Me ha dolido tanto el corazón que ya no sé sentir, ya no sé perdonar. La humanidad traiciona tanto a los no mentirosos que, los verdaderos pecadores, se creen que son los buenos. Nunca me he sentido tan solo, tan dolido, tan... Odiado. Nadie me perdonará por lo que no hice, siempre buscan a una víctima para echarle la culpa de algo inexistente. No sé ni qué más hacer, vas perdiendo aquella paz y calma poco a poco. Llegas al punto donde no vale nada, sólo dejas que te juzguen por ser diferente. ¿Qué más puedes hacer ya? Tienes un gran vacío dentro que dejas de sentir, y no tienes remordimiento hacia nada ni nadie. Suspiras, observas el cielo y eres otra persona de ahora en adelante. Escuchar cualquier canción te hace recordar a algo que te duele, así que no escuchas nada. Cada palabra de alguna persona también duele, te tapas los oídos con tapones para éstos. ¿Cómo puedes seguir adelante si sientes solamente para ti mismo y no para los demás? No puedes amar, aunque deseas con ansias hacerlo. Quieres volver a sentir ese calor tan hermoso y maravilloso que sentías antes, pero no puedes. ¿Por qué no logras hacerlo? ¿Qué ha pasado contigo? Te duele hacer cualquier cosa de la vida, y, como has perdido todo, te sientes vacío. Caminas por una pradera que no tiene absolutamente nada a su alrededor, le diriges la mirada a todo el lugar y no ves nada. ¿Qué harás? ¿Cómo reconstruirás aquel lugar? Se puede. Será difícil, pero se puede. Hay algunas personas que creen que no pueden; por ello, se quedan allí estancadas, en el mismo lugar de siempre. Parece que tuvieran los pies pegados con pegamentos, pero no es así. Se puede hacer aún más, construir un gran templo. Eso lo lograrás tú si le pones creatividad y pasión a las cosas, además de aquella chispa de esperanza que tienes dentro.
¿Cómo saber que el dolor ya se fue? El dolor es parecido al momento donde tu corazón se prende fuego y te comienza a arder el pecho, allí te das cuenta de que algo serio te pasa. Nunca hay que apagar la pequeña chispa de esperanza que tienes dentro. Si es así, será muy difícil encontrarla: es como una pelota pequeña transparente o invisible. ¿Cómo la encontrarás después? Hay tantas cosas de la vida por conocer que, si la vida de un ser humano transcurre en sus años normales, no conocería por completo sus tantas curiosidades si no le dedica el tiempo necesario. Lamentablemente, las personas que sufren de verdad, son las que conocen por completo el lado cruel de la vida. Personas inocentes, que no tienen nada que ver con la maldad de la gente o de la vida misma, son las víctimas de la maldad de ésta. Cuando conoces sus dos caras, sueles quedarte en la que más dueles y terminas de conocer ambos lados por completo. Luego, el destino dependerá de que si quieres estar en la nueva cara o en la que ya estabas. Al ver el dolor de la cara negra, es como ver una vela en donde es imposible apagarla. Lucha con todas sus fuerzas para quedarse prendida y, sinceramente, lo logra: queda prendida aunque le tiren encima un balde de agua. Aquella llama se coloca dentro de tu pecho y va creciendo poco a poco, mientras te quema por dentro y te hace cenizas hasta el corazón. Y tú, como víctima de la llama de una vela, no sabes qué hacer. Pides ayuda, pero todos miran para otro lado porque te consideran "diferente". Tienes dos opciones: convivir con la llama del dolor hasta que te queme por completo o tratar de buscar la salida por ti mismo. Muchas de las víctimas, deciden desvanecerse gracias al fuego del dolor. Muy pocos son los valientes que, por sí solos, encuentran la salida para que, por fin, esta llama se apague completamente.