía nada extraordinario, pero si lo hubiese sabido, no hubiese permitido que me dañaras. No voy a olvidar nunca lo insoportable que es este dolor ni lo mucho que me ha enseñado. Al fin y al cabo, te tengo que dar las gracias por algo.

He aprendido que no puedes darle a alguien algo que no quiere recibir. Te permitiste el lujo de dejármelo demasiado claro; tanto como lo importante que es saber lo que es malo en tu vida y te está consumiendo.

Pues sí, me he dado cuenta de que eras tan perjudicial para mí que me has impedido avanzar durante mucho tiempo.

Como alguien dijo alguna vez: "el verdadero odio es el desinterés, y el asesinato perfecto es el olvido". No pienso arrojar una piedra hacia arriba, pues lo más probable es que caiga en mi cabeza. Desde luego que no aportaría felicidad, sino que sumaría miseria a mi vida sin contemplación.

Dicen que sangrar no duele, que es placentero, que es como si te disolvieras en aceite y respiraras muy hondo. Lo mismo pasa con el dolor en el alma, de alguna forma te anestesia y no eres consciente de lo que está suponiendo para ti hasta que es demasiado tarde.

Quizás, estoy escribiendo estas líneas con lágrimas de sangre y de puro dolor, pero estoy tomando el mando y haciéndome con el timón porque he llegado a tiempo de ir más allá y superar lo que tú provocaste en mí.

He de decirte que escribo esto porque detrás de mi coraje, existe una gran tristeza, una infinita humillación y una delicada decepción. Siento que camino por encima de un volcán mientras mi vida pende de un hilo, por lo que tengo que soltar el lastre que supone cargar con lo que tú ocasionaste en mi interior.

Necesito muy poco para estar bien, pero es por eso que tengo que sacar de dentro de mí todo este dolor. A partir de hoy no te guardo rencor ni ira ni rabia, no quiero cosas innecesarias en mi corazón. Toda experiencia dolorosa encierra dentro una gran semilla de crecimiento y liberación.

La realidad es que hoy me pregunté si podía hacer algo valioso, entonces decidí tomar el consejo de mi amiga Alice, y escribir esto. Esta carta no es por ti, es por mí, porque necesito liberar de mi espalda tu carga. Me he parado a pensar en que no quiero nada negativo en mi vida, y me he dado cuenta de que, ahí estás tú y todo lo que hiciste, así como la forma en la que me haces sentir.

Me he percatado de que reflexionar sobre ti, es el mayor acto de valentía que puedo llevar a cabo. Hoy puedo decir que me estás haciendo un favor, porque ahora más que nunca, me quiero, y sé que no quiero hacer de mi cuerpo la tumba de mi alma, que puedo afrontar todo lo que hay en mi interior. No hay que tener miedo a vivir porque todo consiste en reaprender a hacerlo.

Quiero salir adelante, ser alguien en la vida, alcanzar lo que a tu lado nunca pude. Y mi pasado, junto con los pensamientos sobre ti, son un estorbo.

Así que este es el fin. Fin para ti, tus pensamientos, tus palabras, tus heridas.

Suelto el ancla que aún me mantenía atada a ti, y me libero.

Adiós, Douglas Harrison, y hasta nunca.



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En el texto hay: pasado, amorymusica, londres

Editado: 27.07.2018

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