Qué ironía esta vida. Uno peca de inocente, o de necio. Bien decía mi madre "cuidado con lo que dices, niña, pues las palabras tienen poder, y todo lo que declares se hará realidad"...
Cuántas veces lo pensé, cuántas veces lo manifesté. Más que el destino, he sido yo misma la que marcó este final. Aunque fuera latente, aunque fuera inminente, debí ser más fuerte y aguantar. Pero no todo fue mi culpa, claro está. Tú también jugaste conmigo, tu también me has herido. No te salvas de haber sido cruel conmigo.
Si yo todo te lo di, hasta lo que no tenía te regalé. Cada pedacito de mi alma y cada pedacito de mi ser. Todo mi amor, toda mi ilusión. Con toda la inocencia y con toda la delicadeza, te entregué por completo mi frágil corazón.Y míranos hoy... Tú viviendo la vida, mientras yo como estúpida estoy aquí, escribiéndote estos estúpidos escritos de mi alma herida.
Cómo son las cosas, que aún en la distancia, y a pesar de todo, seguirás siendo mi musa hasta el final. Pero llegará el día en el que sanaré. Se cerrarán mis heridas, se curará la espina. Esa espina envenenada que clavaste en mi corazón. Ya no ocuparás mi mente, no te manifestarás en mis sueños.
Llegará el día en el que finalmente te habré borrado de mí completamente.