Una vez finalizada la semana, al otro día muy temprano, los 50 chicos fueron convocados a reunirse en el salón principal para anunciar a los ganadores de la prueba. Pero antes de ir, Twister se adelantó hacia Amanda y Zed, que caminaban juntos hacia el salón.
—Hola, bonito— lo saludó sarcásticamente a Zed— ¿Cómo estás?
—Bien— le contestó él, algo extrañado, sin entender por qué ese chico se dirigía así hacia él.
—Me voy a encargar de que dejes de estar bien— le dijo fríamente. Amanda y Zed no entendían nada y lo manifestaban en sus miradas. Luego, Twister, se dirigió a Amanda: —¿Cómo estás, linda?— le preguntó.
—¿Qué te importa?— le contestó ella, frunciendo el ceño— A un lado— y trató de empujarlo, pero él se corrió con una ráfaga de aire.
—No deberías tratarme así después de la noticia que tengo para darte, yo sé que no soy muy buen amigo tuyo... está bien, no soy para nada amigo tuyo, y que apenas nos conocemos, pero ahora podemos ser amigos, ya que los dos hemos sido víctimas de un vil engaño... bueno, aún no, pero vengo a advertirte que pronto lo seremos si las cosas siguen como están.
—¿Qué?— le preguntó Amanda, entre molesta y curiosa— ¿A qué te refieres?
—¡Ah! Veo que tu noviecito no te contó nada.— Amanda miró con sorpresa y algo de enojo a Zed:
—¿Qué tiene que contarme?— le preguntó a Twister.
—Como sabrás yo puedo transformarme en aire— contó Twist mientras Amanda y Zed lo miraban intentando comprender a dónde quería llegar este chico— De modo que pude espiar algunas conversaciones de los alumnos en esta prueba, y me encontré con que ni más ni menos, mi muy reciente ex novia, Laly, estaba planeando con sus amigos separarlos a ustedes y quedarse así con Zed, porque se gustan mucho mutuamente.
—¿Qué?— exclamó Zed— Eso no tiene ningún sentido, apenas conozco a Laly y solo somos amigos, además, espera, ¿eres el ex de Laly? Ella me dijo que tú...— pero Twister lo interrumpió:
—Sh sh sh— le dijo— Respeta a los demás cuando hablan, ¡sit perrito sit!— Zed inclinó su cabeza sin entender, mirándolo como si estuviera loco. —No lo entrenaste bien— le dijo entonces Twister a Amanda.— Calladito perrito, ¿eso sí lo puedes hacer? Gracias. Ahora continúo: eso no es todo. Yo vi cuando entrenaban juntos en el gimnasio, también transformado en aire, vi cómo se miraban y me pareció algo sospechoso, pero no se trataba de un simple entrenamiento, se rozaban mucho e intercambiaban miradas. Conozco a mi ex novia Laly y sé lo que estaba pensando mientras luchaba con él, por lo que no tardarán en traicionarte si no haces algo pronto.— Twister se quedó esperando una respuesta pero Amanda no reaccionaba
—No te preocupes por agradecerme— le dijo entonces— lo hago porque soy un buen compañero.— Sonrió mientras se felicitaba a sí mismo por su astucia. Si él se quedaba sin pareja no iba a permitir que Laly consiguiera otra y mucho menos tan rápido. Esto serviría tanto para Zed como advertencia de mantenerse lejos de Laly como para Amanda de que no descuidara a su novio.
—Amy, no fue así— intervino finalmente Zed— nada de esto es cierto, en el gimnasio solamente entrenamos... ¿por qué querría yo traicionarte?— Amanda comenzó a ahorcar a Zed.
—"Aquí viene lo bueno"— pensó Twister— "así que así se debió sentir Frost cuando rompió mi pareja".
— Amy.... Yo... no...— intentó hablar Zed. ¿Estaba ahorcándolo en serio? ¿Cuánto tiempo planeaba seguir así?
—Emm— interrumpió Twister cuando vio que Amanda no planeaba soltarlo— Si no lo sueltas, no puede hablar, no le llega el aire. Y creo que lo estás matando.— Observó algo asustado. No quería que las cosas llegaran a ese punto, esa chica estaba medio loca. Amanda lo soltó, y Zed comenzó a toser.
—Te amo desde lo más profundo de mi corazón— largó Zed todo entrecortado entre toses cuando se vio libre— no te traicionaría, Laly es mi amiga y él— agregó mirándolo con furia— él solo está celoso.
—Cof cof, excusas— intervino Twister. ¿Celoso él? ¿De qué? ¿De que a Laly le gustara Zed? Por favor.
—¿Ah sí?— le dijo ella, sin creerle ni una palabra— ¿Sabes qué? Yo no te amo, nunca te amé. Solo te usé un poco. Pero no puedo permitir que me pases por encima así. Terminamos, tontito, y ni sueñes que seremos pareja en esta prueba. Desde ahora arréglatelas solo para ganar sin mí. Olvídate, olvídate de todo.
Y con esas palabras se alejó. Zed se había caído al suelo y las lágrimas le corrían por toda la cara. Se veía como un cachorrito muy triste.