IV
Miguel disfruta hasta el final del sabor y el aroma del cigarrillo y la bebida.
Suena el celular que se encuentra sobre el escritorio. Los demás teléfonos de la oficina están desconectados.
Al abrirlo escucha:
Desarma el equipo, quita el chip. Parsimoniosamente se dirige al baño y lo arroja al inodoro. Pulsa el botón para que el agua lo arrastre como a un desecho. Espera unos momentos y repite la operación.
Luego arroja el equipo al piso y lo destruye. Recoge cuidadosamente los pedazos, los coloca en una pequeña bolsa de plástico que guarda en el bolsillo del pantalón.
Se levanta lentamente. Se pone el saco y, recién al momento de abandonar la oficina, vuelve a conectar los teléfonos.
Sale del edificio. Se dirige al estacionamiento de esta sucursal de la empresa, que se encuentra en una localidad alejada de la capital. Sube al automóvil y maneja hacia la ciudad.
Sabe que cuando llegue, lo estará esperando la noticia.
Inés Ferreyra Talquenca
Fin de la historia