Todo mejoraba cada vez más, estábamos bien y todo en nuestra vida iba mejor.
Axel y aquel chico estaban saliendo, desde esa fiesta hablaban mucho y nos escondíamos donde Juliet para escondernos.
Juliet nos escondía siempre, por eso era la mejor hermana del mundo, muchos pensaban que estaba mal, ya que nuestros padres debían saber que pasaba pero ellos no nos entendían, aunque suene cliché, era cierto, si ellos se entraban de Axel lo mandarían lejos de casa, a mi me mandarían lejos de mis hermanos. Por eso no les contábamos nada, nos daba miedo.
Hoy estaba ensayando, pronto sería otra presentación y estaría preparada ya que Juliet me entrenaba muy bien, la mejor profesora del mundo.
Me sentía feliz de tenerla en mi familia, siempre me decían que estaba loca por presumir tanto a mí hermana, pero es que, ella era como una mamá para mi, desde que tengo memoria esta a mi lado sin juzgar a nadie a menos que de verdad estuviera mal la otra persona.
— atenta Esmeralda — mi hermana me saca de mis pensamientos — uno, dos tres. — cuenta los pasos y le hago caso — ¿en que tanto piensas?
— mis padres — reí leve — es que, quiero saber que pasará con mis padres y Axel, si ellos saben todo..
— no pienses en eso, si ellos no los quieren, yo si — responde y me da un zape para que siga bailando.
Me sentía más tranquila, ella nos cuidaría, sin ella nos podríamos caer y no podriamos leventarnos.
— deberían decirle a ellos, ya están grandes para que eligan donde vivir — la conversación sigue — no quiero que los lastimen, son mis pequeños.
Al poco tiempo suena el teléfono y ella contesta, me mira preocupada y Susurra unas cosas por el teléfono, solo la miro esperando una respuesta, mierda me tenía demasiado nerviosa ¿que pasaba? Quería saber pero no me diría nada, no lo haría porque era algo que me haría daño...
—volveré en unos minutos, llegó el momento que no querías.
Solo al oír eso me pegue a ella, no dejaría a mi hermanito en manos de ellos que lo lastimarian sin piedad.
Axel, resiste enano... Ya vamos...